Semana Santa recuerda el amor de Dios por la humanidad. Una semana en la que los cristianos están llamados al recogimiento y la reflexión.
Hace unos años un sacerdote preguntó a un grupo de niños qué era más importante para el catolicismo, si Navidad o Semana Santa. Todos guardaron silencio por un momento asimilando la pregunta que nunca se habían planteado pero que adivinaron era una interrogante seria y desafiante.
La mayoría se apuró a responder que Navidad. La respuesta parecía obvia, y la argumentación a la que muchos se plegaron fue que siempre se celebran y siempre son importantes los nacimientos, es algo que la humanidad festeja porque es una instancia buena en sí misma.
En Navidad hay regalos, grandes reuniones familiares, cosa que en la otra celebración o conmemoración no.
Los niños más grandes, casi adolescentes, platearon un razonamiento más elaborado. Dijeron que además de ser el nacimiento de Jesús también es un día de celebración mundial, mientras que Semana Santa solía pasar inadvertida, al punto de que muchas personas ni siquiera la llaman así, siendo muy popular la denominación de Semana de Turismo.
La mirada severa del sacerdote les hizo ver que estaban lejos de la verdad, y les dejó en claro que lo popular no siempre va de la mano de lo católico, aunque hay muchas celebraciones y tradiciones que las sociedades han incorporado y que tienen su origen en alguna tradición o festividad católica.
El cierto -les dijo el sacerdote-, en Semana Santa no hay grandes reuniones familiares como sí en Navidad, no hay regalos, fuegos artificiales ni ninguna expresión de festejo, es una instancia en la que Jesús cumple con su vocación y cometido, redimiendo al género humano, y eso lo logra muriendo en cruz y resucitando días después. Por eso la Semana Santa es el momento más importante del cristianismo en general y el catolicismo en particular.
Efectivamente, “Semana Santa es la semana mayor para los cristianos. Una semana cargada de signos. Es la celebración anual de la pasión, muerte y resurrección de Jesús”, enseña la doctrina católica. Además de que “también puede ser una ocasión para reflexionar sobre valores universales como el perdón y la esperanza”.
Este año Semana Santa comenzó este domingo 24 de marzo con la Misa del Domingo de Ramos, y termina el domingo 31 con la fiesta de la Pascua. Durante toda la semana los cristianos están llamados al recogimiento y la reflexión.
Aunque toda la Semana es importante, en la web de la Iglesia Católica (icm.org.uy) se destaca como “los días más fuertes” los que se concentran en el Triduo Pascual, que van “desde tarde del jueves con la celebración de la Cena del Señor, hasta el Domingo de Resurrección”.
Del Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección
El Domingo de Ramos se celebra la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, en la que todo el pueblo lo alaba como rey, con cantos y palmas. Ese día se desarrolla una procesión y se llevan ramos para ser bendecidos en la Iglesia y se participa de la Misa.
La Misa crismal es la celebración, propia de la mañana del Jueves Santo, en la que todos los sacerdotes de la diócesis renuevan sus promesas y se consagran los óleos para ser usados en los demás sacramentos.
Triduo Pascual: el Jueves Santo se recuerda la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que les lavó los pies dando un ejemplo de caridad y servicio. En la Última Cena se instituyó el Sacerdocio, y la Eucaristía, ésta última el legado más maravilloso de Jesús.
El Viernes Santo es el día en que se recuerda la Pasión de Cristo compuesta por una serie de acontecimientos dolorosos que incluyen la prisión, la traición y el abandono, la flagelación, la coronación de espinas, el camino doloroso hacia el calvario y la crucifixión de Jesús. Cada una de esos momentos o estados se reflejan en el Vía Crucis.
El Sábado Santo es también el Sábado de Gloria. En la mañana se recuerda el día que Jesús pasó entre la muerte y la Resurrección; momento caracterizado por el luto y la tristeza debido a que Jesús no está entre nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos. En la noche comienza la vigilia pascual a la espera del Domingo de la Resurrección de Jesús.
Por último llega el Domingo de Resurrección. Una jornada de gran importancia y alegría para los católicos porque con su resurrección Jesús venció a la muerte y nos dio la vida.
Visita a las Siete Iglesias
El Viernes Santo se practica la visita de las siete iglesias, una tradición iniciada en Roma por San Felipe Neri y que se ha propagado por el mundo entero, conservándose hasta nuestros días.
Se visitan siete iglesias con la finalidad de agradecer a Jesucristo por los dones de la Eucaristía y del sacerdocio que instituyó aquella noche santa, explica el sitio web católico ACI.
Para este año la Iglesia Católica difundió dos programas de visitas a las siete iglesias en Montevideo:
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