Pese a que desde el Ministerio del Interior dijeron a La Mañana que el caso está resuelto, algunos expertos plantean que el triple crimen tiene relación directa con el avance del narcotráfico.
El domingo 31 de mayo, el país amaneció con una triste noticia que encendió las alarmas: tres infantes de Marina habían sido ejecutados mientras custodiaban un destacamento de la Armada Nacional ubicado a metros de la Fortaleza del Cerro de Montevideo.
Juan Manuel Escobar, de 22 años, Alex Guillenea, de 25 y Alan Rodríguez, de 31, fueron las víctimas de la masacre a sangre fría, repudiada por todo el sistema político. Además, les robaron sus armas de reglamento con sus respectivos cargadores y un equipo de radio portátil.
De inmediato las autoridades tomaron cartas en el asunto y comenzó una exhaustiva investigación por parte de la policía, que derivó en la pronta detención de tres personas en una boca de drogas en el Cerro, al día siguiente del asesinato. En el sitio fueron incautados tres cargadores y una pistola Glock 9 mm.
A las pocas horas se pudo comprobar que el principal sospechoso por la muerte de los marineros, una persona con adicción a las drogas de 26 años, había sido su compañero en la Armada. Fue por esto que, presumen, pudo entrar con facilidad al puesto de guardia de la base naval.
El martes, el joven fue imputado por homicidio muy especialmente agravado. A los otros dos, un hombre y una mujer veinteañeros que le daban alojamiento al presunto homicida y que estaban al tanto de lo ocurrido, se los imputó por encubrimiento. Para los tres la Justicia dispuso prisión preventiva, a la espera de la sentencia.
La fiscal de Homicidios a cargo del caso, Mirta Morales, desde el inicio sostuvo que no se descartaba ninguna hipótesis. Sin embargo, tras la determinación judicial, expresó que el móvil habría sido el hurto de las armas.
El mismo día, el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, dijo en una conferencia de prensa que sentía que en esta primera etapa la misión estaba cumplida. Igualmente, enfatizó que “el trabajo es continuo” y que las autoridades deberán “seguir muy firmes contra el crimen y los criminales”.
Un episodio aclarado, en el marco del avance del narcotráfico
Según dijeron fuentes del Ministerio del Interior a La Mañana, este es un episodio completamente aclarado policial y judicialmente. “El resto son opiniones sin fundamentos”, aseguraron.
No obstante, hay quienes entienden que el ataque a los infantes de Marina se trató de un mensaje narco, cuya motivación fue, entre otras cosas, la definición del nuevo gobierno de combatir el crimen organizado y frenar el narcomenudeo. Algunos especialistas piensan que el triple homicidio se suma a una escalada del narcotráfico, que tiene varios antecedentes cercanos en el tiempo.
Vale recordar el atentado a la sede de la Brigada Antidrogas de hace un mes con una granada militar, y el intento de robo que ya había sufrido la base naval del Cerro a mediados de mayo, frustrado por guardias de la Armada.
Adicionalmente, solo cinco días después del triple crimen, dos personas atacaron a balazos el mismo puesto de control para poder ingresar, pero la agresión fue repelida con disparos al aire por los soldados que custodiaban el predio.
La misma semana tuvieron lugar las amenazas de muerte a la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero, por parte de un cartel internacional de drogas, y el atentado a tiros contra Fabiana González Raggio, quien fuera la abogada defensora del líder narco mexicano Gerardo González Valencia, extraditado a Estados Unidos hace menos de un mes.
Expertos plantean vínculos del múltiple homicidio con el narcotráfico
Para el expresidente de la Junta Nacional de Drogas, Alberto Scavarelli, el asesinato de los marinos no fue un episodio aislado. En declaraciones a República Radio el miércoles pasado, sostuvo que su “convicción, especulativa pero convicción al fin, es que no se trata de un hecho individual, y que hay que enlazarlo con los otros hechos”.
A diferencia de los jerarcas del Interior, el exdiputado no cree que el caso haya concluido con el procesamiento de los tres imputados. Al respecto, explicó que, por un lado, hay un aspecto de certeza, que es la ejecución de los soldados en la base naval. Por otro lado, dijo que hay un hecho que se relaciona con otro ocurrido días atrás, en referencia al intento de robo, sumado a lo sucedido en la Brigada Antidrogas, la amenaza a algunos fiscales y las incautaciones de drogas llevadas adelante por la policía.
Agregó que “uno puede quedarse en el hecho aislado como tal, que capturaron al delincuente y su entorno, que vendieron algunas armas y aún buscan otras, que hay tres militares jóvenes asesinados”. De todas maneras, aseveró que todo esto es muy llamativo dado que “si uno suma volúmenes de tránsito, ejecuciones, copamientos de bases militares, ataques a lugares donde se trabaja en materia de drogas, fiscales amenazados, se pasa a un segundo nivel, que pasa a ser especulativo. A partir de la información existente, hay obligación de encontrar qué otro tipo de conexión tiene todo esto”.
En la misma línea se manifestó el experto en seguridad Edward Holfman. Ya lo había sostenido tras el homicidio en el programa Buen Día de Canal 4. En ese entonces señaló que hay tres factores que explican la reacción de los narcos. Primero, el nuevo gobierno, que implica una ideología política diferente, que apunta al combate al narcotráfico. Segundo, el aumento de los controles de las fronteras por parte del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Por último, nombró a la pandemia, causante de que la producción mundial de cocaína disminuyera casi un 50%.
Además, recordó los ataques narcos mencionados anteriormente y dio a entender que existe una relación entre los mismos y el triple crimen.
El día después de la imputación a los tres detenidos, el especialista publicó un tweet con un fragmento de su participación televisiva y comentó: “no cambio en nada lo que pienso, los hechos me siguen demostrando que tengo razón y puedo enumerar cada uno de ellos”.
El pasado lunes, volvió a referirse al tema en diálogo con Radio Monte Carlo, donde opinó que el asesinato de los tres infantes de Marina fue “un aviso narco”. En consonancia con los dichos de Scavarelli, añadió que este “no es un hecho aislado” y lo vinculó a los otros atentados propiciados por bandas de narcotraficantes semanas atrás. A su vez, aseguró que estos episodios son organizados desde las cárceles, donde los reclusos tienen acceso a celulares con los que se comunican con el exterior.
Finalmente, alertó que el incremento de los enfrentamientos entre la policía y los delincuentes se debe a “una reacción de los narcotraficantes para parar una acción efectiva y represiva del Estado para acabar con el narcomenudeo”.