El asesinato del conocido delincuente Rodrigo Loly Fontana a manos de un sicario deja en claro el grado de violencia por parte de poderosos grupos criminales a la hora de disputar el control de la región de Rivera-Livramento, lo que tiene antecedentes en el pasado.
Río Grande del Sur, refugio de bandas criminales
Desde hace años, la población de la frontera ha debido soportar el estado de constante amenaza entre las diferentes bandas, que desde Río Grande del Sur y ante la impotencia de la Policía uruguaya manejan diferentes formas de delitos como narcotráfico, tráfico de armas, secuestros y trata de personas. La “invasión” de territorio o el cambio de bando se castiga con la muerte.
Las órdenes provienen de los líderes de las distintas facciones que operan en la región, como Ernesto Andrés Vargas Villanueva, conocido como Cachorrinho, quien dirige la banda Bala Na Cara desde una cárcel de máxima seguridad en Porto Alegre donde cumple pena desde el año 2008. A él se le atribuye, entre otros delitos, el homicidio del conocido delincuente Haroldo Mendoza, asesinado a plena luz del día en un comercio de su propiedad en el centro de la capital departamental. Dos hombres jóvenes se hicieron presentes en el local, uno de ellos ingresó y delante de la esposa e hija le disparó en cuatro oportunidades, causándole la muerte. Esto fue parte de una larga cadena de crímenes violentos perpetrados por quien desde hace veinte años opera en la frontera, enfrentado con la banda rival de Os Manos, cuyos líderes cumplen largas sentencias en las cárceles uruguayas.
Loly Fontana, su pasión por las motos y una corta vida vinculada al delito
Desde muy joven, Fontana era conocido por su pasión por las motos, esto lo llevó a montar un taller y a generar complicaciones a las autoridades de Rivera y Livramento. Al poco tiempo se lo comenzó a investigar por su vinculación con bandas instaladas en diferentes ciudades de Río Grande del Sur para traficar armas y municiones. En el año 2020 Interpol emitió una alerta roja contra Fontana por reiterados delitos de tráfico internacional de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados, además de reiterados delitos de tráfico interno, fabricación ilegal de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados. En setiembre del 2022, como resultado de la Operación “La Niña” que se inició en 2018, Rodrigo Fontana Ferreira fue extraditado desde Brasil a pedido de la Dra. Alejandra Domínguez, a cargo de la Fiscalía Especializada en Crimen de Narcotráfico, Homicidio y Delitos Conexos por los delitos de tráfico internacional de armas y drogas, por lo que fue detenido en el año 2021 en la ciudad de Santana de Livramento.
Su conexión con Sebastián Marset
A partir de la investigación que terminó con su detención, se le vinculó con diferentes facciones criminales, tanto a nivel local como regional. Entre ellas la liderada por Marset. Las dudas al respecto quedaron despejadas cuando los habituales defensores de Marset se hicieron presentes en Rivera para asumir la defensa de Fontana.
En la época, en declaraciones a la prensa, el Dr. Martin Frustaci explicó que se había “concretado la formalización y la prisión preventiva era por un tema netamente estratégico. No tuvimos oposición con mi distinguido colega Santiago Moratorio porque estamos en tratativas para llegar a un acuerdo con la Fiscalía”. Por su parte, el Dr. Moratorio manifestó que Fontana no podía ser juzgado por otros delitos, porque “la imputación se limita al pedido de extradición y no hay pruebas que lo vinculen a los delitos que se mencionan en la prensa”, señalando que “no hay vinculación con la Operación ‘Wayra’, ni con el atentado a la Brigada Antidrogas y mucho menos con las amenazas a la fiscal Mónica Ferrero”. Moratorio afirmó que no había pedidos de otras fiscalías en contra de su cliente y a la vez lamentó que estuviera preso un año y medio en Brasil en condiciones “bastante lastimosas”.
Detalles del homicidio: minutos de terror
De acuerdo con la información brindada a este periodista por personas presentes en el lugar, la llegada de Fontana a una conocida churrasquería ubicada en Livramento, a bordo de su camioneta y acompañado de familiares, no permitía avizorar lo que ocurriría minutos más tarde. Al momento de estacionar su vehículo, un hombre en moto se acercó, se estacionó junto a la puerta del conductor y extrajo un arma de fuego realizando, ante la vista del público presente, seis disparos directamente contra Fontana, quien falleció en el lugar. El resto de los ocupantes de la camioneta no sufrieron lesiones. Con pasmosa tranquilidad, el sicario se retiró del lugar, no sin antes tener dificultades para encender el birrodado en el que se trasladaba. Una de las personas presentes en el lugar expresaba: “Veníamos delante de la camioneta y la moto atrás. Fue todo muy precario, una moto chica y que después no arrancaba. Y el hombre atacado se movía sin custodia. Todo muy raro”
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