En el río Yí liberan canalización de agua para asegurar el suministro de los pobladores de Sarandí del Yí. En Canelones comenzaron las limpiezas de tajamares de los pequeños productores afectados por la sequía.
No hay circunstancia adversa en el país en donde los efectivos de las diferentes armas del Ejercito Nacional no estén dando una mano. Se puede ver auxiliando familias en las inundaciones, podando árboles o limpiando calles y basurales en las ciudades, colaborando en las extinciones de incendios, limpiando y ahondando tajamares o, como ven en esta imagen, liberando la circulación del agua para que llegue mejor a sus propios hogares.
Los efectivos del Regimiento de Caballería Nº 2 de Durazno diariamente realizan tareas de limpieza para la libre circulación del agua en el río Yí cerca de la ciudad de Sarandí de Yí. Esta actividad está coordinada por el Comité Departamental de Emergencias de Durazno, encabezado por el intendente Carmelo Vidalín e involucra también a OSE. Por espacio de un kilómetro entre dos lagunas importantes de la zona se canaliza la circulación del agua para asegurar el suministro a los pobladores de la ciudad de Sarandí del Yí, ubicada a unos 96 km de Durazno.
Por momentos se trata de una tarea titánica para los efectivos que deben meterse en medio de un monte espeso para desarrollar el trabajo. El Coordinador del Cecoed de Durazno, Flavio Scott, dijo a La Mañana que también se auxilia con agua para el consumo humano a familias de la ciudad de Durazno, zonas perfecticas, parajes cercanos, cada municipio –como Sarandí del Yí o ciudad del Carmen– y cada junta local –como Cerro Chato, La Paloma, Blanquillo, San Jorge, Carlos Reyles y Centenario–.
La falta de lluvias profundizadas en los últimos meses ha afectado las zonas rurales y urbanas. En las últimas horas se conoció la noticia de que muchas ciudades cuentan con reservas de agua apenas para algunas semanas más. Esto provocó profunda preocupación en la ciudadanía que ve cómo siguen pasando los días y las tan anheladas precipitaciones no llegan.
Cuando los efectivos militares hacen una diferencia
Es mediodía de este martes 14 de febrero y el termómetro indica que hay 31ºC de temperatura. Sin embargo, a pesar de las adversidades que impone un clima que se torna cada vez más rudo, Ruben Rodales tiene presente que “con el clima no se puede” y hay que aguantarse hasta con esta seca que dejó sin agua sus tajamares. Hasta hace algunos años tenía invernáculos, pero la zona es compleja en cuestiones de aguas subterráneas y debió dejar la actividad. Actualmente explota la producción ovina de la raza Texel, que le gusta mucho, en las 16 hectáreas que conforman su establecimiento. Comparte este rubro con algunos vacunos y para su alimentación siembra praderas que con esta sequía no muestra buenas señales de una producción favorable. La falta de disponibilidad de agua, el costo de las praderas y los perros sueltos que en algún momento le llegó a matar 15 ovejas, fueron determinantes para que redujera el plantel que pasó de 70 a 40 ovinos. Su emprendimiento está ubicado en el barrio Libertador muy cercano a Sauce en el departamento de Canelones.
En el momento en que fue entrevistado por La Mañana, se mostró muy motivado por el trabajo que estaban desempeñando los efectivos militares que limpiaban uno de sus tajamares. Y no era para menos, ya que se construyeron hace muchos años y con el tiempo se fueron reduciendo. Para Rodales era impensable poder abrirlos y limpiarlos si no fuera por el convenio que suscribieron los Ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y Defensa. Al ser consultado, dijo estar muy orgulloso del trabajo que desplegaban los efectivos que mostraron en todo momento mucho empeño y las ganas de hacer las cosas muy bien. Ahora mira con otra óptica el futuro porque cuando llueva, sabe que tendrá un lugar donde almacenar el agua para sus 40 ovejas y algunos pocos vacunos que son parte fundamental de la economía del hogar.
Mientras tanto, extrae el agua para el consumo humano y animal de un pozo semisurgente que cuida mucho. Hasta ahora “ha respondido” efectivamente y le va a pedir un esfuerzo más porque, según se anuncia, puede pasar un mes antes de que llueva como se necesita.
La respuesta de Ganadería y Defensa
Ruben Rodales es uno de los 380 productores que integran la lista del Consejo Agropecuario Departamental de Canelones y que, de acuerdo con las necesidades del momento, están ubicados en los primeros lugares dentro de un orden de prelación. Así lo señaló a La Mañana Gustavo Moratorio, director departamental en Canelones del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Las tareas de limpieza de tajamares están enmarcadas dentro del acuerdo que suscribieron hace unos días los Ministerios de Ganadería y de Defensa. En la zona de Canelón Chico, las tareas están siendo desplegadas por efectivos del Batallón de Ingenieros Nº 5. Con buena maquinaria y efectivos especializados se lleva adelante la limpieza de los tajamares que quedan más profundos y prolijos para almacenar una buena cantidad de agua cuando lleguen las precipitaciones.
En esa zona del país existen pequeñas explotaciones agropecuarias que pueden promediar las 15 hectáreas, en su mayoría producen ganadería ovina, un importante número de quintas con invernáculos, producción avícola y vitícola. Por sus características, se trata de producciones intensivas donde el factor agua juega un papel fundamental para su desarrollo. En el predio de Rodales hace tres meses que no cae una gota de agua y cada día que pasa se transforma en una situación aún más desesperante.
La otra cara que deja este déficit hídrico
Y aunque las lluvias no llegan, disponer de la maquinaria necesaria para limpiar lo que queda de los tajamares es por lo menos un motivo para ser optimistas. “No sabés la alegría que tenía el hombre en la cara”, contó Moratorio cuando los soldados se encontraban abriendo el viejo tajamar de Rodales en la mañana de ayer. El jerarca indicó que se trata de un esfuerzo importantísimo porque son tareas que si no se llevan adelante bajo estos mecanismos, nunca estarían al alcance de la mano de estos pequeños productores por los costos económicos que implican.
Con el tercer año de déficit hídrico consecutivo instalado en el país “hay una tristeza enorme en los productores” que se siente “en el ánimo y en el bolsillo”. Como el caso de Rodales, muchas actividades económicas hubo que dejarse de lado y optar por aquellas más seguras y menos riesgosas, por lo menos hasta que se normalice la situación y las precipitaciones alcancen los niveles normales para el país. Para aquellos casos en que no exista disponibilidad de agua para consumo humano y de animales, el Cecoed de ese departamento apoya con depósitos y agua hasta que llueva nuevamente.
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