La Asociación Covid advierte que hay más de 387.000 personas en Uruguay que tuvieron la enfermedad. Muchos pacientes –independientemente de la gravedad de su caso– cuentan lo costoso que resulta reinsertarse en sus actividades. A las secuelas físicas, también se suman las psicológicas y emocionales.
Alicia Molinari trabaja como recepcionista en una empresa de logística, es de Malvín Norte y vive con su esposo e hija. El 5 de mayo de 2020 tuvo contacto con una persona positiva de covid-19 y el 15 del mismo mes le llegó la confirmación de que ella también estaba infectada con el virus. Atravesó la enfermedad “de manera poco grave”, aseguró a La Mañana, aunque no corrieron con la misma suerte ni su esposo Carlos ni su hija Agustina, ya que ambos debieron ser ingresados.
Su esposo debió pasar un par de días en CTI debido a la deficiencia respiratoria que vivió, Agustina, por su parte, siempre estuvo en sala, con oxígeno. Hoy, a cuatro meses de atravesar el proceso, Alicia aún tiene problemas en el olfato y el gusto. “Siento sabores y olores, pero son distintos a cómo los percibía antes. Por ejemplo, no puedo tomar refrescos, porque siento sabor a hierro y me impresiona”, dijo.
Carlos es jubilado y reconoce que aún no ha recuperado toda su fuerza física. Explicó que el primer mes luego de salir de la internación se pasó los días acostado o sentado. “Caminar desde la cama al baño era como correr una maratón. Volvía agotado, me acostaba y me dormía por el cansancio que tenía”, contó.
En el caso de Agustina –según la versión de los padres–, no tiene secuelas físicas notorias actualmente, pero sí quedó afectada emocionalmente debido a la soledad en la internación: no podía tener contacto con sus padres. “Creo que los tres quedamos golpeados psicológicamente con esa situación. Esta no es una enfermedad ‘normal’”, remarcó Alicia.
Dialogar y brindarse ayuda
Estos son solo tres de los más de 387.000 casos que, desde el 13 de marzo de 2020, se han visto afectados por infectarse con coronavirus. Una de las diferencias entre el covid-19 y otras enfermedades contagiosas es que los pacientes no saben con claridad cuándo dejan de serlo, ya que, muchas veces, tanto las secuelas físicas como emocionales permanecen varias semanas o meses.
En este marco es que un grupo de pacientes vinculados a la Alianza de Pacientes del Uruguay se reunieron con la idea de conformar un grupo de personas que hayan tenido covid-19 o de familiares de los mismos, para que puedan dialogar al respecto y brindarse ayuda para sobrellevar las secuelas de la enfermedad.
Quien encabeza el grupo denominado Asociación Covid es el doctor Alfredo Toledo. Relató a La Mañana que, en su caso, debió estar internado 30 días al contraer el virus, y ocho de esos días debió estar ingresado en el CTI del sanatorio Casmu. “Cuando tuve el alta médica comencé a tener contacto con mucha gente que había estado, o no, en la misma situación y noté que existía una gran necesidad de conversar del tema”, explicó.
Han pasado tres meses de la creación del grupo, que surgió en un momento donde las instituciones de la salud estaban mayormente abocadas a los tratamientos más agudos de covid-19. “La cobertura se daba más a ese nivel y lo que se priorizaba era atender rápidamente a quienes cursaban la enfermedad. Si bien en ningún momento se saturaron los espacios de asistencia, tenían una atención preferencial en espacio y tiempo los pacientes agudos. Pero debemos ocuparnos del poscovid también”, expuso Toledo.
Una de las líneas de acción de la Asociación, además de dialogar directamente con pacientes y familiares, es la elaboración de una encuesta voluntaria que circula por las redes o se envía a quienes se contactan. Se busca recabar datos vinculados a síntomas, secuelas, atención médica recibida, y datos personales como edad y sexo, de manera de poder elaborar estadísticas vinculadas a la población.
Actualmente son unas 200 personas las que han llenado el cuestionario, y este sigue abierto para quienes deseen registrar su experiencia, como pacientes o como familiares. La idea es tener un mapeo general de las consecuencias del covid-19 en el país y, de esta manera, crear mejores herramientas para acompañar a las personas, así como presentar datos útiles en diferentes instituciones médicas que puedan ser de ayuda.
Un claro ejemplo de búsqueda de soluciones es el de Silvina Quintana, que está creando una página web llamada “Pescando Ayuda” con la intención de brindar recomendaciones o guías sobre el covid-19, enfocándose en cuatro módulos: pacientes con covid, familiares o amigos, duelo por muertes covid-19 y pacientes poscovid.
A su vez, la Asociación está empezando a trabajar en las policlínicas poscovid de Casmu y del Hospital de Clínicas. Han tenido dos reuniones y buscan ayudar para que esas policlínicas contemplen las diferentes áreas afectadas después de pasar por la enfermedad.
Cansancio y problemas respiratorios son las mayores secuelas del Covid
El Dr. Alfredo Toledo encabeza el grupo denominado Asociación Covid, y en dialogo con La Mañana, relató datos que se desprenden de la encuesta que busca recabar datos vinculados a síntomas y secuelas de pacientes de covid-19.
Entre los datos que se han podido recabar estas últimas semanas de la encuesta que está en circulación es que entre un 36% y 40% de las personas reconoce tener cansancio, que va desde el extremo –por ejemplo, quedan imposibilitados de hacer tareas simples como tender una cama– hasta quienes se dan cuenta que su día se “acaba antes” y no llegan en actividad hasta la noche.
Otra es la dificultad respiratoria. “Sucede que enseguida que les dan el alta caminan un par de cuadras y deben sentarse”, explicó Toledo. En materia física, según la encuesta, estos dos son los síntomas que más prevalecen y no tanto la pérdida de olfato y gusto.
Toledo advirtió que los otros efectos que, de alguna manera, pueden llegar a afectar son los emocionales. Un gran porcentaje queda con trastornos psicoafectivos, “con la sensibilidad a flor de piel”. Agregó que es una enfermedad que implica pasar mucho tiempo solo, ya sea en la casa o en internación y eso deja una secuela.
“En lo personal y por lo que hemos visto, en todos los casos se da una evolución progresiva y los síntomas van mejorando. Los pacientes vamos viendo que día a día va mejorando la capacidad respiratoria, por ejemplo, con diferentes tiempos, pero se evoluciona día a día, al igual que el cansancio”, relató.
Comentó que, en esa línea, se prevé tener una conversación con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, entendiendo que los pacientes que tuvieron covid-19, a veces y por varias semanas posteriores al alta médica, no pueden completar la jornada laboral, sobre todo aquellos que tienen actividad física o pesada. “No queremos pedir algo en especial pero sí que se tome en cuenta”, subrayó el entrevistado.
Toledo comentó que es necesario promover la derivación de pacientes covid-19 que son dados de alta a una policlínica o centro de control especializado en el tema. “Cuando digo especializado me refiero a que sea multidisciplinario, es decir que haya un neumólogo, un médico internista, pero también un nutricionista, un fisioterapeuta, un psicólogo”, detalló.
El entrevistado dijo que después de haber tenido covid-19, muchas veces, los pacientes deben aprender a respirar, hacer fisioterapia respiratoria, algo que se torna fundamental para la evolución y fortalecer la respiración diafragmática. “Aún no hemos tenido tiempo de contactar con todas las instituciones de salud. Pero capaz visitarlas y compartir información nos ayuda a crear un mejor material que especifique las características de los pacientes poscovid”, opinó.
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