La empresa SEG Energía dio a conocer su informe mensual sobre los precios y el consumo de combustibles durante el mes de febrero.
Uno de los aspectos más destacados del informe de SEG Energía es lo que está sucediendo con el consumo de supergás, uno de los combustibles que más ha subido de precio, ya que el objetivo por parte de Ancap es eliminar los subsidios que tiene respecto al Precio de Paridad de Importación (PPI). En este proceso, el gobierno determinó que los beneficiarios del plan Mides puedan adquirir una garrafa de trece kilos con un descuento del cincuenta por ciento.
SEG Energía señala que la demanda de supergás se ha retraído a números del año 2015. En 2023 experimentó una disminución del siete por ciento en el consumo con respecto a 2022, marcando la caída más pronunciada en más de una década y desplazando el nivel de consumo a su punto más bajo desde 2015. A esto se agrega que su precio aumentó un veintiuno por ciento, registrando la mayor variación desde 2011.
La demanda de supergás había tenido su mínimo en 2004, tras la crisis que se iniciara en 2002. Posteriormente, creció y su pico fue en 2020, en medio de la pandemia. “Pero en los últimos tres años, la demanda ha disminuido, llegando en 2023 a un nivel un tres por ciento por debajo del observado en 2000”, señala el informe.
Un cambio importante es que en ese período el consumo de electricidad residencial aumentó un 62 por ciento, mientras que la venta de naftas creció un 111 por ciento.
Los precios del supergás suben desde 2000 en adelante, con una ligera caída en 2010. Desde entonces, con excepción de los años 2016 y 2020, ha experimentado aumentos anuales. Ajustado por inflación, SEG Energía sostiene que tras aumentar el precio hasta 2003, descendió desde 2005 hasta 2010. Desde entonces mantuvo una estabilidad a la baja relativa, llegando a su piso en 2020. De ahí en más el valor real ha aumentado, alcanzando niveles similares a los observados entre 2007 y 2008.
Para el supergás, el gobierno decidió aumentos diferenciales de precios con respecto a otros combustibles. Entre marzo de 2022 y marzo de 2024, las naftas y el gasoil se encarecieron un 2,6 y un 1,7 por ciento, respectivamente, el supergás lo hizo en un 34 por ciento.
Estos aumentos tienen que ver con el objetivo de Ancap de llevar el precio a un valor de paridad de importación. Para marzo de 2022, los consumidores pagaban 60,35 pesos el kilo de supergás con un PPI de 99,03 pesos por kilo. La diferencia de 38,68 pesos, un 39 por ciento del PPI, era cubierta por Ancap.
En la actualidad el precio del kilo de supergás se ubica en 80,75 pesos, y el PPI ha bajado a 96,13 pesos. Entonces la diferencia que cubre Ancap se ha reducido a 15,38 pesos. El informe aclara que “esto implica que el precio de una recarga de trece kilogramos es actualmente de 1050 pesos, mientras que al PPI el costo sería de 1250”.
Los costos para cubrir la brecha entre el PPI y el precio de venta se ubicaron en 98 millones de dólares en 2021 y cayó un once por ciento hasta los 87 millones de 2022. En 2023, este monto bajó hasta 51 millones de dólares. No obstante, esto tiene dos componentes: hay 34 millones de dólares que corresponden a la brecha con el PPI y diecisiete millones de dólares que son para el subsidio focalizado en los beneficiarios del plan Mides.
En la región, el supergás por kilo vale en Uruguay 1,86 dólares, en Paraguay 0,73, en Chile 1,84, en Brasil 1,58 y en Argentina 0,33 dólares.
92% de los hogares lo emplean para cocinar alimentos
Otro aspecto por considerar es dónde es la demanda de supergás. Mayormente, se ubica en hogares y el consumo más importante se da en el mes de julio, por el invierno y su utilización como calefacción.
La Encuesta Continua de Hogares, muestra que el 92 por ciento de los hogares en el país lo emplea para cocinar alimentos, mientras que el veintidós por ciento lo utiliza como principal fuente de calefacción. SEG Energía indica que “el uso preferente para la cocción ha sido una constante a lo largo del tiempo y, en la última década, incluso ha aumentado su prevalencia. Por otro lado, en el caso de la calefacción, se ha observado una tendencia inversa, con una disminución en su preferencia”.
Por los datos existentes, la demanda estimada para cocción y otros usos representa el 82 por ciento de la demanda total “y muestra una tendencia general moderada al alza desde 2004”. El dieciocho por ciento restante corresponde a la demanda prevista para calefacción, la cual muestra fuertes fluctuaciones que alteran esta participación hasta un mínimo del trece o un máximo del veinticuatro por ciento. “En términos generales, la demanda para cocción y otros usos parece mostrar un crecimiento leve y más estabilidad que la demanda para calefacción, que se muestra más volátil, con cambios anuales que deberían estar influenciados por factores climáticos”, se señala.
Para el informe también se estimaron grados-días de calefacción, lo cual muestra “una correlación positiva fuerte entre la demanda de supergás para calefacción y las condiciones climáticas”. Específicamente, de 2022 a 2023, se observó una disminución del 32 por ciento en la demanda para calefacción, coincidiendo con un invierno más suave que resultó en una reducción del veintidós por ciento en la necesidad de acondicionamiento térmico.
Es interesante ver cómo desde 2020, coincidiendo con el primer año de la pandemia, “la demanda total de supergás ha experimentado una caída consecutiva durante tres años, una situación que previamente solo se observó entre 2001 y 2004. Esta disminución en los últimos años parece estar vinculada al incremento acumulado del 64 por ciento en el precio del energético durante el mismo período”.
Uruguay sigue siendo caro
En referencia a otros combustibles, el informe de SEG Energía señala que en febrero el gasoil registró una caída del 2,71 por ciento, marcando el segundo mes consecutivo a la baja, y acumulando un abaratamiento del 6,1 por ciento desde diciembre de 2023. Con la llegada de marzo, su precio subió un 1,9 por ciento. Por otro lado, el precio de la leña se incrementó en un 0,95 por ciento a nivel nacional, según el Instituto Nacional de Estadística, siendo este el mayor aumento registrado para el mes desde 2018. Después de un descenso del 8,7 por ciento en enero, el precio del gas natural experimentó un aumento leve del 0,38 por ciento.
Por otra parte, en materia de costos energéticos Uruguay sigue siendo caro. En energía eléctrica, la denominada Industrial Media Tensión, por un megavatio hora (MWh) el costo en Uruguay es de 140 dólares, en Paraguay 39, en Chile 118, Brasil 122 y Argentina 67.
Para uso residencial la brecha de precios es mayor. En Uruguay el MWH cuesta 294 dólares, en Paraguay 56, en Chile 153, Brasil 208 y Argentina 39.
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