La pandemia ha generado importantes desafíos para el equipo económico de gobierno, sobre todo, por la gran incertidumbre que trajo consigo. En ese contexto, los principales retos de cara al futuro son la creación de empleo y el impulso a la inversión, según dijo Arbeleche en conversación con La Mañana. Además, destacó que el ministerio que encabeza planea revisar el régimen de promoción de inversiones para lograr mejores resultados y se refirió a la problemática de las fronteras, entre otros temas.
¿La recuperación económica está tardando más de lo previsto? ¿Dónde están los principales desafíos?
El crecimiento económico para este año es el que tenemos previsto desde la presentación de la Rendición de Cuentas a mediados de año, un 3,5%. El último dato conocido del segundo trimestre de este año confirma nuestra proyección. Recientemente hemos visto que la encuesta de expectativas que realiza el Banco Central (BCU) viene aumentando la tasa de crecimiento previsto y el Fondo Monetario Internacional ha actualizado su proyección de crecimiento para nuestra economía a un 3,4% en línea con la del gobierno. Por lo tanto, creemos que la recuperación económica se está produciendo de acuerdo a lo previsto por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Uno de los principales desafíos pasa por darle un fuerte impulso a la inversión, lo que venimos logrando a partir de las fortalezas institucionales y tradicionales de nuestro país, una política económica seria y creíble que brinda un entorno macroeconómico favorable a la inversión y los incentivos que hemos brindado principalmente desde la Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones). Otro desafío importante es la recuperación del empleo y, a partir de allí, la generación de nuevos puestos de trabajo en nuestra economía. Este es hoy el principal objetivo de la política económica.
¿Cuáles han sido los mayores retos para usted al encabezar este ministerio en medio de la emergencia sanitaria? ¿Cómo evalúa las medidas tomadas para mitigar los impactos de la pandemia en la sociedad? ¿Está conforme?
Ha sido una etapa muy desafiante, marcada por una enorme incertidumbre. No existían manuales sobre cómo manejarse y cada país iba haciendo camino al andar. En nuestro caso, aplicamos un plan consistente, dinámico y sostenible. Consistente porque los distintos componentes y políticas guardan coherencia ente sí; dinámico porque íbamos evaluando los resultados permanentemente y a partir de este análisis realizábamos modificaciones; y sostenible porque siempre pensamos que no era una buena idea brindar apoyos que luego tuvieran que ser retirados por falta de recursos cuando pudieran ser más necesarios. Lamentablemente esta es la experiencia de otros países.
Nosotros optamos por una estrategia en la que nunca faltaran todos los recursos que fueran necesarios para atender la situación sanitaria, social y económica. Si bien nunca se puede estar completamente conforme con los resultados cuando se enfrenta una crisis, estamos convencidos de la política económica llevada adelante en este contexto, sin perder de mira, además, los grandes objetivos de largo plazo y las reformas estructurales que logramos poner en marcha.
La Unión Europea (UE) pretende cambios fiscales en Uruguay. En particular se hace referencia a dejar de considerar la renta territorial y pasar a tributar por renta mundial. ¿Se está estudiando un cambio en ese sentido? ¿El mundo no está empujando para ir a una tributación por renta mundial?
La UE hizo algunas observaciones sobre nuestro régimen de territorialidad de la fuente –Uruguay grava a nivel empresarial las rentas que se generan acá no gravando las del exterior– respecto a las rentas empresariales, en particular las rentas pasivas, entendiéndose por tales los intereses, dividendos y regalías.
La guía sobre regímenes de exoneración de ingresos de fuente extranjera publicada por el Código de Conducta de Fiscalidad en las Empresas de la UE, plantea la posibilidad de gravar esas rentas obtenidas o en el exterior, o gravarlas en una primera instancia para luego exonerarlas estableciendo ciertos requisitos de sustancia.
En definitiva, pensamos que Uruguay no debería pasarse a un régimen de renta mundial para todas sus rentas empresariales. La idea es armar un plan de acción que permita que nuestro país siga aplicando su criterio de imposición de territorialidad de la fuente, siga siendo atractivo para las inversiones extranjeras genuinas y siga cumpliendo con los estándares de transparencia fiscal.
El gobierno se comprometió a no aumentar impuestos, pero la pandemia dejó muchos perdedores y algunos grandes ganadores. ¿No se debería estudiar una forma de que estos ganadores aporten de alguna manera?
El gobierno asumió el compromiso de no aumentar impuestos, dado que la carga fiscal ya es demasiado alta en nuestro país. Además, no creemos que la forma de salir de una crisis como la provocada por el covid-19 sea incrementando la carga tributaria. Por el contrario, pensamos que hay que brindar las condiciones para que todos los sectores de la economía puedan crecer y a partir de este dinamismo va a aumentar su aporte tributario.
Debemos destacar muy especialmente el fuerte compromiso del gobierno en no aumentar impuestos, dado que se mantuvo incluso cuando la llegada de la pandemia podía ser una excusa para tratar de eludirlo. Ha sido un componente central de la mejora de la competitividad, precisamente, no recurrir a aplicar un ajuste fiscal como los que se realizaron en el pasado.
Aquí hubo un quiebre con la política económica anterior, que financiaba los aumentos de gasto público con incremento de impuestos. El camino que eligió este gobierno fue ir por el lado de la mayor eficiencia en el gasto, lo que permitió tener recursos para atender a las personas más vulnerables y a las mipymes a través del Fondo Solidario Covid-19.
¿Cómo evalúa el actual esquema tributario de Uruguay? ¿Debería ir a una mayor tributación directa? Hasta ahora muchos informes han insistido en la importancia de la tributación directa (IRPF, IASS, IRAE) y no tanto por vía indirecta (IVA, Imesi), porque este último tipo de impuestos son más regresivos, es decir, tributan una tasa mayor quienes menores ingresos tienen.
No está en nuestros planes crear nuevos impuestos que aumenten la carga tributaria. Nuestro sistema tributario, como todos, es perfectible, pero no tenemos previsto realizar grandes modificaciones en este momento.
Ya hemos realizado algunos cambios. En la Ley de Presupuesto Nacional volvimos a implementar la deducción de pérdidas fiscales de ejercicios anteriores en un 100%, que antes estaban topeadas al 50% de la renta neta fiscal. A su vez, cambiamos el régimen tributario de los microemprendimientos con el IVA mínimo. Las microempresas que son catalogadas como contribuyentes pequeña empresa, que utilicen facturación electrónica, pueden tributar en función de sus ingresos.
Otra de las modificaciones que se materializará a partir de la entrada en vigencia de la Ley de Rendición de Cuentas es la sustitución parcial del Imesi actual sobre las naftas, por un Imesi medido en base a emisiones de CO2, de forma tal de internalizar una externalidad ambiental, generando los incentivos correctos para la transición hacia una economía con menor huella de carbono. Esta es una señal importante que permitiría poner a la economía uruguaya en una senda compatible con el Acuerdo de París.
¿Qué se puede esperar de la política fiscal pospandemia? ¿Está en los planes del MEF para este período revisar y racionalizar los regímenes de exenciones fiscales?
Como hemos señalado cuando presentamos la Ley de Presupuesto el año pasado y cuando presentamos la Rendición de Cuentas este año, estamos proyectando una política fiscal que a lo largo del período de gobierno nos permita ir disminuyendo el déficit fiscal. La trayectoria prevista nos permitirá estabilizar la deuda en relación al producto, lo que entendemos absolutamente necesario.
El régimen de promoción de inversiones previsto en la Ley de Inversiones y ejecutado a través de la Comap ha tenido y seguirá teniendo modificaciones con el objetivo de lograr los mejores resultados en términos de inversión y empleo. En definitiva, sí pensamos revisarlo continuando con el proceso de mejora que estamos realizando.
La aprobación en el seno del Marco Inclusivo BEPS (Plan para Evitar la Erosión de las Bases Imponibles, por su sigla en inglés) hace que Uruguay tenga que formar equipos de trabajo con asesores del MEF y la DGI para diseñar una política que le permita a nuestro país seguir siendo atractivo desde el punto de vista tributario para la inversión extranjera directa genuina, y seguir cumpliendo con los estándares internacionalmente aceptados en materia fiscal.
¿Qué tipo de modificaciones se planifican?
Estamos analizando cambios en el régimen y hemos avanzado en la presentación de proyectos en cuanto a su evaluación, control y seguimiento.
Cabildo Abierto (CA) reclama reducir el llamado “gasto fiscal”, así como igualar el régimen fiscal de la forestación al resto de las actividades agropecuarias. ¿Existen planes al respecto?
Hemos mantenido reuniones con representantes de CA, así como de otros partidos de la coalición, para estudiar este y otros temas. Siempre es bueno mantener estas instancias de intercambio en las que se reciben propuestas y nosotros podemos explicar las razones de las decisiones que tomamos desde el MEF. Es un tema que merece ser analizado en profundidad y con la debida seriedad.
Más allá del objetivo de sacarle discrecionalidad y de brindar mayor transparencia, ¿fue un error establecer cambios mensuales en el precio de los combustibles?
No consideramos que haber instrumentado un sistema más transparente, que quita la discrecionalidad política que se utilizaba en el pasado para hacer caja y que nos asegura que cuando disminuya el precio del petróleo bajarán los precios de los combustibles, haya sido un error. Por el contrario, creemos que es un buen mecanismo que transparenta los distintos componentes del precio de los combustibles con criterios técnicos, y sus beneficios se sentirán con el correr del tiempo, más allá de la coyuntura.
¿Qué se piensa hacer con el subsidio al supergás?
No estamos pensando en modificarlo.
¿Qué medidas se están pensando para mejorar la competencia en algunos ítems de la canasta básica, donde aparentemente los precios locales no se pueden explicar por diferencias cambiarias, impuestos o costos de transporte?
Es un tema estructural de la economía uruguaya que actualmente se ve exacerbado por las diferencias cambiarias. Desde el MEF estamos estudiando distintas formas de mejorar la competencia, en particular, desde el área de Defensa de la Competencia y Defensa del Consumidor, con una visión global del asunto. Adicionalmente, hemos tomado algunas medidas puntuales para los departamentos de frontera pensando en darles herramientas para afrontar una situación de gran disparidad cambiaria.
Sobre este punto, la apertura de fronteras prevista para el 1º de noviembre genera preocupación en los comerciantes de esas zonas, por la pérdida de competitividad frente a los países vecinos. Legisladores de todos los partidos han dicho que las medidas del gobierno para paliar las dificultades en ese sentido no serán suficientes. ¿Hay margen para pensar en nuevas soluciones?
Se ha trabajado en conjunto con intendentes, legisladores de distintos partidos políticos, ministerios y Presidencia para encontrar medidas que puedan ayudar a los departamentos de frontera. Se ha pensado especialmente en las mipymes y se han dispuesto exoneraciones y beneficios tributarios, así como rebajas de tarifas públicas.
Todos los involucrados han puesto de su parte y creo que hemos alcanzado un plan de acción que recoge en buena medida las ideas planteadas, que las iremos evaluando en la práctica para resolver modificaciones o nuevas medidas. Estos primeros estímulos que se concretaron son una señal inicial.
La economía se viene recuperando y nos acercamos a los niveles prepandemia, pero todo parecería indicar que este ritmo de crecimiento no será suficiente para recuperar el empleo a niveles adecuados. ¿Maneja el MEF alguna estrategia más directa para reducir el desempleo?
Estamos pensando que este año la economía uruguaya va a recuperar unos 45.000 puestos de trabajo. Los incentivos que hemos creado para incrementar la inversión privada, así como el plan de obra pública que se lleva adelante por distintos mecanismos, son las claves para esta recuperación.
Asimismo, existen planes concretos, y las pautas presentadas en los Consejos de Salarios, con distinción entre las mipymes y las demás empresas, creemos que ayudarán no solo a la recuperación de puestos de trabajo a causa de la pandemia, sino también a generar nuevos empleos, revirtiendo la tendencia a la destrucción de empleo del quinquenio anterior.
La consistencia de la política económica
En una reciente columna en el diario El País, el economista Carlos Steneri argumentó que pretender controlar la inflación subiendo las tasas de interés redundará en ventas especulativas de dólares y un mayor atraso cambiario, desestimulando al sector exportador y fomentando la sustitución de productos nacionales por importados. La salida de esta situación pasa, según Steneri, por achicar el déficit fiscal y promover un mayor crecimiento económico.
Consultada sobre cuál es su punto de vista al respecto, Arbeleche opinó que es fundamental promover un mayor crecimiento económico y una reducción del déficit fiscal, lo cual el equipo económico ha planteado concretar a lo largo del período de gobierno, a pesar de la situación excepcional dada por la pandemia. “Estos objetivos, así como la mejora de la competitividad, son compatibles con la baja de la inflación, que es otra meta relevante para el quinquenio y una prioridad para el BCU”, agregó la jerarca.
En ese sentido, sostuvo que “la clave pasa por mantener la consistencia entre las políticas fiscales –con el objetivo de seguir mejorando las finanzas públicas estructurales–, la política salarial –que tiene foco en la creación y preservación del empleo– y la reducción de la inflación”.