En el mundo 1 de cada 8 personas pasa hambre y un tercio de los alimentos producidos para consumo humano se pierde o desperdicia. En Uruguay el desperdicio es de 1 millón de toneladas anuales.
Declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 29 de setiembre se celebra el Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, motivo por el cual Uruguay está desarrollando diversas actividades con la finalidad de crear conocimiento y conciencia sobre lo perjuicios que causa no cuidar los alimentos debidamente.
Con el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), este lunes 26 fue reactivado en Uruguay el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de las Pérdidas y los Desperdicios (PDA), el cual es liderado por el Ministerio de Ambiente y la Organización de la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El desperdicio de alimentos es un problema de varias aristas que refieren a la ineficiencia y de impacto productivo y económico, además de ser un problema ético y de inequidad, dijo el ministro de Ambiente, Adrián Peña. Agregó que “800 millones de personas en el mundo sufren inseguridad alimentaria”, cuando, según datos de la FAO, solo en Uruguay, al año se desperdicia el 11 % del total de alimentos disponibles para consumo humano, lo que equivale a cerca de 1 millón de toneladas anuales.
Peña enfatizó que Uruguay tiene una cadena productiva que puede generar alimentos para 20 veces la cantidad de sus habitantes, “pero debemos hacerlo en forma sostenible”, según un comunicado de la FAO.
Nicolás Rezzano, especialista en agua, saneamiento y residuos del BID, dijo que el de Uruguay “es un contexto muy favorable para ir madurando en cada una de las líneas de residuos como insumos y en particular el tema de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, que es una preocupación central para el Banco a nivel regional”.
Por la FAO tomó la palabra Gonzalo Kmaid, dijo que Uruguay recorre una “apuesta ambiciosa” y que el Comité es una iniciativa importante.
La FAO indicó que las pérdidas de alimentos “se producen al inicio de la cadena, desde la producción agropecuaria y la cosecha de vegetales, el sacrificio o la captura de animales hasta que los alimentos llagan al minorista, pero sin incluirlo”.
Además, “el desperdicio de alimentos se produce en la venta al por menor y en el consumo, doméstico y de servicios gastronómicos públicos o privados, en los últimos eslabones de la cadena alimentaria”.
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