En la última edición del semanario La Mañana desde la página de Marítimas se publicaba en “Apostando al Futuro” sic: “Hay que considerar la biotecnología azul, industria de minería en aguas profundas, gestión del ecosistema, explotación sostenible de los recursos naturales marinos y el futuro del buque de investigación científica “Aldebarán”, a los efectos de apoyar decididamente los planes de investigación desarrollo e innovación, que orienten todos los esfuerzos hacia un crecimiento sostenible en aquellas áreas que el gobierno nacional defina prioritarias para el país”.
Posteriormente, en el semanario Búsqueda con el título “Todos en busca de un barco”, se publica un artículo sobre la necesidad imperiosa de sustituir el buque de investigaciones “Aldebarán” de la DINARA, por las condiciones de dicha plataforma.
Ante una especie de grito o expresión con vehemencia y clamor en palabras del actual director de la DINARA publicadas en dicho semanario, queda literalmente expuesto el estado del Aldebarán: “le falta todo”. Por eso cree que “hay que cortar por lo sano y comprar un barco nuevo”; “no es un barco ni siquiera que valga la pena pensar en adaptarlo”, sentenció Andrés Domingo.
Hace más de una década que no sólo la DINARA sino la propia Facultad de Ciencias plantea el mismo problema ante la insensibilidad de las autoridades.
Hace más de una década que no solo la DINARA sino la propia Facultad de Ciencias plantea el mismo problema ante la insensibilidad de las autoridades para intentar: “mostrar interés” al decir del Sr. Domingo, ante la comunidad internacional y conseguir eventuales apoyos.
Pero tampoco habría sido por falta de dinero, pues el mismo Director reconoce que con lo que recauda DINARA por permisos de pesca, bien podría perfectamente pagar un préstamo de “aproximadamente un millón de dólares por año”, según lo expresado a Búsqueda. A lo que agrega: “Quizás no hemos sabido trasmitir la importancia que tiene un barco de investigación”.
En fin, en más de una década parece que poco han interesado los trabajos de investigación de los estudiantes de la Facultad de Ciencias e investigadores en el área oceanográfica, tampoco la DINARA para los múltiples estudios de los recursos ictícolas a profundidades que el Aldebarán ni remotamente llega con su instrumental. Menos interés habría despertado ANCAP para los estudios del fondo marino, prospección de hidrocarburos y mucho menos aún para otros estudios sobre nuestra plataforma marítima que podría llevar el SOHMA (Servicio de Oceanografía e Hidrografía de la Armada), entre otros.
Esa misma plataforma en la cual tenemos derechos de soberanía sobre las riquezas existentes en el lecho y subsuelo, que llega casi a las 350 millas y que hoy podrían ser una reserva estratégica vital para el país, pero lamentablemente inexplorada por “falta de interés”, de quienes tienen responsabilidad de gobierno.
Hay una cantidad de organismos involucrados en temas marítimos que normalmente actúan descoordinados.
Parecería según los dichos del director de la DINARA, que se estaría trabajando para dejar una carpeta con información para el futuro, a fin de analizar posibilidades de adquirir un buque de investigación. Sólo nos queda tener “esperanza” en quienes asuman responsabilidades en el próximo gobierno, más allá de su color partidario, y apelar a su sensibilidad ante este problema, que en más de una década se viene arrastrando sin solución alguna por “falta de interés” de muchos.
Por otra parte, el jerarca expresa también que se enteró por la prensa y no sabía que el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Educación y Cultura, el Instituto Antártico, la Armada y la Universidad de la República tienen la intención con el apoyo de China de montar laboratorios de oceanografía en un buque de la Armada y poder tomar muestras en profundidades de hasta 4000 metros. Y finalmente, Andrés Domingo lamenta que hay “una descoordinación brutal” y que “uno de los graves problemas es la relación institucional”.
Al respecto solo nos queda agregar, que el drama que está viviendo el director de la DINARA con este asunto, se reproduce en infinidad de cuestiones marítimas, debido justamente a la cantidad de organismos involucrados en estos temas y que normalmente actúan descoordinados.
Esto ya había dado motivo a que, en la edición del 17 de julio de La Mañana desde las páginas de Marítimas, se recomendara la conveniencia de impulsar la creación de una Secretaría de Asuntos Marítimos. Su misión: unificar, coordinar y supervisar políticas, objetivos y acciones estratégicas relacionadas con lo marítimo acorde a la orientación del Poder Ejecutivo, debido a la dispersión de competencias en el sector repartidas entre múltiples ministerios, que requieren una coordinación centralizada.
Ahora abrigamos dos “esperanzas”: un “buque de investigaciones oceanográficas” para que Aldebarán pase del “suelo” al “firmamento” y una “Secretaria de Asuntos Marítimos, Fluviales y Portuarios”, por el futuro del país marítimo que se merecen todos los orientales.