La Academia del Plata realizó un acto en homenaje al abogado y filósofo argentino Carlos Alberto Sacheri. La actividad se realizó en el auditorio del Colegio San Pablo (Ciudad de Buenos Aires) en el marco del 50º aniversario de su asesinato y La Mañana estuvo presente.
Los oradores fueron la doctora María L. Likac de Stier, el doctor Ricardo Von Büren y el arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, quienes recordaron al filósofo católico que fue asesinado en 1974 frente a su familia, en un atentado del grupo guerrillero Ejército Revolucionario del Pueblo luego de asistir a misa en la localidad bonaerense de San Isidro.
Sacheri fue un destacado exponente del tomismo, doctorado en Filosofía en la Universidad de Laval, en Quebec, Canadá, estudió con el filósofo tomista Charles de Koninck. Era profesor de Metodología Científica y de Filosofía Social en la Universidad Católica Argentina (UCA) y de Filosofía e Historia de las Ideas en la Facultad de Derecho de la UBA.
A su regreso de Canadá, en 1967 comenzó a dar clases y a escribir en distintas publicaciones. Estudioso de Santo Tomás, católico y crítico de nuevas tendencias sociales, en 1969 publicó el libro La Iglesia clandestina, en el que denunció una infiltración marxista en la Iglesia católica y cuestionó a algunos dirigentes del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.
Por otra parte, publicó el libro El orden natural, en el que afirmó que una cultura o sociedad será más elevada cuanto más respete los valores humanos fundamentales surgidos de la ley natural.
Además, se desempeñó en el Conicet, donde colaboró con su presidente, Bernardo Houssay, y en la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Fecic). También formó parte del Instituto de Promoción Social Argentina (IPSA) y del Movimiento Unificado Nacionalista Argentino.
A 50 años de su asesinato, el evento conmemoratorio fue una gran oportunidad para que los oradores repasaran la historia del mártir, definido así por dar su vida por Cristo Rey, la familia y la patria. Quien moderó el encuentro fue el Dr. Gerardo Palacio Hardy, presidente de la Academia del Plata. A su cargo estuvo la lectura de una carta enviada por la vicepresidenta de Argentina, Victoria Eugenia Villarruel, que no pudo hacerse presente. Expresó que el homenaje representa una importante oportunidad para recordar a Sacheri como destacado educador, académico y filósofo, que defendió con convicción el tomismo, los valores cristianos y el anticomunismo, haciendo una contribución valiosa y duradera a la filosofía y educación.
“También nos congrega a recordar su trágico y cobarde asesinato en 1974. Lo que dejó una marca en su época y que hoy, 50 años después, nos conmueve profundamente. Su pérdida no solo privó a la sociedad de un intelectual comprometido y valiente, sino que también se convirtió en un recordatorio de los tiempos más oscuros que atravesó nuestro país. Hoy, al cumplirse medio siglo de su partida, honramos su memoria, reafirmamos nuestro compromiso con los ideales y valores que él defendió con tanta convicción”, finalizó la carta de Villarruel.
Por su parte, Palacio expuso que el encuentro no se trató de un recordatorio ni de una conmemoración, sino de un homenaje: “En la Edad Media, este término tenía por significado el acto de jurar solemnemente fidelidad a un rey, noble, o señor y luego se extendió a los actos que se realizan en honor a una persona. En cualquier caso, implican el reconocimiento de que el homenajeado está dotado de una excelencia que está por encima de nuestras propias virtudes”, aseguró. Y agregó: “Carlos Sacheri fue, sin duda, el mejor de nosotros. Así lo advirtieron los enemigos de Dios, de nuestra patria y de la verdad, por eso fue asesinado”. Por eso la Academia del Plata quiso rendir especial homenaje en el sentido más antiguo y clásico del concepto.
El filósofo que pensó su tiempo
Al iniciar su oratoria, María L. Lukac de Stier, dedicó unos minutos a leer un texto titulado “Carlos Sacheri, el filósofo que pensó su tiempo”. En él se indicó que es sabido que la filosofía es atemporal, y que no es el último filósofo el que proclama la verdad esencial, sino que son actuales Platón, Aristóteles, San Agustín o Santo Tomás, pero que esta atemporalidad no justifica que el filósofo no piensa en los problemas de su tiempo. “Sacheri es el ejemplo más cabal del filósofo que desde la abstracción más alta revisó todos los problemas temporales de la época que le tocó vivir”.
Aseguró que su valor fue mucho más allá, porque como cristiano cabal se interesó por los problemas eclesiásticos enraizados por lo sobrenatural y les hizo frente. Fruto de este pensar su época, fueron sus dos libros escritos y editados en vida, así como innumerables artículos publicados.
La académica comentó que cuando le propusieron participar en este homenaje no se sintió la persona indicada, porque entendió que hay colegas y amigos que estuvieron mucho más cerca de Sacheri. “Fue una persona que la providencia puso en mi vida para ir marcando los caminos en mi carrera académica y de investigación, agregó.
Recordó que cuando Sacheri fue secretario científico del Conicet, en 1970, creó un instituto de investigación para proteger esta tarea de los bruscos cambios en política que se daban y se preveían en Argentina. “Entre ellos creó el Instituto de Filosofía Práctica, del que fui la primera becaria, su director había dirigido a otros becarios previamente, pero no en el contexto del instituto”.
Como becaria, Lukac concurrió a la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura, primera sede del Instituto de Filosofía, y allí se cruzaba con Sacheri, quien también fue impulsor de la revista Ethos, publicación anual en cuyas ediciones participó la oradora desde el segundo número como correctora y articulista.
Tuvo a Sacher como profesor de filosofía social en la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA. Rememoró que, providencialmente, Sacheri puso nuevamente en marcha la Sociedad Tomista Argentina, Lucak quedó comprometida con la Sociedad desde hace 48 años, ya que considera que era algo que le debía a su gran maestro “caracterizado por su valiente y certera visión de la realidad política argentina, así como de la infiltración marxista en la Iglesia”, dijo.
La oradora sostuvo que no ha podido saberse a ciencia cierta si el asesinato se debió a las verdades expuestas en La Iglesia clandestina o a sus enseñanzas en universidades, así como en todas las organizaciones de las que formó parte, incluso en sus relaciones con los sindicatos. “Si bien se le atribuyó al grupo guerrillero en carta dirigida a la esposa de Sacheri para la Navidad, al igual que el asesinato de Jordán Bruno Ollenta poco tiempo antes, siempre quedó la duda flotando en el aire. En ambos casos el martirio fue consumado por defender la verdad, a Cristo Rey y a la patria”.
A Sacheri lo mataron porque pensaba
Al momento de realizar su presentación, Ricardo Von Büren recordó que un famoso periodista que tenía grandes diferencias ideológicas con Sacheri, Bernardo Neustadt, lo invitaba regularmente a su programa televisivo y radial. Luego de su muerte lo recordó en la revista Extra, de la que era director, y expresó una frase que resume el martirio sacheriano: “Yo que no me puedo sentir entre los que compartieron sus ideas, y que discrepaba con él, aseguro que a Sacheri lo mataron porque pensaba”.
Explicó que no habría sido objeto de un atentado criminal si no se hubiera dedicado a reflexionar sobre las cosas de la Iglesia argentina. “Lo que Sacheri pensaba y luego transmitía fue el motivo de su muerte, porque el influjo que ejercía alteraba los planes de los enemigos de Dios, de la Iglesia y de la patria”. Agregó que su martirio y su pensamiento son dos caras de una misma moneda: “Su muerte se explica por su pensamiento, y este es causa de aquella. Para comprender su muerte debemos conocer sus ideas”.
Además de El orden natural y de La Iglesia clandestina, Sacheri publicó más de 50 trabajos que van desde comentarios bibliográficos hasta su tesis doctoral, escrita, publicada y defendida en francés. Pasó por entrevistas, conferencias académicas, charlas de divulgación, artículos publicados en revistas especializadas y sus libros. “Toda esta producción en conjunto nos permite hablar de una sólida elaboración doctrinal, especialmente en materia de filosofía de la ciencia, biología, antropología ética, educación, economía, doctrina social de la Iglesia, seguridad social, o su planteo en materia universitaria”, dijo el orador.
El orden natural
Von Büren expuso que cuando Sacheri habla del orden natural no lo hace en el sentido naturalista, como si se tratase de una cierta disposición de las realidades jurídicas-políticas contrarias a lo sobrenatural, esa no es la posición de Sacheri. “Habla del orden natural tanto como de orden natural y cristiano, y que revela el sentido profundo de su pensamiento, estructurado sobre una resolución entre las relaciones de fe”.
El orador aseguró que, como puede advertirse del análisis de sus obras, Sacheri habla del orden natural como de orden natural y cristiano, y que revela el sentido profundo de su pensamiento, estructurado sobre una resolución entre las relaciones de fe. “En la síntesis doctrinal sacheriana, la expresión implica una conveniente disposición de las cosas naturales que no ha surgido por azar ni por evolución sino por la directa intervención de Dios”, explicó.
En ese sentido, indicó que la expresión orden natural debe ser entendida como orden de la creación, surgido de la sabiduría del Dios natural que se ha relevado a sí mismo a través de la segunda persona del verbo encarnado: Jesús.
Para referirse a esto, Van Büren citó al homenajeado: “El mensaje del cristianismo es de plenitud humana y sobrenatural, armónicamente conjugadas en el verbo encarnado y salvador de todos los hombres”. Además de su mirada, su reflexión lo coloca frente a la relación de Dios con el hombre y con la sociedad. Sacheri la resuelve en los siguientes términos: “La disyuntiva es total y no admite posturas intermedias, o bien la civilización se edifica en el respeto de los derechos de Dios y del hombre o, por el contrario, lo hace en la negación de tales derechos. La primera es la civilización del orden natural y cristiano, la segunda es la de la revolución anticristiana”.
El disertante aseguró que Sacheri no es un utopista ni un ideólogo de escritorio, no construye arbitrariamente un orden político- jurídico perfecto surgido de su razón autónoma, sino que, a partir de la experiencia, lee la naturaleza humana y los bienes a los que tiende. También tiene sus proyecciones sociopolíticas en la historia y extrae de ellas las líneas centrales, las leyes naturales en un sano orden comunitario e iluminándolo con las luces de la revelación, y a esto lo llama el orden natural y cristiano.
“Es el ordenamiento de las actividades e instituciones temporales de conformidad con el derecho natural y cristiano, al que concibe como el orden social más armonioso y respetuoso de Dios”, sostuvo.
Lo que Sacheri propone como paradigma institucional y, según sus palabras, supone una actitud integradora, armonizadora de todos los sectores y sus legítimos intereses, parte del respeto de la persona y sus derechos esenciales, de la vitalidad de las familias, de la coordinación de los grupos intermedios y las asociaciones profesionales. Todo ello bajo la supervisión del Estado como procurador del bien común y de la Iglesia siempre atenta a las almas.
El orden público cristiano de convivencia propuesto por Sacheri se sostiene en una doctrina respetuosa de los derechos humanos y de Dios, fundada en la realeza social de Cristo. “Nosotros debemos cambiar y debemos llevar el cambio a la gente que reemplace al liberalismo, la dialéctica de clase del marxismo, por un orden natural y cristiano”, decía el autor.
“Murió por nosotros”
Según comentó Von Büren, la muerte se Sacheri no fue sorpresiva ni inesperada para él, sabía que iban a matarlo. “Era consciente de que su vida corría peligro y que las amenazas que sufría no eran solo verbalismo, sino que en el contexto violento de la Argentina de los años 70 era muy factible que se cumplan”, dijo.
Aseguró que era tan cierta la posibilidad de su muerte que Sacheri contrató dos seguros de vida a su nombre y a favor de su esposa que fueron hallados luego de su asesinato. “No se escondió ni huyó, cumpliendo sus deberes cotidianos e irradiando a Cristo en todos los lugares por los que transitaba, caminó con firmeza y valentía hacia su destino providencial. Sacheri sabía que iban a matarlo y no dudó ni especuló, ofreció su vida y su muerte como un acto de servicio, entregándose por Dios, la Iglesia, la Argentina y su familia. Sacheri muere por nosotros”, reflexionó el orador.
Llamado a los jóvenes
El monseñor Héctor Aguer aseguró que la muerte de Sacheri se trata de un martirio y lo que hace al mártir no es tanto el sufrimiento que soporta, sino al amor que lo mueve, la caridad. “Es el ágape del nuevo testamento lo que hace que una muerte no buscada sea un martirio”, expuso.
“Él era el hombre del futuro para la Iglesia y para la patria, yo interpreto su muerte como un fruto de la caridad, del amor que vivió, esa caridad la experimentó en todas sus conferencias y charlas, así como se dirigía a auditorios cultos también lo hacía a nivel popular en parroquias de barrio”, recordó.
Explicó que El orden natural es un libro que tiene una actualidad extraordinaria, porque en el pensamiento individualista y constructivista que hoy reina, no se reconoce le valor metafísico del concepto de naturaleza que equivale a la realidad y da sentido a las cosas. “El orden natural es más importante hoy que cuando fue escrito, lo importante es darlo a conocer y que se comprenda su valor”.
Llamó a movilizar a los jóvenes para que ellos conozcan la personalidad y pensamiento de Sacheri y, también, “habría que publicar una edición completa de sus obras y una traducción de su tesis sobre la necesidad de la deliberación para que los jóvenes conozcan esta figura y su carácter.
Más allá de la academia
Paz Sacheri es nieta de Carlos. Si bien no llegó a conocer personalmente a su abuelo, lo lleva su alma, ideas y sentimiento. “Tengo un cariño muy grande por él a pesar de que no lo conocí. Lo que más destaco es su amor a Cristo Rey, cómo defendió la verdad encarnada que es Cristo con su propia vida. Su amor a la patria se tradujo en esta defensa por la verdad enseñada por medio de la filosofía”, dijo. Recordó que a los nueve años “ya quería ser filósofa como mi abuelo, a pesar de no entender lo que era”.
Aseguró que, desde el cielo, él la ha llevado por el camino de servir a Dios en la familia religiosa del verbo encarnado. Está desempeñándose en una villa en La Plata, trabajando en dos parroquias, una capilla y en un colegio. “Somos siete hermanas entre las que trabajan para el gobierno provincial y las que nos dedicamos al apostolado”, indicó.
Por otra parte, el senador Guillermo Domenech también asistió al evento de homenaje a Sacheri y destacó que El orden natural expone los principios de la doctrina social de la Iglesia, por lo que recomendó a los jóvenes leer esta obra de los principios fundamentales cristianos en materia social y política.
Rememoró que el en la década del 70 Sacheri concurrió al Uruguay a cursos de formación de jóvenes en filosofía y doctrina social de la Iglesia. “Tanto nos cautivó su personalidad y su sabiduría que fuimos a un seminario en San Miguel con varios amigos y hasta el día de hoy su obra es de referencia para mí. Al punto que, cada miércoles, en reuniones de Cabildo Abierto, procuro extraer algún párrafo para compartir y comentarlo, de manera de motivar a los jóvenes en el tema”, dijo a La Mañana.
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