Conexión Ganadera surge como una idea de Gustavo Basso:
–Tengo un negocio brillante que no se le ocurrió a nadie. Tengo gente con vacas y gente que tiene campo para arrendar.
–¿Decís de ser intermediario en capitalización?
–Sí, pero mejor, tengo dos contadores que me ayudan con los números, porque vos sabés que para eso soy desprolijo.
En 2001 Pablo Carrasco, Gustavo Basso y dos contadores forman Conexión Ganadera. Luego, salen del negocio los contadores y ocupan su lugar las esposas de Basso y Carrasco. En 2017 se hace la ampliación de la empresa. La escribana es Mariana Della Ventura Icasuriaga, hija de Osvaldo, el escribano de Rubén y Gustavo Basso de toda la vida. Los Della Ventura solo se encargaban de las escrituras de los bienes a nombre de ellos; por ejemplo, me comentaban que todos los autos de la familia estaban a nombre de Gustavo, incluso la Maserati que le regalara a su esposa unos meses antes de tener el accidente.
Los malla oro
José Luis Villamil Echeño, figura del Frente Amplio, militar retirado que “manejaba la caja de los tupamaros, de hecho fue expulsado del Ejército, llegó a custodiar las monedas de oro de los Mailhos”, comenta Ramón. Pero luego el abogado de Villamil dijo que se trataba solo de US$ 350.000. Lo cierto es que no presentó aún la denuncia penal con los contratos.
Algo similar ocurre con Daniel Martínez, exintendente de Montevideo por el Frente Amplio, quien figura en un listado por US$ 2 millones, en otro por US$ 3 millones, y dice que fueron “solo US$ 55.000”, pero no hemos visto los contratos ni la denuncia tampoco.
El accidente
El cuerpo de Gustavo fue visto por dos personas luego del choque, como comenté en la columna anterior: Alfredo Rava, su único yerno, quien no quiso que la familia lo viera; y hoy sabemos que el padre César Buitrago, párroco de la Catedral de Florida, una persona muy cercana a Gustavo, pidió ver el cuerpo momentos antes de la cremación. “Fue fácil reconocerlo, solo tenía un golpe en la cabeza, no estaba degollado, como se dijo por ahí. Era mi querido Gustavo”.
Alfredo Rava era muy cercano a Basso, se dice en Florida que él lo eligió de yerno y que por eso Agustina y él estuvieron un tiempo separados, pero luego volvieron y tienen tres hijos.
Otros damnificados
César, el párroco amigo de Gustavo y su familia, tiene dos contratos con Conexión Ganadera, es su capital personal que trajo de su tierra y dio a Gustavo para invertir. No hubo dinero de la iglesia de Florida en Conexión Ganadera. Distinto es el caso de la diócesis de Canelones, que invirtió más de US$ 500.000. Las hermanas Hijas de María Auxiliadora tenían un contrato por US$ 182.244, firmado por la hermana Dinorah González Berenguer, con vencimiento en febrero de 2025.
Marcos, un amigo muy cercano a Gustavo Basso, se juntaba periódicamente a leer la Biblia con él. Hoy es un damnificado y no puede evitar llorar por la decepción. Recuerdos de un amigo que hoy siente que no conoció, el hermano que fríamente le quitó los ahorros de su vida. El dolor de él es el de mucha gente “del pueblo” que veía en Gustavo un amigo, un hombre de bien, “que le daba una bandeja de sándwiches y una coca al cuidacoches de la plaza, comida a merenderos o un par championes a quien los necesitara”.
Marcos cuenta que la última vez que lo vio le preguntó: “¿Judas estaba predestinado a traicionar a Jesús? ¿Lo que somos ya viene predispuesto?”. Lo notó nervioso y como entregado.
“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios”, dijo Jesús a sus discípulos. Gustavo Basso quiso las dos cosas: ser rico y ser aceptado en el reino de Dios en la tierra, y quizás también en el cielo.
Mucha gente en Florida tiene cheques de Gustavo Basso. Le daban dinero y él entregaba cheques diferidos, al momento del vencimiento buscaba dónde colocar el dinero, alguna oportunidad como puede ser un campo cercano, una propiedad, parte de un edificio en construcción, etc. La idea era que esos cheques se renovaran o se invirtieran, por fuera de Conexión Ganadera: Minas SA fue en una oportunidad comprada a dos empresarios europeos, las 380 hectáreas que terminó comprando a Colonización siendo primero colono, el frigorífico Badimal, las hipotecas a Fricasa en 2013 y 2020…
El muchacho que tocaba en la orquesta Baldosa suelta luego fue feriante, empleado en un escritorio rural, un poderoso empresario rural, un padre y esposo presente, que se dice que cambió la vida de sus hijas por la suya.
Hace tres días fue la primera audiencia judicial por la estafa de Conexión Ganadera. Se definió 180 días de cierre de fronteras y entrega de documentos para Pablo Carrasco, director de Conexión Ganadera, su esposa y la viuda de Gustavo Basso. También se los embargó por US$ 250 millones. El Dr. Ignacio Durán pidió lo mismo para Agustina Basso. La Dra. Silvia Cuello quiere agregar gente del entorno en una ampliación. Quedan pocos días para que los damnificados puedan presentar sus denuncias penales.
De aquel plan de ir a un concurso, con un remate de los señuelos (propiedades a la vista) de los socios y unos meses de cárcel para Carrasco, estamos yendo a una película de terror. Un “embargo” que vale mucho más de US$ 250 millones, donde ya hay un muerto, empresas, campos y cuentas en Uruguay, Paraguay, Panamá y Andorra. Abogados penalistas de primer nivel y gente dispuesta a levantar cada piedra hasta encontrar su dinero. Llamadas desde Argentina y Paraguay, “enroques” en camiones de ganado que salen para pagar deudas y favores. Más de 4300 personas con mucha angustia y bronca, muchos de ellos con mucha desilusión.
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