Frente al COVID-19, terminales de transportes en general redujeron sus actividades al máximo, sin embargo no es posible que el país se aisle por completo y se ha permitido el ingreso del transporte internacional de bienes, mercaderías, correspondencia, insumos, ayuda humanitaria y sanitaria, aspecto en el cual el puerto de Montevideo juega un rol preponderante, y en él la Terminal Cuenca del Plata (TCP) que es “la terminal de contenedores más avanzada de la región”, según lo ha afirmado la Administración Nacional de Puertos (ANP).
Como terminal especializada en contenedores, TCP (compuesta 80 % del grupo belga Katoen Natie y el 20 % estatal) carga y moviliza toda aquella mercadería que se puede contenizar como carne refrigerada, fruta y grano entre otras. Pose 3.200 tomas para contenedores refrigerados lo que hace que sea una plaza de dimensiones importantes para Uruguay. De toda su actividad, la comercialización cárnica es la más relevante, lo que no es de extrañar por ser la carne el principal producto de exportación de Uruguay.
Como ha sucedido en todas las empresas, la llegada del coronavirus obligó a generar cambios en la operativa y modificar comportamientos que por años fueron naturales y cotidianos en el desempeño laboral. “Lo más importante es cambiar los hábitos culturales” destacó Mónica Acosta, gerente de Calidad, Seguridad y Medio Ambiente de Katoen Natie.
Desde el primer día la empresa elaboró un plan de cuidados para prevenir los contagios, es una tarea que se actualizado permanentemente a distintos niveles de comunicación y acorde a las diferentes tareas que cumplen quienes allí trabaja, comentó.
El nuestro es un trabajo donde “tenemos mucho contacto con lo que llega del exterior, ya sean personas o mercaderías” y desde el comienzo de éste problema “hemos estado en comunicación directa con el Ministerio de Salud Pública (MSP), nosotros como Katoen Natie y como empresa portuaria en general. Cuando apareció el virus en la región ya se habían tomado algunos recaudos en relación con los tripulantes de los barcos y con el acceso a los buques”, expresó.
Hubo un primer protocolo de trabajo donde se establecieron las medidas para abordar el buque que arriba a puerto, e implicaba desde la comunicación libre de platica (así se llama la comunicación y autorización para que el buque llegue a puerto) hasta la confirmación de que no había tripulantes con signos de haber contraído la enfermedad hasta pocas horas antes de llegar a puerto, y con el ingreso al buque sanidad del Estado chequea a los tripulantes.
“Eso fue evolucionando, se confía ahora en los datos que el capitán del buque y las agencias presentan bajo declaración jurada a la sanidad marítima, y luego cuando ellos dan el libre de enfermedad y que se puede abordar, se agrega la medida de que los tripulantes no pueden bajar a tierra, lográndose que el contacto sea mínimo”, dijo Acosta.
Nuestro personal que aborda el buque mantiene “las mismas medidas de seguridad que tenemos en el comportamiento cotidiano y que son de distanciamiento social, no acercarse a saludar”.
“Tenemos grupos de trabajo horizontales en seguridad y salud, con medidas que se van actualizando en función de las experiencias que han dado resultado, en otros países donde opera Katoen Natie”
En caso de que el personal del buque deba hacer algún tipo de trabajo cuando nosotros ingresamos, lo que se hace es “coordinar para que ellos trabajen en un sector del buque y nosotros vamos a otro sector diferente”.
“La naturaleza del trabajo ya implica el uso de guantes y eso es un aislante ante cualquier superficie que uno pueda tocar, además al subir y bajar se realiza la limpieza de todas las herramientas usadas, y el personal ingresa al buque con alcohol en gel para poder limpiarse frecuentemente más allá de que tengan guantes, se los quitan y se limpian”, señaló.
Todos esos cuidados extremos se suman a la campaña de concientización realizada al interior de la empresa y en la que los mismos operarios participan mostrando los distintos cuidados que se deben tener como las distancias que mantener, cómo hacer distintos trabajos, la concientización de lavados de manos frecuente, cómo usar los equipos, limpieza periódica y limpieza final de las herramientas antes de entregarlas a otros compañeros, etc.
Desde el punto administrativo, la medida que se tomó fue “la reducción de los equipos de trabajo” y la posibilidad de escalonar el retiro de los operarios cuando terminaron la tarea, eso permite que “se puedan ir a sus casas evitando congestionamientos en el uso interno de las instalaciones como por ejemplo los vestuarios. Es toda una cuestión estratégica, como si fuera armar un puzle”, comentó.
Ante un buque con un caso sospechoso se da cuenta a la autoridad
Puede haber distintas posibilidades: una que el enfermo esté a bordo antes de llegar a puerto y en ese caso no entra porque no recibirá el libre platica. “Depende de algunas condiciones pero eso está por escrito en los protocolos que recibimos”, aseguró la gerente de Calidad y Seguridad de Katoen Natie.
“Pero si el barco ya ingresó a puerto, sanidad portuaria verá si es una sola persona, si hay más contagiados, cómo se aislan, y si están las condiciones para poder trabajar o no”.
No nos ha pasado que algún buque no pueda ingresar a puerto. “No tenemos esa experiencia, pero está previsto en el protocolo que esos casos queden en espera”.
“Lo que necesitamos para poder trabajar es el permiso de sanidad y la documentación de todo eso lo gestiona la agencia con sanidad portuaria”. Si se permite avanzar en las operaciones “el primero en ingresar al buque es el práctico que se va a encontrar con la situación” y es él quien “lo direcciona para que llegue a donde tiene que amarrar”.
“Todos los buques que ingresan deben hacerlo con un práctico que lo aborda en determinado lugar que ya se acuerda antes, se traslada al buque, sube y da las indicaciones. El práctico tiene contacto con el capitán y la tripulación, y si hay alguien enfermo él tiene que saberlo antes de subir, y si el barco llega a puerto es porque todo está sanitariamente bien”.
Por eso, “salvo que el caso se haya declarado en nuestro muelle, nosotros ni nos enteramos, sólo sabemos que se puede operar porque todo se gestiona en un ámbito previo”, indicó.
La ventaja de poder ver qué hicieron otros países
Uruguay tiene una ventaja comparativa frente a otros países que comenzaron a sufrir el coronavirus antes que nosotros porque podemos ver qué han hecho bien y qué errores han cometido. “Eso nos va orientando”, dijo Acosta.
Con instalaciones en Europa, el Lejano Oriente, América del Norte y del Sur y también en África, muchos de los países donde Katoen Natie trabaja, recibieron el virus primero, “lo cual nos adelanta cosas”, y “más allá de lo viene de la filial tenemos grupos de trabajo horizontales como en seguridad y salud. En ese grupo de trabajo ya viene un paquete de medidas que se va actualizando en función de las experiencias que han dado resultado”, destacó.
De todas manera, “básicamente nos regimos por lo que dice el MSP, porque cada región y cada lugar tiene distintas estrategias, indicaciones y distintas medidas. Aquellos países en cuarentena general tienen una situación completamente diferente al que no la tiene”, ejemplificó.
“Tenemos grupos de trabajo horizontales en seguridad y salud, con medidas que se van actualizando en función de las experiencias que han dado resultado, en otros países donde opera Katoen Natie”
“Sabemos que nuestro servicio es importante en la cadena de abastecimiento y no se va a cortar ni se va a poder detener por completo. Katoen Natie tiene unidades de negocios dedicadas a otro tipo de logística que de repente el impacto de la detención no afecta tanto a la sociedad en general, pero sí las unidades puerto, sí las unidades que distribuyen alimentos, granos, etc., éstas impactan mucho en la sociedad” más que otras que “tienen otro tipo de manejo”.
Para Katoen Natie “es importante respetar las medidas del país donde se está trabajando” y en el caso concreto de Uruguay “es fundamental tener en cuenta lo que disponen las autoridades. “A nosotros nos sirve muchísimo que desde el MSP como las autoridades marítimas nos cuiden”, valoró.
Experiencia frente a un caso positivo
El viernes 13 de marzo, día en que quedará marcado como la fecha en que se detectó el primer caso de coronavirus en Uruguay, un empleado de Katoen Natie comunicó que estaba enfermo.
“Ese viernes el compañero nos avisa que estaba enfermo y ahí empezó su tránsito en la consulta al médico y el 18 le confirman que había dado positivo. Desde el 13 no vino a trabajar y muchas de las personas que trabajaban próximo a él se fueron a sus casas desde donde realizan su tarea de forma remota. Desde entonces todos estamos pendientes y contando los días esperando que nadie informe de ningún tipo síntoma. Hasta el día de hoy nadie los ha tenido”, celebró Acosta.
La empresa “tomó todos los cuidados necesario con aquellas personas que tienen algún tipo de salud que las pueda hacer más vulnerables”.
Otro factor importante es que la empresa cuenta con un equipo médico laboral el cual “estableció un protocolo que es hecho a medida sobre el plan de actuación según el lugar en el que se trabaja”.
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