Con más de cincuenta años en nuestro país, la Orden de Malta, una asociación católica y laica próxima a cumplir mil años de historia, reúne voluntarios de Montevideo, Salto y Colonia que trabajan día a día por los más carenciados. Desde la organización realizan un llamado para sumar manos en pro de la loable tarea.
Cuando Odalis Gómez llegó desde su Venezuela natal a Uruguay, algo la impulsó a volcarse por la tarea de ayudar al prójimo. Tal vez fue la experiencia de buscar a sus compatriotas en Manos Veneguayas –una organización que reúne a inmigrantes venezolanos viviendo en nuestro país– y de conocer nuevas realidades. O tal vez fue el hecho de que para entonces sus niños ya habían crecido y tenía más tiempo libre, o que los ritmos de Uruguay fueran más lentos. Pero por la razón que fuese, esa inquietud por ayudar al otro se despertó en ella y desde entonces no abandonó la honorable labor. De eso hace ya cinco años –de su llegada y de su unión a Manos Veneguayas– pero en su camino encontró otra organización que, hasta entonces, desconocía por completo: la Orden de Malta.
Esta institución, que en el año 2043 cumplirá mil años de existencia y cuyo objetivo es atender las necesidades de los pobres y los enfermos, se encuentra presente en Uruguay desde el año 1965, bajo el nombre de Asociación Uruguaya de la Orden de Malta. En un principio, se dedicó a la lucha contra la lepra jugando un rol clave en su erradicación. Hoy cuenta con tres sedes ubicadas en Montevideo, Rosario y Salto, y su forma de trabajo se basa casi en la totalidad con el aporte de donaciones y del trabajo de voluntarios.
La Orden de Malta se encuentra presente en 120 países –incluido Venezuela– aunque Gómez la conoció aquí. Ingresó a ella hace tres años y en esta oportunidad narró a La Mañana sus reflexiones como voluntaria.
En una primera instancia, señaló la importancia de las donaciones de la asociación para Manos Veneguayas. “Siempre están pendientes de lo que necesita la organización y si les quedaba algún remanente nos lo ofrecían”. El vínculo es tal que el pasado 14 de noviembre, en el marco del Día Mundial por la Erradicación de la Pobreza, Manos Veneguayas, junto con el hogar Pablo VI, recibió una importante donación de abrigos y alimentos por parte de la asociación.
Gómez encontró, en esta tarea, algo que le llegó al corazón. “Es una labor que me llena mucho. Antes no sabía de este mundo, pero ahora que lo conozco puedo afirmar que el rostro de alegría y agradecimiento de quien recibe es algo que emociona y colma mucho. Así se trate de compartir una charla, un momento. Normalmente tratamos con personas que, muchas veces no tienen otro con quien hablar”, observó, y comentó que muchos de ellos tienen 10 años de permanencia durmiendo en la calle.
La Asociación Uruguaya de la Orden de Malta cuenta con cuatro hogares. En ellos, brindan refugios a madres con hijos víctimas de violencia doméstica, alojan y asisten a personas mayores que no cuentan con familia y, durante el invierno, realizan una campaña de cena caliente para personas en situación de calle. En Rosario se realizó un merendero para niños en situación de vulnerabilidad y en Salto sobresalten las colaboraciones que realizan desde la asociación al hospital de la ciudad. Asimismo, las tres sedes colaboran entre sí.
Manos que laten
Para realizar el trabajo honorario, señaló la entrevistada “es necesario hacer las cosas de corazón para que todo fluya y salga bien”. En total, la institución está conformada por 30 voluntarios, aunque los más activos son diez. Este grupo de personas, semana a semana se reúne para participar de las actividades. La falta de manos se siente, y es por ello que hoy lanzan un llamado invitando a todas las personas interesadas en colaborar de forma voluntaria a acercarse a cualquiera de las tres sedes.
Una particularidad que tienen los grupos de voluntario es la heterogeneidad, es decir, que están conformados por personas de distintos perfiles y edades. Cada cual realiza aquello en lo que se siente más útil, pudiendo ser tareas tan variadas como la cocina o la recreación.
Como evaluación final del año, Gómez lamentó la situación generada por la pandemia por covid-19 que no les permitió llevar a cabo las tareas con normalidad, como la visita a residenciales de ancianos. De todas formas, celebró que, aun con demoras, las jornadas de ollas solidarias se pudieron realizar. “En términos generales nos fue bien y pudimos cumplir con las jornadas de comida solidaria, que son muy esperadas. Así nos lo hicieron saber las personas a quienes les entregábamos la comida”, relató. Para lo que queda del 2021, se espera realizar un retiro de voluntarios como antesala a la planificación de las metas del año 2022, dentro de las que se incluyen refacciones de las sedes.
¿Cómo colaborar?
Para sumarse como voluntario en la Asociación Uruguaya de la Orden de Malta se puede dirigir, en Montevideo, a su sede de Canelones 1544 esquina Salto o comunicarse por el teléfono 2411 1084. También se puede comunicarse vía mail a través de [email protected]
En Rosario se puede concurrir a Presbitero Juan Capistrano entre Juan Manuel Blanes y Florencio Sánchez o comunicarse por los teléfonos 4552 2708 o 099 797 034. En Salto la dirección es Artigas 1251 esquina Misiones y el número telefónico 097 491 109.
Además la asociación acepta alimentos, abrigos, ropa de cama y productos de limpieza todo el año.
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