Se trata de un proyecto que incluye acciones de formación y medición del uso hídrico en productos y procesos industriales y que, con la crisis hídrica actual, tomó un nuevo significado para las empresas uruguayas.
La crisis hídrica del país es un hecho que supone el esfuerzo no solo de los ciudadanos y gobernantes, sino de las empresas. En el contexto, con el fin de promover un uso más eficiente del agua, la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), el Programa Mundial para el Agua Sudamérica (GWP por su sigla en inglés) y LSQA, realizaron el lanzamiento del programa Huella de Agua y presentaron los primeros resultados.
En el evento estuvieron presente en presidente de la CIU, Fernando Pache; Alejandra Mujica, coordinadora regional de GWP Latinoamérica y Jorge Arismendi, CEO de LSQA, entre otros. Desde la CIU, Pache recordó que el proyecto inició en 2021 con la creación del servicio “Buenas prácticas azules: medición de Huella de Agua” por parte de GWP y la Cámara, en busca de integrar estrategias de uso eficiente de este recurso en los procesos productivos de las empresas.
En el marco de la iniciativa, y tomando como referencia la experiencia Certificado Azul de Perú, se desarrolló una metodología de medición de huella de agua adaptada a la realidad del país, que se implementó en mipymes industriales, identificando medidas aplicables para la gestión eficiente del recurso hídrico. De esta forma, se apoyó a empresas de los rubros alimentos, metalúrgica, química y cosmética, en la identificación de oportunidades de mejora en el uso y gestión de agua.
El programa ofrece a las compañías un diagnóstico de medición de indicadores de la huella de agua en sus productos, procesos y a nivel organizacional. A partir de eso se realizan recomendaciones para mejorar en la eficiencia del recurso hídrico y se las ayuda a avanzar hacia la implementación de estas acciones. Así los participantes de Buenas Prácticas Azules pueden postular al programa de evaluación y verificación de Huella de agua ISO 14046, desarrollado por LSQA en tres niveles: compromiso, verificación y eficiencia.
¿Qué implica la certificación?
La certificación significa que, a nivel organizacional, realizaron una medición del consumo de agua, de uso directo o indirecto y, por otro lado, aplican recomendaciones para mejorar la propia gestión eficiente del recurso, según expuso Carola Saavedra, directora del departamento de Comunicación y Proyectos de la CIU.
La iniciativa evalúa certificar a empresas que usen el agua como recurso directo de su producción, y también como insumo indirecto, en el caso que el producto o servicio de esa empresa no esté relacionado directamente con el agua. En cuanto a la implementación de la medida en medio de la crisis hídrica, comentó que se trata de una casualidad, ya que este tema se aborda desde 2020 con la Asociación Mundial para el Agua.
Saavedra expuso que se tienen planteadas nuevas formaciones de expertos, de manera que se derrame al país. Esto se debe a que se logró sistematizar la metodología para la certificación, y se tienen previstos convenios con instituciones que forman profesionales en el área, así como el apoyo a otras 15 empresas para el año que viene.
El proyecto fue presentado en la COP26 en 2021, en el Segundo Foro Internacional de Agua y en Unesco. Al mismo tiempo, la CIU está en diálogo con otras cámaras regionales para expandirlo por Sudamérica.
Cada gota cuenta
Hasta el momento, se han medido las huellas de agua enocho empresas, y se espera certificarlas progresivamente. El programa cuenta con financiamiento de proyectos globales, incluyendo el Programa de Agua Verde de la Unión Europea.
El programa se realiza a través de convocatorias abiertas, en las que las empresas interesadas pueden solicitar el servicio de expertos. Además, se ofrece un proceso de acompañamiento y asistencia técnica a lo largo de todo el proceso.
Por su parte, Alejandra Mujica, de GWP Sudamérica, dijo que la organización escaló a toda la región en este año, a través de vínculos con diferentes cámaras, pero con el mismo objetivo: valorizar el agua. Aseguró que para lograr esa meta es preciso medirla, y esta necesidad abarca a todos los países, “cada gota cuenta”, aseveró.
Los protagonistas
La jornada finalizó con la entrega del reconocimiento del alcance Nivel 1: Compromiso, a las empresas Artobe S.A., Gibur S.A., Mapatex S.A., Navemas S.A., Sandonato S.A. y Ulbrika Uruguaya S.A., quienes fueron las primeras que lograron identificar oportunidades de mejora en el uso y gestión de agua y obtuvieron resultado de evaluación favorable en el programa de verificación al que postularon.
Los representantes de las firmas agradecieron el apoyo recibido y coincidieron en la importancia de este programa para la generación de consciencia sobre la utilización del recurso hídrico en todas las etapas de sus procesos productivos.
“Nuestra fuente de vida es el agua. Por lo tanto, aprovechamos esta iniciativa para saber dónde estamos siendo deficitarios. En nuestra empresa somos muy eficientes con el uso de este recurso, pero tenemos un 80% de posibilidades de mejora y eso es lo que queremos implementar gracias a este programa. Además, es una oportunidad de dar un mensaje a la sociedad, a través de los consumidores, sobre la importancia que tiene el agua, independientemente del lugar del planeta en donde estemos”, concluyó Sebastián Figuerón, director general de Mapatex S.A., compañía dedicada al cultivo de vegetales hidropónicos.
La crisis hídrica en las industrias
Según datos volcados por la Cámara de Industria, en su relevamiento de utilización de agua en los procesos productivos de las empresas industriales nacionales, el 62% de las empresas del país afirmaron que están teniendo impactos en sus procesos productivos por la mayor salinidad del agua de OSE. Esto implica dificultades en el tratamiento del agua, daño a la maquinaria y equipos, cambio en el sabor y calidad de la producción, entre otros.
Al mismo tiempo, se indica que el 63% de las empresas locales que no utiliza agua de OSE en sus procesos productivos y dispone de fuente propia para su abastecimiento. El 80% de estas indicó que no cuenta con saldos excedentarios de agua para proveer a otras industrias o a OSE.
Este reporte tomó como muestra a 153 empresas, que representan a más del 10% del empleo industrial formal del país.
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