Como cada 1º de mayo desde 1943, el club Cerros Negros de Colonia realiza su fiesta aniversario, en la que toda la comunidad se hace presente para mantener viva la unión entre vecinos. La excusa es celebrar y recaudar fondos para el club, sin embargo, el trasfondo es inculcar a las nuevas generaciones el amor por lo propio y la unión entre personas más allá de las diferencias.
El paraje Cerros Negros, llamado así por los cerros de tierra con los que cuenta, queda al este de Colonia, a 13 kilómetros del pueblo Cufré y a siete de Mal Abrigo. Se trata una zona rural que ha perdido generaciones jóvenes, ya que muchos chicos se fueron a estudiar a Montevideo. Es, básicamente, un área lechera-quesera, aunque también hay algo de agricultura.
Allí se encuentra el club social Cerros Negros, una institución que cada 1º de mayo celebra su aniversario y este 2024 cumplió 81 años. En cada celebración se mezcla el deporte, la gastronomía y el arte, fundamentalmente danza y canto.
La jornada de hoy comienza con un partido de fútbol de veteranos, una tradición que siempre se mantiene, ya que se practica desde la fundación del club. Tal es así que el club alcanzó a participar en campeonatos hasta llegar a la Liga Helvética de Nueva Helvecia.
Luego de ese partido se realizará el almuerzo criollo, que consiste en asado con cuero, chorizo, postres caseros, pasteles y servicio de bar. Se brinda la posibilidad de que quienes participen de esa comida tengan la libertad de almorzar allí o comprar y llevar a sus casas.
Posteriormente, en la tarde, se da lugar a otro campeonato de fútbol con cuadros de la zona y, en simultáneo, dentro del salón, participan distintos grupos de danza, entre ellos un grupo de danza folclórica de Ismael Cortinas, un grupo de Colonia Valdense y cierra el Ballet Folclórico de la Intendencia de San José.
La colaboración como pilar
La Mañana dialogó con Mauricio Álvarez, nieto de uno de los fundadores y actual organizador de la fiesta del club, quien destacó la importancia de generar encuentros sociales como los de cada 1° de mayo, porque generan comunidad y, además, son fundamentales para recaudar fondos que posibiliten el crecimiento del club y la calidad de los eventos que allí se realizan.
En cada aniversario, el número de asistentes varía según el día de la semana que sea, pero cuando coincide con un viernes o sábado, los participantes suelen llevar la fiesta hasta altas horas de la madrugada, con baile de por medio. “Hoy a la gente le gusta mucho salir, se unen a todas las fiestas, nos acompañan siempre y no se privan de nada”, dijo Álvarez.
El organizador explicó que cada año las personas que llegan a la mañana no son el mismo público que pasa en la tarde o en la noche. En las primeras horas se acercan quienes van a almorzar o pasar el día hasta la tardecita. Otros prefieren ir a la hora de cortar la torta, cuando sol va cayendo y comienza el baile.
Álvarez aseguró que está conforme con los vecinos y la población en general de la zona, “y creo que, si se les pregunta a otros, todos van a decir lo mismo”, señaló. Afirmó que se hace presente cualquier vecino que se lo llame o invite a participar tanto de actividades recreativas como para colaborar. “Al ser un club de campo es un lugar que precisa mantenimiento. No hace muchos días realizamos una jornada de limpieza para llegar bien al evento de hoy, con instalaciones prolijas y cómodas. Todo es voluntario, no se le paga a nadie. Eso se hace gracias a que los vecinos le dan para adelante y apoyan. Del lado de adentro de la institución se hacen las cosas lo mejor posible para que el otro lo note”, detalló.
Que el pasado siga presente
“Más allá de que es un día de fiesta y recaudación para el club, la esencia es mantener la institución como punto de encuentro, y conservar otras tradiciones de nuestro pasado”, aseguró el entrevistado. Relató que muchas de las personas que llegan a la celebración fueron compañeros de escuela hace más de dos o tres décadas. “La vida nos llevó a tomar distintos caminos, algunos estudiaron y son profesionales, ingenieros, veterinarios, también están quienes no estudiaron una carrera universitaria y se quedaron en la zona trabajando. Todos llegan el 1° de mayo o días antes y están al firme. No hay diferencias, somos muy cuidadosos en eso de tratar de no hacer distinción con nadie, que seamos un grupo homogéneo”, resaltó.
Agregó que se acercan personas de todas las generaciones porque en el pueblo ya es tradición que algunos mayores sean parte de la faena para el asado con cuero. Un ejemplo de ello es un vecino de 86 años que estuvo desde el principio del club. “Es alguien que tiene mucha voluntad, siempre nos da una mano o nos hace algún cuento de cómo arrancaron. También están quienes tienen 60 años, estamos los de 40 y también nuestros hijos. Somos unas cuatro generaciones”, explicó Álvarez.
En ese sentido, recordó que en una de las jornadas estaba su hija con otros niños ayudando a barrer o con lo que se necesitara: “Creo que a la edad de ellos es muy importante que vean lo que se hace por el club, para que lo puedan mantener cuando sea su turno”.
Siempre mejorar
Detrás del predio del club está la Escuela 121 de Cerros Negros. Es la institución primaria de la zona y también un punto de encuentro. Los alumnos utilizan las instalaciones del club; el año pasado, por ejemplo, realizaron la fiesta de fin de año allí debido a las inclemencias de un importante temporal que dañó elementos de la escuela.
El club, a su vez, se utiliza para reuniones familiares, incluso se han hecho actividades vinculadas al sector agropecuario, como charlas de ingenieros a las que suelen acompañar los vecinos. “No hace muchos días, un técnico y un capataz de obra de UTE dieron una charla informativa junto a personal del Ministerio de Industria, Energía y Minería sobre nuevas herramientas sostenibles para la generación de energía como los paneles solares.
El club continúa activo de diversas maneras. Por ejemplo, se está trabajando para una actividad de primavera que se hará el 22 de setiembre, que implicará juegos de campo y jineteadas, y para eso empezarán a hacer un ruedo en el predio del club. “Destaco el compañerismo de la zona, somos un gran grupo que trata de ser compañero y mantener esto. Este año seguimos en un proyecto de la ampliación, ya hablamos con un arquitecto y albañil para manejar cuáles son las necesidades que tenemos”, expuso Álvarez.
Historia
La iniciativa de fundar el Club Cerros Negros se le adjudica a Santiago Nogueira, un picapedrero que llegó a la zona para trabajar allí en la realización de postes y adoquines. Un día como cualquiera decidió disputar un partido de fútbol entre quienes trabajaban con él, delinearon la cancha en un campo y los equipos se dividían entre quienes vivían a la izquierda y a la derecha del arroyo Cerros Negros. Los segundos fueron los ganadores y se llevaron como premio un cordero asado.
Pero ese cordero no fue degustado únicamente por el equipo ganador, sino que se realizó una gran reunión de confraternidad entre todos, jugadores y vecinos de la zona. Este hecho se dio el 1° de mayo de 1943, en el campo de Octavio Cabrera. Ese encuentro entre vecinos y amigos se convirtió en una jornada histórica que fundó el club y, actualmente, 80 años más tarde, continúa celebrándose en la misma fecha.
En aquella reunión fraterna se decidió formar un solo equipo de fútbol llamado Cerros Negros en honor a esa localidad del departamento de Colonia. “Cerros Negros nació entre los cerros, creció humilde, se encumbró en la gloria sin perder su humildad; gente de lucha y trabajo le ha permitido llegar a 41 años de vida”, dice un extracto de un documento de hace 40 años que relata la historia del club.
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