Desde el pasado lunes y hasta el jueves 5 de mayo, Punta del Este es anfitriona de la conferencia anual por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, organizada por la Unesco, con apoyo del MEC. El lema que centraliza la edición 2022 de la asamblea global es: “Periodismo bajo asedio digital” y propone una reflexión sobre el impacto del avance de la tecnología en la libertad de expresión, la seguridad de los periodistas y el acceso a la información.
Cada 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, con el objeto de promover en los gobiernos respeto y compromiso con la libertad de prensa. Este es además un día de reflexión para los profesionales de los medios de comunicación sobre la ética profesional y una instancia de apoyo a los medios de comunicación que son objeto de restricciones o censuras. También es un día para recordar los periodistas que perdieron su vida ejerciendo esta vocación. De acuerdo a la Unesco, “en docenas de países de todo el mundo las publicaciones son censuradas, multadas, suspendidas y clausuradas, mientras que periodistas y editores son acosados, atacados, detenidos e incluso asesinados”.
El evento, que convocó a más de 300 disertantes e invitados de todo el mundo, entre los que se encuentran coordinadores de la ONU para toda la región, periodistas, representantes de distintos medios de comunicación, activistas, políticos, gestores de ciberseguridad y expertos jurídicos, también pretende desarrollar soluciones concretas para hacer frente a las amenazas que plantea el aumento de la vigilancia para la libertad de prensa y la privacidad.
Más de mil personas se encuentran presentes en Punta del Este y cerca de dos mil asisten de forma virtual a las más de 70 charlas y talleres que se están desarrollando para trabajar la cuestión de la libertad de prensa bajo el asedio digital. Un tema sin dudas apremiante ya que, de acuerdo al último informe de la Unesco sobre libertad de expresión y desarrollo de medios de comunicación, mientras asistimos al florecimiento de nuevas tecnologías, en los últimos 5 años el 85% de la población mundial ha experimentado una disminución de la libertad de prensa en su país, y durante ese período, 400 periodistas murieron ejerciendo la profesión. A esto se suma la constatación de que los ingresos publicitarios de los periódicos se redujeron a la mitad. Lo anterior presenta un desafío para la supervivencia de los medios y amenaza el libre ejercicio del periodismo, garante de la democracia y de la convivencia en paz de las naciones.
Lacalle subrayó importancia de medios locales y de la ética del periodista
La ceremonia inaugural de la conferencia contó con la participación del presidente de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, Ricardo Pérez Manrique, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, el ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, el ministro de Turismo, Tabaré Viera, el canciller, Francisco Bustillo, y el ministro de Defensa Nacional, Javier García, entre otras autoridades. Entre los disertantes estuvo la relatora especial de la ONU, Ireneu Khan, y el director ejecutivo de Whatsapp, Will Cathcart. Además, hubo mensajes del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Gutérres, y de la expresidenta de Chile y actual alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, participó el lunes en la inauguración del foro: “El tema de la libertad de prensa” y expresó que frente a un cambio de época “estimulante”, donde todos somos emisores y receptores de mensajes, los periodistas son quienes tienen la “preparación para tratar la información”. En ese sentido reflexionó: “Tenemos que dar seguridad y certezas a la profesión del periodista, que no habla solamente de la libertad de opinión que por supuesto es fundamental, habla también de la libertad de trabajo”, en referencia a la sustentabilidad de los medios en las circunstancias actuales.
En su discurso, Lacalle se manifestó contrario a la regulación del sector. Para el mandatario, “la primera determinación de un gobernante tiene que ser: no regular” y puntualizó: “Cada vez que alguien me dice de controlar o de regular, mi primera respuesta es no, para después avanzar sobre un tema”. Consideró a la educación ciudadana como la alternativa a la regulación: “Yo creo que la capacidad que tengamos de educar a los ciudadanos, para qué, cómo y hasta dónde involucrarse en determinadas noticias, es fundamental, porque lo otro es tapar el sol con un dedo”.
El presidente observó que hoy se vuelve cada vez más importante “la ética del periodista”, en referencia al desafío que presenta actualmente la demanda de inmediatez de la noticia, ya que “al periodista moderno se le exige dar la noticia antes que el otro”, y que por lo tanto “no hay capacidad de estudio, análisis y preparación” de la información y que esto tiene “como contracara: la protección del honor, de la intimidad de los individuos y entre medio de esas tensiones, están los gobernantes… y ahí donde yo decía que (los gobernantes) tienen tentaciones” (de controlar o regular).
En otro orden, Lacalle Pou habló de la importancia de los medios de comunicación locales y dijo ser “un fiel creyente” de los mismos, ya que “son importantísimos para sostener nuestra cultura e idiosincrasia”. El presidente expresó que en estos “tiempos de globalización”, sucede que “sabemos mucho lo que pasa extramuros, pero no estamos bien informados de lo que pasa en nuestra zona, lo que es vital para el ejercicio de los derechos democráticos”.
Azoulay: seguridad de los periodistas y viabilidad económica de los medios
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, destacó en su discurso inaugural de la conferencia, el “lugar único que ocupa Uruguay en la comunidad de naciones” por su compromiso con la cooperación internacional por la libertad de prensa. Para la directora, en esta era de revolución digital a la que acudimos “nunca la información ha sido tan accesible, nunca las investigaciones de los periodistas han tenido tanto alcance, pero quizás nunca antes habían sido tan encubiertas, incluso ahogadas”. Expresó por tanto la urgencia de “renovar el compromiso de la Unesco con la información libre e independiente”.
Azoulay explicó que con el avance de la tecnología digital identifican dos riesgos que amenazan la existencia de una libertad de prensa efectiva: por un lado “la seguridad de los periodistas” y por otro “la viabilidad económica de los medios de comunicación”. Lo último es debido a la aparición de las plataformas web, que han alterado las cadenas de valor y los modelos de negocio existentes y lo anterior a causa de que los profesionales de los medios de comunicación y sus fuentes son frecuente objeto de acoso y de ataques, debido a la preservación de datos, los programas espía y la vigilancia digital. Las expresiones de odio contra los periodistas se han disparado en el último tiempo, en especial medida contra las mujeres periodistas. Las investigaciones realizadas por la Unesco indican que al menos siete de cada diez reporteras encuestadas han sufrido algún tipo de violencia en línea.
En ese sentido, en un mensaje publicado en la página de Unesco a propósito de la fecha que se conmemora, la directora de ese organismo internacional señala que “rara vez estas tecnologías se regulan de forma transparente y están sujetas a una obligación de rendición de cuentas, los autores de la violencia actúan con impunidad, a menudo sin dejar rastro. Se debe poner fin a esta situación”. Según la jerarca, los avances tecnológicos “deben basarse en el respeto de la libertad, la privacidad y la seguridad de los periodistas. Las redes sociales deben esforzarse especialmente por combatir la desinformación y el discurso de odio generalizado, protegiendo al mismo tiempo la libertad de expresión”.
Para hacer frente a estas situaciones y a los desafíos identificados por la Unesco para la libertad de prensa, los países miembros respaldaron la aprobación de una nueva “Declaración de Windhoek” (30 años después de la primera) sobre la información como bien público en la era digital, en la pasada Conferencia Internacional del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que fue celebrada en 2021 en Namibia. Según Azoulay, desde entonces se ha aplicado la Declaración “promoviendo nuevos principios de transparencia para las plataformas en línea, realizando investigaciones sobre modelos de negocio sostenibles para los medios de comunicación y prestando especial atención a la alfabetización mediática e informacional en los sistemas educativos”.
Da Silveira: nuevas tecnologías tienen “un potencial enormemente positivo”
Por su parte, el ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, instó durante la charla inaugural a disponer de más condiciones para que las protecciones que se reclaman sean eficaces. “Precisamos normas, mecanismos de auditoría y control que protejan del mal uso de las nuevas tecnologías tanto como por parte de gobiernos, como por parte de privados”, dijo. Y señaló cómo las nuevas tecnologías “tienen un potencial enormemente positivo”, pero “pueden ser usadas para intentar cercenar las libertades de expresión y de prensa, aun sin que haya una intencionalidad”. Para el ministro, nuestro propio uso de esta tecnología puede generar efectos no deseados.
Sobre los desafíos que enfrenta la libertad de prensa en la actualidad, Da Silveira consideró que es una condición indispensable para la misma que “los periodistas puedan trabajar de forma independiente y vivir dignamente de su trabajo.” Para esto, indicó, “hacen falta medios que sean capaces de contratarlos, y que tengan la suficiente fuerza e independencia económica para sobrevivir, sin tener que obedecer órdenes de nadie. Todos sabemos que ese es un frente que hoy nos plantea problemas”. El ministro señaló como indicador del tamaño del desafío que enfrentamos, “el simple dato de cómo se traslada el dinero que antes se usaba para pagar publicidad en medios tradicionales, a pagar publicidad en las redes”.
Otro aspecto que se necesita trabajar, según Da Silveira, es en el desarrollo de un “público capaz de generar demandas de calidad a los medios y al trabajo de los periodistas. Porque si la demanda que predomina es la de las redes sociales en su peor versión y hay poca demanda para el periodismo de calidad, es un problema muy difícil de solucionar”. Y agregó: “Del mismo modo, si tomamos medidas para tratar de proteger la libertad o la privacidad, pero millones de individuos entregan voluntariamente información sobre su vida íntima y privada a las redes, se vuelve una dinámica muy difícil de controlar. Ninguno de estos desafíos acepta soluciones fáciles”.
De acuerdo a lo evaluado por el ministro de Cultura, lo que se precisa es “generar dinámicas virtuosas entre un periodismo que consiga funcionar con independencia y calidad en todas las condiciones y un público que perciba el valor de ese producto”. “Que lo busque”, agregó, “lo respalde y que por esa misma vía vayamos de algún modo debilitando las demandas menos tranquilizadoras que encontramos hoy en el modelo real. Precisamos una cultura de consumo de calidad de información, de opinión y de análisis, un componente esencial para la supervivencia del periodismo tal como lo conocemos”. “Nada de esto es sencillo”, dijo, “ni se arregla con unas pocas decisiones del gobierno o de quien sea. El desafío que tenemos es meditar sobre estos asuntos, buscar juntos soluciones y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para aplicarlas”.
Consultado por La Mañana, Da Silveira habló sobre otros desafíos por demás complejos y preocupantes, como son el uso de la tecnología que pueden hacer los gobiernos antidemocráticos, ya que “hoy tienen en sus manos unas herramientas de control, de vigilancia, de seguimiento y de censura, como nunca antes en la historia humana”. Sin embargo, recordó que estas atribuciones no se las toman solo algunos gobiernos, sino también grandes corporaciones privadas. “Hoy en día, espacios que consideramos casi como la plaza pública, son propiedad de empresas privadas”, señaló el ministro y citó a modo de ejemplo el caso de Twitter, cuando bloqueó la cuenta del presidente Donald Trump, pero, dijo, no canceló la cuenta de Nicolás Maduro. Da Silveira reflexionó entonces: “¿Cuáles son los criterios, quién los discute y cómo se decide quién puede estar allí y quién no?”.
TE PUEDE INTERESAR