El “Dispositivo Ciudadela” surgió como una iniciativa de la Junta Nacional de Drogas para establecer un sistema de atención para personas con problemas con adicciones. En esta nueva etapa del proyecto se ha focalizado la necesidad de tener mayor presencia en el territorio nacional. Para ello ha comenzado un nuevo plan de trabajo, vinculado a las diferentes Intendencias y así fortalecer esta red en el interior del país. Actualmente hay más de 25 centros en distintos puntos del país. Los centros trabajan en el diagnóstico del consumo de drogas. Como también en brindar información, capacitación y asesoría a usuarios y al público en general.
En el caso del Centro de Durazno, hace un tiempo que ya funciona, y es tal la demanda que se reciben pacientes de Flores o Paso de los Toros.
En la misma línea, a partir de un convenio firmado entre la Intendencia Departamental de Rivera y la Presidencia de la República, el 30 de setiembre del 2022, se inauguró el Centro Diurno del Dispositivo Ciudadela. El proyecto está a cargo del director de Gestión Territorial, Oscar Farias, y la psicóloga Mariana Estévez y su equipo. Para conocer los detalles, La Mañana entrevistó a ambos jerarcas quienes brindaron un análisis de la situación actual.
¿De qué trata esta nueva etapa del Dispositivo Ciudadela?
Tenemos que promover algunos cambios, sobre todo en lo referente a la territorialidad del plan. Por eso se ha coordinado con las Intendencias como la de Durazno y Rivera entre otras con el fin de hacer más eficaz nuestro trabajo. El aporte de la gestión municipal está vinculado al acondicionamiento de las instalaciones y a la contratación de parte del personal. Los centros barriales actúan como un importante complemento, al igual que todas las instituciones que integran el proyecto. El gran desafío que impone esta tarea es no sólo acompañar al adicto sino también a su familia.
¿Cuál es la tarea específica del Dispositivo Ciudadela?
Nosotros brindamos tratamiento y diagnóstico para combatir estas situaciones. El familiar es quien viene desesperado, pero muchas veces el usuario no está preparado para afrontar este tratamiento. No tenemos internación compulsiva, por eso debemos preparar al usuario para esto.
¿El adicto deja que la adicción lo lleve al límite para buscar ayuda?
No es tan así. Algunos pasan por ese proceso de “tocar fondo”, pero no son la mayoría. Cuando la droga se hace parte de la vida de las personas es muy difícil revertir la situación, aunque no imposible. Estas personas no están prontas para un cambio y no podemos obligarlos. Ellos tienen que venir hacia nosotros para que podamos sugerir la desintoxicación.
¿Cómo afecta la adicción a la conducta del adicto y su relación con el entorno?
Lo que sucede es que muchas veces se pierde la dignidad. Uno gira en torno al consumo y no en los propósitos. Esto lleva al adicto a no valorarse a si mismo ni a su entorno, condicionando de ese modo su propia conducta. Esto puede provocar la entrada en el mundo delictivo y que los problemas por los que atraviesa el afectado sean cada vez más grandes, replicando en la sociedad el uso problemático de la droga.
¿Existen diferencias en el trato de adolescentes y jóvenes con los adultos adicionales?
Nosotros tratamos a todos por igual. Tal vez con los adolescentes somos más intensos.
¿Qué pasa con los que se inician en el consumo de drogas “leves” como la marihuana?
En realidad, comienzan sintiendo un sentimiento de placer en el cerebro, lo que hace que con el tiempo necesiten cada vez más sin obtener el mismo efecto. La insatisfacción lleva al aumento del consumo.
Se habló mucho de la internación compulsiva. ¿Es la solución para algunos casos?
La internación es todo un capítulo. Hay que aclarar algunas cosas sobre esto. Para la internación debemos separar la sustancia del cuerpo, debemos atender los efectos psicológicos. No se trata de abrir la puerta e ingresar. Es necesario que la persona, además de la familia, se prepare para esto. Llegan las familias siempre y nos piden la internación, nosotros explicamos que en principio el proceso debe ser ambulatorio. Nosotros contamos con una casa abierta en Artigas, pero son pocos cupos. Además, las personas muchas veces no están preparadas para la internación, tienen que pasar por un proceso que significa “tocar fondo” y no la búsqueda a través de un deseo del cual no están convencidos porque ahí estaríamos frente al peligro de una recaída.
Ustedes han expresado que el trabajo de rehabilitación debe comenzar con la familia, ¿las razones?
Es que la familia muchas veces no sabe lidiar con esto. Tenemos que preparar a la familia para recibir a esta nueva persona ya que si ceden ante ciertas presiones pueden caer en la codependencia. De esta situación familiar se habla poco, pero los beneficios de trabajar dentro del entorno familiar son muy valiosos, y tiene una gran incidencia positiva en el adicto y su entorno. Porque en la mayoría de los casos el problema se encuentra solapado, ya que hay padres que fueron víctimas en su infancia de abandono y efectúan una sobreprotección sobre hijos, lo cual es un error. Es muy interesante entrar en el entorno familiar y combatir este tema.
¿Te preocupa la aparición de las drogas sintéticas?
Hemos visto muertes por estas drogas, en cada persona la reacción es diferente. Es preocupante la situación. El consumo es cada vez más temprano. Hemos visto también un aumento del consumo de energéticos. Decimos que por favor no caigan en esto ya que la salida no es fácil. Los energéticos con alcohol causan taquicardia. Muchos consumen marihuana pensando que es medicinal, cosa que no lo es.
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