Desde su asunción como alcaldesa de Villa Sara, localidad declarada como municipio desde el 22 de diciembre de 2017, el trabajo de Analía Larrañaga ha dejado en claro el grado de compromiso de la jerarca y el involucramiento de los casi 1800 ciudadanos que habitan en el municipio.
Como reconocida empresaria del transporte en el departamento, ¿cómo ordenas tu vida para llevar adelante una tarea tan demandante como la alcaldía?
El Municipio de Villa Sara y la capital de Treinta y Tres están divididos por el Río Olimar, donde tenemos industrias e indudablemente estamos muy vinculados a la ciudad, por lo que tenemos que apuntar a tener más servicios. En la actualidad tenemos 1800 habitantes pero debemos captar turistas. En lo personal tengo un aserradero. A las 5:30 organizo el trabajo, ahí después a las 8 horas estoy en la Alcaldía dónde estoy prácticamente el resto del día.
En diciembre pasado, en ocasión de la celebración de un nuevo aniversario del municipio, estuvieron presentes la directora de la Oficina de Descentralización de OPP, María de Lima, y el intendente departamental y pudieron presentar nueva maquinaria. ¿Demuestra una buena relación con la oficina?
A través de OPP estamos recibiendo una gran ayuda, han llegado las primeras inversiones a través de proyectos que hemos presentado. A través de este órgano contamos ahora con camiones para trabajar en las diversas áreas de Villa Sara, lo que está siendo un gran apoyo realmente.
En un lugar donde seguramente la gente se conoce, ¿cuáles son los planteos más frecuentes?
Con la poca gente que tenemos tratamos de hacer una Villa Sara limpia, limpiamos, cortamos el pasto, acostumbramos a las personas a estar en un lugar limpio. Hemos impulsado la existencia de una recolección pero en los lugares que lo deben hacer. Algo que debo destacar es que nosotros no estábamos acostumbrados a tener un equipo en la calle pero lo estamos haciendo. Las personas valoran muchísimo estos cambios, yo sigo siendo la misma “Analia”, la del aserradero, ven en uno la solución de muchos problemas, pero siempre somos el nexo de las soluciones. Todo el tiempo estamos así con la población.
La primera cosa a solucionar como necesidad es el saneamiento. Con la plata que recibimos de OPP no podemos comprar un camión para brindar servicios de barométrica. Buscamos que el año que viene podamos comprar primero el camión al que luego debemos adaptar para así antes de finalizar nuestra gestión podamos dejar de contratar servicios de barométrica.
Muchos reclamos que se efectúan hacia las intendencias es algo que confunde ya que la responsabilidad la tiene en este caso OSE, ¿cómo lo manejan ustedes?
He estado varias veces en contacto con las autoridades de OSE ya que se están haciendo muchas cosas como refacción de las calles, cordón cuneta, por ejemplo. Y es realmente muy malo ver correr aguas servidas, además del tema de los olores, especialmente en verano. Por eso insistimos en que con un servicio de barométrica ya se estaría ayudando mucho para paliar esta situación.
Por último, ¿cómo ves el tema del transporte de carga y la situación actual?
Como que ahora la bronca que existía desapareció un poco. Puede ser que nos hayamos acostumbrado a que los problemas no existen. Es imposible que se puedan poner dos o tres choferes para un mismo camión como se pedía; es imposible para el nivel medio porque tendría que cambiar todo como, por ejemplo, la tarifa y es algo difícil.
¿Alguno de los reclamos que se realizan, como tener un lugar de descanso para los choferes, son viables?
Como gente vinculada al transporte queremos de alguna manera colaborar. Por ejemplo, en el costado de Ruta 8 acondicionamos baños, despertadores para que el transportista pueda estacionar, comer algo, etc. Hay gente que está transitando y gasta entonces qué mejor que proporcionar una forma de que consuman en comercios locales.
¿Por qué aún hay quienes no entienden que en un mismo país puedan existir realidades diferentes?
A ver, a veces en la industria arrocera se necesitan 24 horas para descargar un camión estando apenas a 30 km del lugar. Hace unos días, por ejemplo, se rompió un elevador y se estuvo 48 horas con todo parado, entonces resulta difícil enfrentar esa realidad. No estás trabajando dentro del puerto que tienen otras tarifas. Al pequeño productor lo mata esto, a pesar de que allí también se generan demoras.
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