Recientemente se conoció la noticia de que fue desarticulado en nuestro país un brazo de la banda criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC) que según se informó se preparaba para operar en Uruguay bajo el liderazgo de Fernando Fabrasil, un uruguayo que cuenta con varios antecedentes penales. Sin embargo, y contrariamente a la opinión que se ha instalado en la sociedad al respecto, el perito judicial, criminalista e integrante del Directorio de la Academia Uruguaya de Investigación Criminal y Ciencias Forenses, Luciano Posada, aseguró a La Mañana que no está en los plantes de dicho grupo delictivo instalarse en Uruguay porque a las organizaciones de esa naturaleza y al narcotráfico “no les interesa para nada Uruguay”.
“Ya habíamos trabajado” sobre el PCC “en el 2014 y en 2017”, pero hay que diferenciar entre lo que verdaderamente “es el llamado Comando Capital y la relación que pueda tener con Uruguay”, expresó.
Recordó que el “Comando Capital comenzó a funcionar por el año 1993, su origen es brasileño y es un movimiento de presos que se agremiaron como forma de defenderse de la policía, ese es su origen. También se lo conoce como 15.3.3, cada número equivale a la posición de cada letra en el abecedario portugués, y en las cárceles a veces aparecen marcados esos números y refieren a ellos”.
Precisó que como grupo criminal de tipo mafioso “lo único que no tiene de la mafia es el lavado de dinero, y allí veo que podría servirle Uruguay como plataforma para el lavado de dinero sucio, pero no para el contrabando de armas ni para hacer asaltos. Eso no es de interés del Comando Capital y los avisos que llegaron a Uruguay no se sabe bien si es un aviso serio u obedece a algún problema político”. El aviso a Uruguay fue dado por Inteligencia de Brasil, pero no sabemos la finalidad de esos avisos, expresó.
Posada recordó que Uruguay ya había sabido del PCC en 2017, ese año “cayó en uno de los líderes que estaba viviendo con su mujer en Canelones, el guardaespaldas y un empresario asociado, pero no había armado ni operado nada”. Antes, en 2004 “también cayeron unos fugados, integrantes del PCC, que se habían venido a Uruguay, pero tampoco organizaron nada desde el punto de vista delictivo”.
“Podría servirle Uruguay como plataforma para el lavado de dinero sucio, pero no para el contrabando de armas ni para hacer asaltos”
Según el criminalista “Uruguay no es de interés” del Comando Capital”. “A ellos le interesa lo interno de su país”, y a lo sumo “prestan apoyo a delincuentes en Bolivia y Paraguay, pero no tanto en Colombia ni México como algunos periodistas han dicho”. Acá en Uruguay “se está maximizando” el fenómeno “diciendo que tienen una red por todo el mundo”, y eso “no es cierto”.
En el procedimiento realizado hace unos días se “incautó droga a Fernando Fabrasil que es un tipo muy vidrioso que conocemos de los años 90, es pasador de drogas, en esa oportunidad dijo que trabajaba para la DEA” lo que no fue probado. Ese personaje “siempre fue vende humo”, definió Posada.
Precisó que “en Uruguay no hay traficantes de drogas, hay pasadores o vendedores de drogas. Somos un país de pasaje, una ruta, que les sirve por la permeabilidad y porque somos chiquitos” con distancias cortas que permiten llegar en horas desde Rivera o el Chuy al aeropuerto de Montevideo o Maldonado.
La detención de Fabrasil “no tiene ningún vínculo con el PCC”, consideró. Eso es información que el propio Fabrasil da “como cuando dijo que era agente de la DEA. Fabrasil siempre ha sido un tipo al que le gustó salir en la prensa”, afirmó. “Las otras dos personas que cayeron fueron Mario Bentancur y las esposas o parejas de éste y Fabrasil, ninguno es narcotraficante” aunque “se sacan ese cartel”.
Consultado sobre las eventuales pruebas de que realmente se trata de narcotraficantes, Posada dijo que “las únicas pruebas que se tiene de todo esto son las conversaciones que Fabrasil tuvo por teléfono. Fabrasil con su histrionismo y el otro (Bentancur) que es un don nadie se sacaron ese cartel entre los dos. Las conversaciones telefónicas no prueban nada, solo dicen cosas que van a hacer y que están en la tapa del libro” sobre lo que cualquier delincuente hace: “Que van a robar y comprar armas para seguir robando, que van a entrar drogas a las cárceles, que van a comprar chalecos antibalas, o sea cosas sabidas”.
Si el PCC tuviera intención de armar algo en Uruguay ya lo hubieran hecho en 2004 “que fue cuando líderes del Comando vivieron acá, gente de verdad perteneciente al Comando viviendo en Uruguay. Ahí se podría haber formado algo, pero ahora no”.
“Además Uruguay es un país que al narcotráfico no le interesa para nada” y “lo que queda acá es residual. Es mercadería que muchas veces la van a buscar a la frontera para vender en el mercado local. En general se trae muy poca cantidad de droga” con respecto a lo que es el pasaje hacia otros países. “No hay tráfico son pequeños vendedores de droga que hay acá, sobre todo de cocaína y marihuana”, insistió.
“Fernando Fabrasil dijo que trabajaba para la DEA lo que no fue probado”
Subrayó que en nuestro país no funcionaría ningún grupo delictivo con base en el extranjero y señaló que cuando hubo líderes de organizaciones criminales de otros países, no fue con fines de organización.
“En Uruguay ha habido líderes de grupos de droga, crimen organizado, incluso grupos terroristas, pero no actúan acá. Vienen a pasear, a descansar a un lugar donde puedan estar sin que los persigan, vienen a esconderse, no para organizar nada, por eso no tienen infraestructura alrededor”.
La policía necesita capacitación
Respecto a la situación de la Policía en Uruguay, Posada dijo que “para empezar necesita capacitación”.
“La función que cumple la Policía solo es prevento-represiva, no hace investigación. Como no existe la Policía Judicial hay un renglón en la Ley Orgánica Policial que dice que se prestará asistencia a la Justicia en la parte de la investigación, estando a lo que la Justicia le pida. Cuando se pone en funcionamiento el Nuevo Código del Proceso Penal agregan a ese renglón, ‘y los fiscales’. O sea que es a pedido de la Justicia y de los fiscales que la Policía investiga, no es investigador judicial, no por motu propio”.
Esa situación “es un disparate” porque “tenemos un sistema penal acusatorio que necesita una Policía Judicial que cumpla una función distinta a la investigación policial” que tenemos actualmente.
Describió que “los policías trabajan lo que antes era el pre-sumario que ahora es hasta antes de lo que se llama formalizar, pero a partir de la formalización para adelante ese trabajo lo tendría que hacer la Policía Judicial no la Policía que no está capacitada porque no hay escuela de investigación”.
Los jueces y los fiscales tampoco están preparados
Pero la Policía no es la única que “no está preparada para trabajar con el Nuevo Código, tampoco lo están los fiscales y los jueces que lo único que hacen es hacer cursos de juicio oral, entonces aprenden un simulacro de cómo interrogar a las personas, pero esto es penal acusatorio y hay que presentar pruebas. No es saber cómo interrogar sino cómo presentar pruebas”.
El juicio abreviado por el cual se llega a un acuerdo sin presentar ninguna prueba “es la falta de capacitación que tienen los fiscales para trabajar. Sino le dirían (al delincuente) ‘no, no me confieses nada, te voy a procesar igual y te voy a dar todos los años’”. Pero normalmente acuerdan “porque no tienen pruebas ni la capacidad de producirlas” mediante la investigación, concluyó.