“Su organización no es piramidal. Tiene un liderazgo, pero cumple roles diferentes, sin esa estructura clara y visible como se ve en otras organizaciones”, señaló en rueda de prensa, el comisario general Juan Rodríguez, director de la DIPN.
El mercado de la droga –ya sea por su elaboración, porque Uruguay es un lugar de tránsito y envío a otros países, por el consumo local, etcétera– se convirtió en una realidad cada vez más difícil de combatir. Los delincuentes se instalan en algún punto vulnerable de la sociedad y comienzas a tender sus redes, colonizando esquinas, cuadros y barrios.
Las formas de actuar van cambiando según van adquiriendo cada vez más experiencia y la Policía se va adaptando a esos cambios en una permanente carrera contra reloj. Hace unos días se logró una importante incautación de sustancias, elementos de laboratorio y dinero. Tal vez lo más trascendente fue el actuar conjunto de la Policía y la Fiscalía, además de que se pudo detectar una nueva forma en la organización delictiva, más horizontal y con un liderazgo de menor visibilidad.
La semana pasada, la Dirección General Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, dependiente de la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional (DIPN) realizó la Operación Magna, con la cual se logró desarticular un grupo delictivo poseedor de tres laboratorios clandestinos, además se incautaron varios tipos de drogas, dinero en efectivo, vehículos y equipos de laboratorio. También se logró la detención de seis hombres y tres mujeres.
La Operación Magna derivó de otras actuaciones realizadas en 2022, denominadas operaciones Macedonia y España.
En rueda de prensa, el comisario general Juan Rodríguez, director de la DIPN, dijo que estamos ante una de las tantas operaciones que realiza la Policía y que es importante desde el punto de vista del “impacto que tiene sobre la delincuencia organizada”, además de que “estamos ante el hallazgo de una organización atípica en cuanto a la conformación del grupo, su organización, al tipo de drogas que manejaban y la distribución”.
La organización “es atípica porque estamos ante una red que no es piramidal. Tiene sí un liderazgo, pero cumple roles diferentes, no tiene esa estructura tan clara y visible como en otras organizaciones” de tráfico de drogas. “Estamos ante algo diferente”, subrayó.
Otra particularidad estaba en “el sistema de venta de las drogas”, dado que se realizaba “mediante la modalidad de delivery, principalmente en vehículos cuatro ruedas”, y muchos de ellos se decomisaron en un esfuerzo que requirió “mucho trabajo de inteligencia criminal, muchas tareas de vigilancia y apoyo tecnológico” para poder llevar todo a la Justicia.
La “primera hipótesis” de las autoridades y los investigadores es que la droga incautada “tenía como fin el mercado local”, sin embargo, el jerarca agregó que si surge una hipótesis sobre el traslado al extranjero será con base en “el resultado del análisis posterior de la operación. Ya veremos si se confirman otras, pero la hipótesis principal es que el destino era el mercado local”.
Entre los detenidos también se encuentra el líder de la organización, un hombre de 35 años de edad y que en 2011 generó un antecedente por tentativa de homicidio.
Consultado sobre el poder económico de la organización, Rodríguez precisó que “se allanaron comercios y ahora se está en el análisis patrimonial del grupo y sus integrantes, pero eso lo determinará la Fiscalía especializada”, sin embargo “pensamos que tienen poder económico por la cuantía y el valor de lo incautado que supera los setecientos mil dólares. Por tanto, si esta investigación nos llevó varios meses poder ejecutarla, presumimos que durante ese tiempo la organización haya actuado económicamente para lograr un mayor poderío y poder expandirse”.
Para las autoridades es importante afectar la economía de las organizaciones delictivas, lo que en este caso se cumplió por la incautación de vehículos y drogas.
Respecto al área o zona de acción, el grupo criminal actuaba “principalmente en Montevideo, en la Ciudad de la Costa y Maldonado. El acopio está en Montevideo, fundamentalmente en los barrios Villa Española, Reducto y Buceo”.
Rodríguez destacó el accionar de la Fiscalía de la Ciudad de la Costa de 3° Turno a cargo de la doctora Falcomer, quien solicitó las dieciséis órdenes de allanamientos que lograron la detención de los responsables y su traslado a las autoridades judiciales, junto con una voluminosa incautación.
Detalle de lo incautado y su valor aproximado
En el procedimiento y como consecuencia de los allanamientos se logró la incautación de varios efectos: 1.823 gramos de cocaína, 1.727 gramos de marihuana, 626 gramos pastillas de MDMA (unas 2.304 pastillas), 111 gramos de cristales de metanfetamina, 129 gramos de cafeína, 967 sellos de LSD y 786 plantas de cannabis. Además de las sustancias estupefacientes se logró́ la incautación de 213.662 pesos uruguayos y 8.374 dólares, un arma tipo pistola calibre 6mm, siete vehículos, el desmantelamiento de dos laboratorios clandestinos, seis aires acondicionados, treinta focos de luz, 64 transformadores, 31 porta lámparas, doce luces led, cinco balanzas, una prensa eléctrica y cinco contadores de temperatura.
El valor estimado que las sustancias incautadas tienen en el mercado es el siguiente: las 768 plantas (unos 393 kilos de cogollo) rondan 23.500.000 de pesos, equivalentes a unos 587.500 dólares. La flor de cannabis (cogollo) incautado (1.727 gramos) tendría un valor 103.620 pesos, equivalentes a 2.590 dólares. El costo estimado de las pastillas de MDMA (unas 2.304 pastillas) es de 1.843.200 pesos, o sea unos 46.080 dólares.
Caso Sebastián Marset
En la rueda de prensa, el comisario general Juan Rodríguez fue preguntado sobre el caso de Sebastián Marset y cómo es posible que un periodista llegue a él y no así la Policía, a lo que contestó que “los investigadores periodistas cuentan con otros recursos y otras fuentes de información diferentes a la Policía”, y añadió que “el fugitivo no tiene interés de contactar a la Policía, en todo caso trata de evitarla, salvo que se vaya a entregar”, que no sería el caso.
Esa situación, dijo Rodríguez, genera “seguir con la misma alerta que tenemos y aumentarla aún más en el caso de la captura de cualquier fugitivo” o de este en particular, apuntó. La Policía de Uruguay no tiene ningún tipo de comunicación con Marset ni su abogado. “Yo no tengo conocimiento” de que el abogado haya hablado con alguna repartición que integre la investigación, “por tanto solo tengo una versión de prensa”, y la realidad es que “puede estar negociando cualquier situación para él y la familia y estar dentro de las hipótesis que manejamos policialmente”, dijo el funcionario. De todos modos “no se descarta” ninguna posibilidad, porque Marset “tiene la necesidad de establecer a su familia en un lugar seguro y esa es una primer hipótesis”.
Otra hipótesis que la Policía maneja de alta probabilidad es que Marset se encuentre en la zona, porque un tema de “arraigo familiar, por el idioma y otras circunstancias que le generan cierto grado de protección y seguridad para movilizarse, pero es una variable más de las que manejamos para orientar las investigaciones”.
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