El comercio está atravesando una fase de contracción, con la característica del crecimiento del salario real. La explicación de este fenómeno, según señaló a La Mañana la jefa de Estudios Económicos y Comercio Internacional de la Cámara de Comercio, Ana Laura Fernández, estaría relacionada con los viajes de compras hacia Argentina y el contrabando.
¿Qué evaluación realiza con respecto al último boletín económico del año?
El informe mide el comportamiento de las ventas en términos reales, comparando el tercer trimestre de este año con el mismo trimestre del año anterior. Los resultados reflejan una contracción importante del sector comercio y servicios, con una caída en sus volúmenes de venta de 2.8 por ciento. Si bien el sector ya venía en un escenario de menor actividad, en este tercer trimestre del año se acentúa esa caída y vemos un escenario contractivo generalizado. Dentro de “Comercio y Servicios” analizamos veinte rubros que componen dicho sector. Cuando se analiza qué pasa a nivel de rubros, gran parte de ellos atraviesan una fase de contracción. A su vez, en términos de las quinientas empresas que conforman la muestra, también están atravesando o están inmersas en una fase contractiva. Es decir, menores niveles de venta respecto al año anterior.
¿En qué sectores se nota más esa contracción?
En el comercio hay que observar dos variables. Por un lado, la tasa de caída que viene atravesando, y por otro rubros que vienen trimestre a trimestre bajo un escenario de contracciones. Tenemos rubros clave, como cuidado personal, muebles y accesorios para el hogar o informática. Estos caen en la última muestra, pero vienen cayendo hace bastantes trimestres consecutivos. Después tenemos un rubro clave dentro del sector comercio, que es el caso de supermercados. Si bien hasta el segundo trimestre no había caído, en este trimestre lo hace 3.9 por ciento. Y a su vez, por el diálogo que tenemos con empresarios, en los meses siguientes al tercer trimestre parecería que este escenario de contracción permanece. En servicios, restaurantes y confiterías también cae trimestre a trimestre, y en el caso de agencias de viaje ya viene de dos trimestres consecutivos de caída. En el caso de hoteles oscilaba entre caída y contracción, pero en este trimestre, baja más de uno por ciento. Sin embargo, en el anterior había incrementado sus volúmenes de venta. No obstante, consideramos que restaurantes y confiterías y agencias de viaje parecerían ser los rubros más golpeados dentro de lo que es el rubro servicios.
¿A qué se deben estas bajas importantes en materia de ventas?
En términos económicos atravesamos un 2023 complejo. Tuvimos un gran impacto por la sequía. El contexto internacional y regional tampoco fue un gran impulsor en lo referente a los rubros agroexportadores. A los problemas de demanda, se sumó el de precios internacionales, que mostraron cierta meseta o detención en esa trayectoria de crecimiento. Se agrega el encarecimiento de nuestra economía y en particular cómo ha afectado a Uruguay frente a sus socios regionales, en particular con Argentina, donde hay un abaratamiento muy importante. Hay un corrimiento del consumo que tiene que ver con las corrientes de turismo y también el contrabando. Entonces, por diferentes canales, el sector comercio y servicios se ha visto fuertemente impactado. Y a esto se suma que este año el PIB va a estar cerrando en una tasa de crecimiento de 0,5 por ciento, con una tendencia a cero. O sea una situación de cuasi estancamiento para nuestra economía en el promedio de 2023 respecto a 2022.
Si la compara con cuatro años atrás, ¿cómo definiría la situación?
Estamos en niveles por encima de lo que fue la pandemia, o sea, logramos salir de aquella caída importante. Eso fue una situación bien atípica con un impacto mucho más relevante a nivel de la economía en general. Lo que se está dificultando es que nuestra economía retome una senda de crecimiento más fuerte, o sea con mayor impulso. Eso le está costando a nuestro país, por situaciones locales, regionales o extrarregionales.
¿Esta situación ha golpeado el empleo?
En las últimas mediciones mensuales ha habido quizás un freno en el dinamismo del mercado de trabajo. Existe en lo que va del año la generación de unos cincuenta mil puestos de trabajo. O sea, es un impulso. Sin embargo, lo que sí estamos viendo en los últimos datos es un poco del freno y, por otro lado, gran parte de estos puestos de trabajo que se están generando son en el sector informal. Observamos un cierto crecimiento incipiente en la informalidad. Estábamos con una tasa en torno a veinte por ciento en informalidad y llegamos a 22,5 por ciento. Son nuevos puestos de trabajo que se generan, pero gran parte de ellos forman en el sector informal.
¿Cómo se compatibiliza el crecimiento de los puestos de trabajo con el descenso en el consumo?
El mercado de trabajo está en dinamismo y el salario real también está creciendo. El consumo está creciendo, pero no se está dando, en gran parte, en nuestro país. Hablábamos entonces de un corrimiento del consumo. Eso es lo que está impactando fuertemente en algunos de los rubros que mencionábamos. Va a ser un año bastante atípico. Por un lado, vamos a tener con aumento del consumo privado, pero por otro una caída en los niveles de recaudación del IVA. Crece el consumo privado porque crece el poder adquisitivo, ya que los salarios aumentan, con menor inflación, pero gran parte del consumo es en el exterior o por canales informales, o sea el contrabando. La mercadería que ingresa de forma ilegal desde Argentina se comercializa en todo el país y ya no solo en la zona fronteriza.
¿Es muy diferente lo que acontece con el comercio del interior, exceptuando el litoral, a lo que sucede en Montevideo?
Vemos que ese problema, que un año y medio atrás estaba netamente o gran parte localizado en la zona del litoral, hoy ya es realidad en todo el territorio nacional. Los menores niveles de ventas ya no son exclusivamente de la zona del litoral o en la frontera con Brasil. El impacto ya ha llegado a todo el territorio nacional porque nuestras dimensiones geográficas tampoco no son tan grandes.
¿Cuáles son las perspectivas para el cierre del año y 2024?
De acá a fin de año no vemos un gran cambio. Sí hay un sentimiento más optimista para lo que sería fines de año 2024. Se espera que Argentina pueda ir procesando correcciones en sus variables macroeconómicas, pueda ir corrigiendo sus desequilibrios y eso pueda generar un acortamiento de la brecha de precios tan desfavorables que estamos teniendo. Tampoco vamos a tener el impacto de la sequía y la nueva planta de celulosa estará funcionando plenamente y exportando.
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