Según la última Encuesta Nacional Factum realizada en marzo de 2019, el 47% de las personas habilitadas a sufragar entiende que la seguridad es el tema de mayor urgencia para el país. El empleo con 17% y la educación con 11% le siguen como las mayores inquietudes de la población uruguaya. Más atrás en este sondeo se ubica la economía con el 6% de los consultados, la pobreza y la desigualdad 3%, y con el 1% aparecen, la salud, la corrupción y los valores sociales/morales.
Comparado con los datos arrojados por la misma encuesta realizada en el mes de agosto de 2018, la percepción de la seguridad como principal problema bajó 22%. La educación pasó al tercer lugar con una caída del 2% y en el segundo puesto resurgió la ofuscación por el empleo, que creció 10% en apenas siete meses.
La preocupación de los votantes en las décadas anteriores
La empresa consultora realiza este mismo estudio cada cinco años desde 1997. Veintidós años atrás, el 53% opinaba que el desempleo era el primer problema a resolver. En menor porcentaje, los salarios, la salud pública, la inflación, la reforma educativa y la vivienda, eran otros de los temas que preocupaban al público oriental mayor de dieciocho años. Solamente el 5% de los encuestados hace más de dos décadas mencionaba a la seguridad pública como tema urgente.
Para la encuesta del año 2002, Factum consultó por un lado por los principales problemas económicos y por el otro los problemas sociales más importantes. En plena crisis financiera del país la desocupación continuó como la máxima preocupación de los uruguayos con el 69%. En el ámbito económico también surgieron temas como la falta de producción, los sueldos-jubilaciones bajas y los impuestos altos. En este sondeo la seguridad pública no figuró como un tema de preocupación de la gente. La pobreza, el hambre, la desesperanza y la educación eran los problemas sociales más relevantes al comienzo de este siglo.
En 2007 volvieron a preguntar ¿Cuál es a su juicio el principal problema que existe actualmente en el Uruguay? La respuesta más mencionada fue otra vez el desempleo con el 42%. En segundo lugar, con el 23%, apareció la inquietud por la inseguridad, superando a temas como la economía, la pobreza y la salud.
Según este estudio, 2012 fue el año en el que la seguridad pública se instaló como el primer problema a resolver por el gobierno según el 42% del público sondeado. La preocupación social por el desempleo bajó significativamente durante esos cinco años y marcó apenas-3%-, y se situó por debajo de otros temas tales como la enseñanza, las drogas, la violencia doméstica y la pobreza.
Estadísticas que marcan tendencias
Los resultados de esta encuesta confirman que los datos de la realidad son uno de los factores que movilizan a la opinión pública. Durante los más de diez años que la falta de trabajo se instaló como el principal problema para los uruguayos, los índices de desocupación alcanzaron cifras record. En el año 1995 la tasa desempleo superó los 10 puntos porcentuales y no bajaría de las dos cifras hasta el año 2007. El máximo histórico de 17,2% se registró entre junio y agosto de 2002.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que en febrero de este año el desempleo alcanzó el 9,5%, su máximo en doce años. Si bien, hay que tener en cuenta que la Encuesta Nacional de Factum fue realizada en marzo, y en abril el desempleo bajó al 8%, el actual discurso de los candidatos evidencia que el tema sigue representando una preocupación latente en la política y en la sociedad.
En lo relativo a la seguridad ciudadana el país trepó en 2018 a cifras preocupantes de delitos graves. Las rapiñas incrementaron 53,8% con respecto al año anterior. En 2018 se registraron 29.904 denuncias de este tipo, 10.463 casos más que en 2017. Por su parte, los homicidios también tuvieron un aumento significativo durante el año pasado y Uruguay se ubicó como el cuarto peor país sudamericano con 11,8 homicidios cada 100 mil habitantes. Fueron 414 las personas asesinadas en 2018, lo que representó un ascenso del 45,8% con respecto a los 283 casos de 2017.
Tomando los datos elaborados por el Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior, lejos de bajar un 30% las rapiñas como prometió el propio presidente años atrás, este tipo de delitos siguió creciendo. Las cifras históricas marcan que en la década anterior al primer gobierno frenteamplista (1994-2004) las denuncias de rapiñas aumentaron un 128%. En el período 2004-2014 el incremento fue de 187%, superando el techo año tras año.