Sin la presencia física de los fieles, la ciudad de Florida se apresta a celebrar la festividad de San Cono este 3 de junio sin los miles de feligreses que tradicionalmente llegan de todas partes del país.
Desde hace más de 130 años, cada 3 de junio las calles de Florida son una fiesta, cientos de puestos callejeros se instalan en la calle Rodó y devotos de San Cono de todas partes participan en una procesión popular. La gente le adjudica milagros de todo tipo y pide su intercesión en la tradicional quiniela.
Cono de Teggiano
San Cono fue un religioso italiano nacido en el pueblo de Teggiano en el siglo XII. Sus padres, de edad avanzada, pedían a Dios la gracia de un hijo, que les fue concedida luego de una visión que ambos tuvieron una noche, donde vieron que Igniva, la mujer, daría a luz a un hijo que deberían llamar Cono, y que con la santidad de su vida daría gloria a sus padres y a su pago natal.
De familia adinerada, Cono descubrió su vocación desde muy jóven e ingresó a un monasterio benedictino, donde vivió de forma humilde y sencilla su religiosidad. Una tarde a principio de junio, cuando tenía 18 años, recibió un misterioso mensaje: “Esta noche Dios te llamará”. Así, en la madrugada del 3 de junio murió serenamente.
Llegada a Florida
Fue canonizado por el Papa Pío IX el 27 de abril de 1872, y diez años después la comunidad de inmigrantes provenientes de Teggiano decidió traer una imagen del santo a Uruguay y construirle una capilla. La devoción y apropiación por parte del pueblo no tardó en llegar y a principio del siglo XX ya era conocido por gran parte de la población, que comenzó a adjudicarle a San Cono su tinte propio. De ser el patrono de Teggiano y protector contra guerras y pestes, pasó a ser patrono de los “quinieleros”, y es invocado ampliamente en juegos de azar y para conseguir dinero.
Todos los 3 de junio, día de su festividad, fieles de todo el país y hasta del extranjero se congregan en la Capilla de San Cono para celebrarlo. Por la mañana, el obispo preside la eucaristía, y por la tarde se realiza la popular procesión con la imágen del santo. El día es tan popular en Florida que hasta se decretó el 3 de junio como feriado departamental. Cientos de puestos de venta se amontonan en la calle frente a la capilla que recibe a decenas de miles de personas cada año.
San Cono es un santo católico aunque jurídicamente la Capilla no pertenezca a la Iglesia. Así lo define el sacerdote Gabriel González de Florida en contacto con La Mañana. “San Cono es una capilla privada que maneja un asunto religioso. Desde la misma han solicitado tener oficio religioso y la Iglesia ha accedido, y aunque en otros momentos hubo cierta hostilidad entre la Iglesia y la comisión de la capilla, con el tiempo se fueron suavizando las posiciones, y la Iglesia cree que en la medida que actúen en San Cono podría ayudar a encaminar la religiosidad popular que se vive”.
José Andrés Arocena, vecino y político floridense, considera que “la relación entre Florida y San Cono es una realidad social indisoluble, que se da al punto de que hasta ateos creen en el santo. Está tan arraigada en nuestra realidad que no podemos separarla. El 3 de junio es una fiesta religiosa, pero de la ciudad de Florida, todos recordamos ir de chicos con mamá a la feria de San Cono que permanece toda la semana, participar de la procesión, las campanadas. La capilla es como un museo de la devoción del pueblo al santo, fe que moviliza a todo tipo de personas sin distinción”.
Santo futbolero
La devoción popular se vive en todos los ámbitos sociales, y como no es de extrañar, también lo hace en el fútbol.
Arocena destaca que “San Cono tiene una devoción popular enorme, eso lleva a que personas como el “Cebolla” Rodríguez haya venido a caballo desde su Juan Lacaze natal a cumplir la promesa que tenía luego del mundial”. De hecho, Cristian Rodríguez visitó la capilla en 2013 luego de clasificar al mundial y en 2017 luego de obtener un campeonato con Peñarol.
No es el único deportista devoto de San Cono, de hecho son muchos los futbolistas que realizan promesas y visitas al santo, como Fabian el “Lolo” Estoyanoff en 2017, Josema Giménez, que visitó la capilla en 2018, y también hicieron lo propio Thiago Vecino, Giorgian de Arrascaeta, Diego Polenta y Tabaré Viudez.
Hace 136 años que el santo está en Florida y es la primera vez en la historia que la capilla ha permanecido tanto tiempo cerrada
La pandemia y sus consecuencias
A pesar de su rica historia en el imaginario social uruguayo, la pandemia afectó la realización de las celebraciones, por lo cual la Comisión Directiva de Capilla San Cono decidió el 19 de mayo suspender por primera vez desde 1888 las festividades, en el marco de las medidas sanitarias y para evitar la aglomeración de gente.
Fernando Morella es integrante de la comisión y descendiente de los inmigrantes que trajeron a San Cono al Uruguay. En comunicación con La Mañana, aseguró que “el virus ha cambiado la cotidianeidad de la gente. La imagen del santo hace 136 años que está en la ciudad de Florida y es la primera vez que la capilla ha permanecido tanto tiempo sin fieles.
Cerramos del 18 de marzo hasta el 7 de mayo, cuando volvimos a abrir con las nuevas medidas sanitarias. Lo único que está abierto es la capilla central para rezar, no se puede tocar al santo y el nicho también está cerrado, tenemos habilitado el lugar para encender velas y los servicios higiénicos. Estuvimos abiertos hasta el viernes, y a partir del sábado cerramos la capilla, en principio hasta el domingo 7 de junio, en vista de que tuvimos muchas consultas sobre las celebraciones y mucha gente nos llamó para confirmar excursiones. Pero para evitar aglomeraciones, la mejor decisión era cerrar las puertas y exhortar a la gente a que no venga en este momento. Es raro ver la capilla cerrada, la calle Rodó sin los kioscos armados para la feria, es todo muy distinto”.
Las festividades este año se darán en el ámbito personal de la fe de cada uno, “va a ser un 3 de junio normal. Iremos (la comisión directiva) a la capilla a acompañar al santo, pero a rezar y nada más, vamos a estar unos pocos minutos porque es un día muy importante para nosotros. No hay actividad ninguna, pedimos autorización al obispo para tratar de que se pudiera realizar una misa y transmitirla en redes sociales pero lamentablemente no se concretó. Pero no quita que la gente pueda compartir sus recuerdos y su devoción al santo en las redes sociales”, comenta Fernando.
La comisión está conformada por descendientes de los italianos que vinieron en el siglo XIX. Fernando cuenta que los inmigrantes de la época, provenientes de Teggiano, que venían escapando de diversas situaciones adversas, tuvieron un percance en su travesía y casi naufragan frente a las costas de Brasil. En ese momento le pidieron a San Cono, el santo del pueblo, que si llegaban sanos a tierra firme, traerían una imágen y levantarían una capilla en su honor. Así lo hicieron, y también instalaron otra de sus costumbres que consistía en realizar en su festividad una procesión por las calles de la ciudad. Un 3 de junio de 1885 cuando se terminó de construir la capilla se realizó la primer procesión por las calles de Florida, lo cual provocó al inicio el rechazo y burla de algunos habitantes de la localidad, entre ellos una vecina que según cuentan les soltó al perro.
Esa misma noche hubo un pequeño temblor en la ciudad, y la única casa que sufrió daños fue la de la señora, y ella inmediatamente se dirigió a la capilla para pedir perdón y desde entonces se volvió devota, ofreciendo incluso la pila bautismal de la capilla que aún existe.
Desde entonces, hace ya 136 años, la popularidad del santo no ha parado de crecer y la población le atribuye todo tipo de milagros. La gente que trajo la imagen fue quien se hizo cargo de la administración del lugar, pasando la tarea a través de las generaciones hasta llegar a los 9 miembros actuales, laicos católicos que cuidan atentamente la imagen de un santo que consideran propio.