El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, anunció que la compañía automotriz estadounidense Ford invertirá cerca de US$ 50 millones en Uruguay para producir vehículos que cubrirán parte del mercado de la región. Luis Panasco, presidente de la Cámara de Fabricantes de Componentes Automotores (CFCA) de Uruguay aseguró que el sector está a la espera de una decisión de las autoridades para desarrollar la industria automotriz.
Hace unos 40 años Uruguay llegó a tener ocho mil puestos de trabajo cuando se armaban vehículos con integración nacional de autopartes obligatorio, luego se pasó a un régimen llamado Exportación Compensatoria, es decir, el valor que se traía de autopartes de Brasil y Argentina tenía que pagarse no con dinero, sino con autopartes fabricadas en Uruguay. El ministro Paganini recordó que Ford Motor Company no estaba en Uruguay desde hace 35 años.
“Ahí llegamos a tener casi diez mil puestos de trabajo. Funsa contaba con mil quinientas personas, de las que el 90 % se dedicaba a fabricar neumáticos”, subrayó Luis Panasco, presidente de la Cámara de Fabricantes de Componentes Automotores (CFCA) de nuestro país, en entrevista con La Mañana.
Según informó el presidente de la CFCA, en nuestro país hace más de 50 años que se arman vehículos. “A pesar de los pesares, Uruguay es de los pocos países que lo hace, porque hay muchos que ya no arman, esto es porque nuestros vecinos fabrican determinadas series y hay nichos de ciertos modelos que hacemos acá para el mercado de Brasil y Argentina, como Citroën, Peugeot y comenzará Ford”.
El entrevistado fue conciso al indicar que es preciso tomar en cuenta que en Estados Unidos la industria automotriz fue el motor del desarrollo industrial, así como en Europa y en Asia. En Corea, hoy, puede verse el derrame que da a todas las demás industrias. En nuestro continente pasó en México, Argentina y Brasil.
“Esto se dio porque las distintas administraciones de esos países han utilizado la industria automotriz como efecto multiplicador para otras actividades”, explicó Panasco. “La industria automotriz es muy regulada en el mundo, para entrar en ella es necesario enfocarla como herramienta para el desarrollo del país. Si no se hace así, no funciona, y es por eso que hoy este rubro no está funcionando en Uruguay”, sentenció.
Un día sí y un día no
En ese sentido, Panasco dijo que en Uruguay las administraciones un día apoyan a la industria automotriz y otro día no. “Cada vez que nosotros vamos para adelante con el rubro y luego vamos hacia atrás, perdemos puestos de trabajo y las empresas quiebran, porque se cambian las reglas de juego constantemente. Por eso, es que siempre hacemos énfasis en que Uruguay tiene que definir si toma la industria automotriz o no. Lo que no está bien es que cada administración, cada cinco años o diez, cambie las reglas de juego, y las empresas pasen de estar en actividad día y noche, a una actividad cero”, explicó.
Para lograr cambiar esta situación se está en diálogo constante con el Ministerio de Industria, y este está visitando a las empresas y analizando los casos. Además, se creó una comisión de estudios que funciona dentro del MIEM, integrada por la CFCA, armadores, el sindicato y cuatro ministerios más. “Nuestra posición es que se defina si quieren o no una industria automotriz, sin ir de adelante hacia atrás”, dijo.
Si bien Uruguay está considerado como un país que no cambia las reglas del juego, Panasco asegura que para su rubro sí sucede. “Han cambiado varias veces, y eso es sumamente grave para nosotros”, lamentó. Añadió que atraer inversiones para que pongan autopartes uruguayas es un camino que dura entre uno y dos años para ser aprobado el producto e integrarse en el vehículo. “No es un tema de la noche a la mañana, no se da milagrosamente. Hay que pasar por todo un proceso”, opinó.
“La industria de autopartes en Uruguay, lamentablemente, no puede participar con grandes potencias, porque para cumplir las normas que exige la fabricación se demora entre un año o dos con un equipo técnico que ronde las diez o doce personas”, explicó.
El país tiene algunas empresas multinacionales que están haciendo autopartes para Brasil, Argentina y Europa con esas normas, pero se trata de empresas extranjeras muy grandes. “Esta industria se define en las matrices, no en los países. Los que fabrican partes en las matrices se comprometen a proveer la calidad de la industria y combinan el precio en el origen, eso no es nada fácil hacerlo acá”, añadió.
Ford: una llegada vista con buenos ojos
Panasco dijo que la llegada de Ford implicará todo un proceso. “Ojalá que a través de las normas que Uruguay establezca, más marcas tengan la obligación de instalarse a hacer ciertos trabajos desde aquí. Son los gobiernos quienes deben demostrar interés en la industria y decir si apoyan o no, establecer normas y solicitar cumplimiento de precios”, fundamentó.
El presidente de la CFCA tiene más de 50 años en el rubro, y aseguró que hace 30 años los proveedores eran brasileños o argentinos. Sin embargo, hoy son solo el 10 %, los demás son todos multinacionales. “Así funciona la industria automotriz. Por eso no tengo dudas que quien trajo la compañía debió pasar por un proceso de más de 10 años de negociación, ya que trabajar con estas firmas no es nada sencillo”.
El entrevistado aseveró que ahora es preciso juntar fuerzas y ver de qué forma se dará la instalación de la planta. “Uruguay siempre es un país que da ciertas garantías, tenemos la esperanza de que algún autopartista que está proveyendo en Argentina se interese, o alguna multinacional venga, siempre y cuando la fuerza de trabajo tenga claro que aquí no se puede parar si alguien está resfriado, porque las empresas, así como vienen, se van”.
Cifras actuales
Hoy los armadores tienen unos doscientos o trescientos empleados y las autopartes que, como se dijo, son empresas multinacionales, poseen entre dos mil o tres mil. Las empresas que están en Uruguay no son para el mercado uruguayo, sino que son para proveer a otros. Además, prácticamente no hay elementos que se fabriquen aquí. Lo que sí existe en nuestra plaza es el mercado de reposición, que se rige por otras reglas de juego, donde no tienen que cumplirse las normas de la industria automotriz, sino que solo deben funcionar como servicio. “Para ser fabricante de la industria se necesita una cantidad de técnicos y una estructura que no se justifica para el mercado de reposición”, destacó Panasco.
Para fabricar para Uruguay y los vehículos que aquí se arman, económicamente no es posible dar cumplimiento a las normas que se deben incorporar. “No se puede incorporar un tornillo sin que pase por un proceso de aprobación, pero lo que primero se aprueba o no es la empresa, y luego recién se mira el producto”, sostuvo.
“En Uruguay, lamentablemente, con las distintas decisiones que hemos tomado, las empresas que más invirtieron y más hicieron, son las que han desaparecido, porque las reglas del juego cambian todo el tiempo. Queremos una seguridad de permanencia del sistema, si no no podemos hacer absolutamente nada. El uruguayo, con la mentalidad y formación que tiene, habría que aplicarlo en las industrias de mayor desarrollo. Nosotros tenemos que apuntar a la alta tecnología, no a la mano de obra barata”.
El pasado viernes la empresa de autopartes Faurecia anuncío la desición de retirarse del país. La empresa de capitales franceses emplea a 160 trabajadores.
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