En tiempos de pandemia, los repartidores pasaron a ser un pilar fundamental para la población que, con el fin de protegerse y proteger a los demás, opta por realizar pedidos a domicilio y de esta manera no salir de su hogar. Pero la balanza se desequilibró, y cuanto más se protegen las personas en sus casas, más expuestos están los repartidores, trabajando en las mismas condiciones previas a la pandemia, sin nuevos incentivos, y luchando para que la empresa para la que trabajan les otorgue algún material sanitario.
Se estima que en Uruguay existen 8.000 trabajadores en el rubro, de los cuales solo 400 forman parte del Sindicato Único de Repartidores (Sinerpu). Si bien la agremiación se formó hace poco menos de dos años, se entiende que podría tener muchos más asociados, tomando en cuenta que 400 significa el 5% del total y que, en la situación actual, los trabajadores suelen necesitar más apoyo para afrontar los seguros de paro, por ejemplo.
En ese sentido, La Mañana consultó al presidente del Sinerpu, Andrés Palermo, quien fue conciso al sostener que la plantilla de afiliados no ha cambiado demasiado en este tiempo debido al gran porcentaje de informalidad que existe entre los trabajadores. “Me arriesgo a decir que estamos entre un 70% y 80% de empleados informales, y a esto se suman las empresas “fantasmas” que aparecen y desaparecen de un día para otro y dejan a las personas en una situación de vulnerabilidad”, expresó.
Una de las preocupaciones actuales de los repartidores es que del casi 30% que trabajan formalmente, el 60% aproximadamente se encuentra en seguro de paro debido a la pandemia de COVID-19. “El único trabajo que se ha incrementado en cuanto a los repartidores, es el referente a las farmacias”, explicó el entrevistado.
Palermo sostuvo que desde la fundación de Sinerpu, la idea fue dialogar con autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) con el fin de plantear la posibilidad de realizar un consejo de salario basado en el trabajo de los repartidores. “Nos parece una forma importante de poder solucionar el tema de los accidentes y la calidad del empleo, por ejemplo, porque además tenemos muchos compañeros que realmente viven de esto”, resaltó.
Los deliveries no solo están sintiendo el impacto de la pandemia por ser de los que más circulan en las calles, sino que además son trabajadores que se enfrentan a la inseguridad en primera persona.
Esa reunión en la que se harían los planteos no logró realizarse con el gobierno anterior, y cuando parecía que sí se haría con las autoridades actuales, la pandemia postergó los avances y ahora se está a la espera de una vuelta a la normalidad para poder llevar a cabo el encuentro. Esa reunión sería la primera entre los trabajadores de Sinerpu y los nuevos mandos del gobierno nacional.
En lo que refiere a los cuidados sanitarios debido al COVID-19, Palermos indicó que el sindicato está tratando de comunicarse con todos los compañeros para explicarles cuáles son los mejores protocolos que han elaborado para trabajar. Como, por ejemplo, no ingresar a los edificios al llevar un pedido, evitar el acercamiento con quienes reciben el producto, así como el uso de elementos como tapabocas, guantes y alcohol en gel. “Las empresas no nos han dado muchos elementos de protección, salvo alguna grande que sí hizo alguna entrega, pero el resto no y por eso debemos cuidarnos entre nosotros”, afirmó el trabajador.
Inseguridad y desgaste
Los deliveries no solo están sintiendo el impacto de la pandemia por ser de los que más circulan en las calles y, por ende, están expuestos, sino que además son trabajadores que se enfrentan a la inseguridad en primera persona. El hecho de estar hasta altas horas de la noche transportando pedidos y manejando dinero los hace uno de los blancos de la delincuencia callejera.
A esto se suma que los vehículos o algún otro elemento necesario para llevar a cabo el trabajo (ya sea combustible o el mantenimiento de motos y bicicletas) son costeados por cada trabajador. Por lo tanto, si un delincuente lo asalta, no se lleva únicamente bienes de la empresa, sino también artículos personales que son la herramienta de trabajo del repartidor. “Por eso la idea nuestra era realizar un consejo de salarios para que dentro de la negociación colectiva se contemple el apoyo económico para reparaciones y mantenciones de los elementos con los que trabajamos”, dijo Palermo.
Otro de los objetivos es poder tener un sueldo mejor, ya que la realidad del rubro implica, muchas veces, “andar corriendo” con un pedido para poder hacer más propinas. “En ese apuro por las propinas es cuando más accidentes de tránsito se dan”, indicó el entrevistado. En abril de 2018, antes de la creación del sindicato, el Banco de Seguros del Estado (BSE) informó que entraban tres repartidores por día debido a siniestros en las calles, de los cuales uno o dos quedaban con secuelas de por vida. Esa fue una de las razones por las que entendieron que era necesario sindicalizarse rápidamente.
Las cifras oficiales
Según el informe “Estado de situación de repartidores a febrero de 2020” emitido por el MTSS, es necesario “mejorar la calidad del empleo y las condiciones de trabajo de los deliveries del país”. El informe reconoce las condiciones relatadas por Palermo anteriormente y da cuenta de la gravedad del asunto.
Además, información aportada por el BSE indica que en 2019 los siniestros de repartidores en motocicleta representaron cuatro de cada diez accidentes de tránsito en ocasión del trabajo -un 2,5% de la totalidad de los accidentes laborales-, mientras que entre los siniestrados en el tránsito en ocasión de trabajo, el 38% eran repartidores en moto.