En la primera década del siglo XXI, Argentina fue el tercer cliente constante de mercancías producidas en Uruguay, protagonizando una larga historia al lado de Brasil. Pero este 2019 está cerrando en el quinto sitio detrás de China, Brasil, Estados Unidos y las zonas francas uruguayas de Nueva Palmira y Punta Pereira, que se han ido afianzando como centros de producción y comercio internacional, desde el territorio uruguayo.
Según información de la Asociación Latinoamericana de Integración, la Aladi, sustentada en datos oficiales del Banco Central del Uruguay (BCU), cinco de cada cien dólares (cinco por ciento del total) ingresarán a Uruguay por mercancías compradas desde la otra ribera del río del Plata en 2019, lo que implica una baja general, puesto que en el decenio anterior hubo años en que la proporción fue de ocho por cada cien.
Hasta 2018, la venta de bienes uruguayos a la Argentina formaba siempre una parte significativa del destino de las exportaciones totales, al lado de Brasil, China y Estados Unidos. Esto significó que por cada cien dólares obtenidos por ventas en el extranjero, 60 correspondieron al conjunto de exportaciones a esos tres países y las zonas francas uruguayas.
La pérdida de posiciones de Argentina en el comercio exterior fue advertida en julio por el Departamento de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay (UCU)), que al desglosar las zonas francas observa que el rezago de las exportaciones al país vecino es aún mayor y Argentina se aleja más de la punta.
“El 62,9% de las exportaciones se concentra en tan sólo cinco destinos en lo que va del año (China, Brasil, Zona Franca Nueva Palmira, Zona Franca Punta Pereira y Estados Unidos). Desde febrero, Argentina no figura dentro de los cinco principales destinos de las exportaciones uruguayas”, dice el reporte a julio de la UCU, a cargo del experto Ignacio Bartesaghi.
Para Argentina, la compra de bienes uruguayos en 2019 y años recientes representan menos del uno por ciento de las importaciones totales argentinas y como cliente, Uruguay ha estado alrededor del sitio 20 en el ranking de proveedores. A lo largo de la década anterior, las mercancías uruaguayas estuvieron todavía por encima del uno por ciento y en 2012, con 1,36% Uruguay ocupó el sitio 14 en la lista argentina.
La adquisición de bienes producidos en Argentina, desde Uruguay, también ha venido en caída, después de haber alcanzado su punto máximo de dos mil doscientos cuarenta y nueve millones en 2008, justo el año en que estalló la crisis financiera internacional. En 2018 cerró la cifra en mil cientodos millones de dólares, la mitad de lo que se reportó diez años antes.
Bienes del comercio con Argentina
De acuerdo con el reporte de Aladi-BCU, en 2017, 2018 y los primeros meses de 2019 las principales mercancías uruguayas de exportación a la Argentina fueron autopartes, grasas animales, jabones y productos de limpieza, cueros, oleaginosas, electricidad, productos químico-farmacéuticos, quesos, leche entera, plásticos y productos de higiene personal.
Las ventas hacia Argentina, sin embargo, se han visto mermadas por la crisis del país vecino. Según la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), las solicitudes de exportación de septiembre de 2018 a septiembre de 2019 han disminuido 33,18%, arrastradas por la desacelaración en la exportación de autopartes, productos farmacéuticos y productos de limpieza, entre otros.
Esta baja en las solicitudes de exportación se reflejó en el valor de los productos uruguayos finalmente vendidos a clientes argentinos.
De setiembre de 2018 a setiembre de 2019 el monto fue de 317 millones de dólares, 27% por debajo de lo logrado de setiembre de 2017 a setiembre de 2018, cuando fue de 438 millones de dólares, según el reporte de la UEU.
Ambiente regional complicado
La llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada abrió interrogantes sobre el curso que puede tomar el comercio en la región y su conexión con el resto del mundo.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se expresó poco amigable con Fernández después de su victoria electoral de octubre, diciendo que los argentinos “escogieron mal”, pero dejando abierta la puerta para la comunicación con el nuevo mandatario peronista.
“No nos vamos a indisponer. Vamos a esperar un tiempo para ver cuál es su posición real en la política”, afirmó el mandatario brasileño.
En temas comerciales, Argentina y Brasil han dado señales de ser poco consecuentes, aún cuando haya gobiernos de cierta afinidad. Ni las simpatías políticas entre el kirchnerismo y el gobierno de Lula Da Silva, por ejemplo, pesaron lo suficiente para evitar las acciones proteccionistas de los dos lados, como se vio en 2007 durante el conflicto por el comercio de electrodomésticos.
La UCU recordó en su informe de agosto sobre el proceso regional de integración que en los años del kirchnerismo Argentina impuso medidas proteccionistas que perjudicaron al comercio dentro del Mercosur, como “el régimen de Declaración Jurada Anticipada de Importación, las licencias no automáticas, la exigencia de certificaciones con demora en su expedición, amenazas de altos funcionarios para evitar que las empresas realicen importaciones, la aplicación de medidas de defensa comercial no ajustadas al derecho internacional, las trabas aduaneras indiscriminadas aplicadas contra las importaciones y los impuestos a las exportaciones, los que terminaron transformándose en un subsidio indirecto para la industria de alimentos del país vecino”.
Según titula el diario La Nación, del pasado domingo 10 de noviembre “Crece la tensión con Brasil, pero Fernández busca evitar una crisis”. “Quiere descomprimir para no tener un conflicto comercial; por la liberación de Lula la relación se encuentra en el momento más delicado”
La UCU también advierte la existencia de un ambiente económico adverso en los dos países vecinos. Además de la crisis económico-financiera argentina, Brasil ha registrado en 2019 dos trimestres consecutivos de contracción.
En general, las proyecciones de organismos internacionales proyectan un crecimiento de menos de uno por ciento en América Latina y a bajos niveles en la mayor parte del mundo.
Pese a las dificultades en la región, las solicitudes de exportación de bienes alcanzaron el monto de 699 millones de dólares en setiembre y superaron en 10,24% al mismo mes del año pasado, según los datos relevados por la UEU, con base en los Documentos Únicos de Aduanas (DUAs), que no incluyen las exportaciones que salen del país desde las zonas francas. El aumento de los últimos tres meses llevó a mejorar los datos del acumulado en el año, que cerraron con una suba de 3,45% con respecto al mismo lapso de 2018, tras alcanzar los 5.857 millones de dólares.
*Periodista Mexicano