La Academia Nacional de Medicina (ANM) considera que el cambio climático está directamente relacionado con el aumento de zoonosis emergentes en Uruguay y promueve la educación para prevenir enfermedades como el dengue, chikunguña y zika. También busca integrar a otras disciplinas para abordar los problemas de salud desde una perspectiva interdisciplinaria, según afirmaron a La Mañana sus integrantes Augusto Müller y Carlos Salveraglio.
¿Cómo evalúa la ANM la relación entre el cambio climático y el aumento de zoonosis emergentes y reemergentes en Uruguay?
La evalúa como un claro vínculo de causa y efecto, de incidencia permanente y progresiva, que merece atención y acción por parte de las autoridades nacionales, pero también de las internacionales, dado que se trata de un muy preocupante fenómeno global. Como entidad independiente –asesora, pero no ejecutiva–, la ANM ha encarado este enfoque en el seno de uno de sus grupos de trabajo. En este caso, se trata de un grupo de relación cooperativa con otras academias, creado hace varios años con la Academia Nacional de Veterinaria, en el marco del concepto vigente de “una salud”, que muestra el vínculo estrecho entre la salud humana, la de los animales y la del medioambiente. Incluso se habla ya de “salud planetaria”, lo cual señala de por sí la gravedad del problema.
¿Qué medidas concretas propone la ANM para prepararse ante la posible llegada de enfermedades como el dengue, chikunguña y zika?
La ANM parte del concepto de que el cambio climático y el cambio del medioambiente favorecen la aparición de enfermedades emergentes y reemergentes que afectan al hombre, los animales y las plantas. En nuestro país ya hubo un importante número de enfermos de dengue autóctono y se espera para la próxima temporada un mayor número de casos, así como la aparición de casos autóctonos de chikunguña y zika.
Para su prevención, la educación es el camino. La correcta formación del cuerpo médico, del personal sanitario y de toda la población es de particular importancia, porque con la participación de todos se lograrán mejores resultados. Siempre es importante recordar algunas medidas básicas: eliminar los depósitos de agua que puedan constituir criaderos de mosquitos, particularmente alrededor de la vivienda; evitar la exposición al mosquito en horas de su mayor actividad, como al amanecer y por las tardecitas; disponer de barreras contra las picaduras, como el uso de mosquiteros y el uso de ropa adecuada que cubra, sobre todo, brazos y piernas que son las zonas donde más frecuentemente pica el mosquito; uso correcto de repelente; promover la educación de la población sobre las características de la enfermedad y síntomas para realizar una consulta precoz.
¿Qué avances ha logrado o planea conseguir el Grupo de Trabajo Interacadémico en la gestión y prevención de zoonosis?
La ANM, por naturaleza y estatuto, solo puede obtener avances en el sentido de la difusión, concientización y promoción en múltiples ámbitos, de conceptos relacionados con la salud, pero no genera decisiones vinculantes. Felizmente, todos los sectores operativos resolutivos en esta área están muy al tanto de los hechos científicos y de las acciones necesarias, y el papel de la ANM se remite a un sólido respaldo a las iniciativas correctas.
¿Cómo se planea integrar a otras academias, como la de Ingeniería y la de Ciencias, en estos esfuerzos?
Los vínculos de la ANM con las Academias Nacionales de Ingeniería y de Ciencias son excelentes. Incluso tenemos miembros titulares que integran también esta última. La idea central es incorporar a los ingenieros agrónomos y a otros científicos relacionados con el ambiente para completar el trípode de “una salud”. El grupo de trabajo ya lo ha propuesto y solo restan las gestiones a nivel de las respectivas autoridades directivas académicas para concretarlo en breve.
En este contexto, ¿las facultades de Medicina deberían apuntar a mejorar la formación de los futuros médicos en prevención y educación para la salud?
La ANM no tiene incidencia sobre los planes de estudio de ninguna de las facultades de Medicina, pero es un hecho conocido que se insiste cada vez más en esos dos tópicos, lo cual es algo muy bueno, por cierto. La medicina curativa ha progresado enormemente en los últimos años; el conocimiento y el estudio de sus técnicas es apasionante y absorbe muchas veces toda la atención del médico, del estudiante y de la comunidad.
Sin embargo, debemos tener presente que una enfermedad que no pudo ser curada podría haber sido evitada. La medicina preventiva se refiere al cuidado de la salud y prevención de la enfermedad en el individuo y su familia, y es una de las responsabilidades fundamentales del médico, que cada vez debe estar mejor preparado en este sentido, así como colaborar también en la labor de las autoridades sanitarias. La profesión médica tiene siempre un contenido social que exige comprensión de los problemas de la higiene e iniciativa personal para influir de forma positiva en el mejoramiento de la salud y de las condiciones de vida de la comunidad.
¿Cuáles son los objetivos principales de la próxima Jornada Interacadémica, en Buenos Aires, en noviembre? ¿Qué temas específicos se discutirán en relación con las enfermedades asociadas al cambio climático y su incidencia en la patología humana?
También son excelentes las relaciones con las academias argentinas, la de Medicina, la de Veterinaria y Agronomía, y la de Bioquímica y Farmacia. Además de fortalecer lazos, se han planteado ya los temas de aspectos ambientales y producción agrícola-ganadera y, justamente, incidencia del cambio climático en la patología humana.
¿Cuáles son las medidas más efectivas que la población puede adoptar para mitigar el cambio climático?
Son importantes todas las medidas preventivas que la población y las autoridades puedan tomar, pero en tanto siga aumentando la deforestación y el consumo de combustibles fósiles, sobre todo en lugares ajenos a nuestro territorio, el calentamiento global y el cambio climático seguirán su curso con todos sus progresivos efectos peyorativos.
El cuidado de la salud es un problema de todos. El estudio del ambiente físico y social en el cual se desarrolla la vida del individuo y de su familia tiene como finalidad suprimir los factores agresivos, así como la aplicación de técnicas de medicina preventiva que son imprescindibles para mantener la salud.
No está fuera de lugar aquí repetir las palabras de Hipócrates cuando se le preguntó quién era el médico que hacía honor a su profesión: “Es aquel que merece la estima y la confianza del público, por sus profundos conocimientos, su larga experiencia, su reconocida integridad, que conoce todas las ciencias, que sabe estudiar la importancia de las estaciones del año y de las distintas enfermedades que en ella se producen, que conoce cuáles son los vientos predominantes en cada país y las cualidades de sus aguas, la situación de las ciudades y las características del campo que las rodea, que se preocupa, en una palabra, de todas las causas que pueden trastornar la vida”.
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