Cautivante, Soy campera y Refugio son los tres álbumes de la artista sanducera Catherine Vergnes, una joven que está a días de cumplir sus veintiocho años y es reconocida como “La sonrisa del folclore”. Bien llevado tiene ese sobrenombre, porque no hay escenario que pise que no se ilumine con su alegría. La forma particular que posee de transmitir la cultura del canto popular uruguayo la hace una referente femenina que, al mismo tiempo que sabe adaptarse a los tiempos corrientes, no pierde la conexión con las raíces de la tradición rural.
La artista repasó sus inicios en una cálida entrevista con La Mañana, en la que contó que sus primeras conexiones con el arte comenzaron en el ballet y eso, tal vez, podría explicar un poco su gran presencia escénica. Sin embargo, la guitarra fue más fuerte, la que usaba su madre maestra para hacer música en las escuelas. A los siete años ya aprendía a tocar, les preparaba canciones a sus familiares y salía, tímidamente (no como ahora), a expresarse frente a ellos.
Vergnes es una psicóloga de profesión a quien la vocación llamó y le fue inevitable hacerse cantante. Hoy ve los frutos de su trabajo y llama a las personas que tengan un sueño, sea cual fuere, a insistir y sacrificar lo que sea necesario por lograrlo: “Y cuando se cumpla el objetivo, ya se tendrá la recompensa del tiempo invertido”.
¿A qué edad comenzaste a vincularte con el arte?
A los siete años empecé a formarme en la música, que fue cuando comencé a tocar la guitarra, si bien desde más pequeña ya tenía el gusto por la música y el arte, al tiempo que el folclore era que algo ya tenía arraigado porque era lo que sonaba en casa. Si bien había diversos casetes y discos de varios géneros, siempre elegía escuchar los de folclore; es algo que aún no me lo explico.
A partir de que aprendí a tocar la guitarra no paré nunca más. Mi madre era mi referente porque nadie de mi familia hizo música de manera profesional, todos cantaban o tocaban la guitarra en casa, pero ella es maestra y entonces hacía música para sus alumnos y por eso había una guitarra en casa. Desde muy chica me enseñó sobre tradiciones, costumbres uruguayas, entonces apareció el lado artístico musical y el gusto por lo nuestro, por lo uruguayo.
¿Cuán importante fue el apoyo de tu familia en general y de tus amigos cuando decidiste lanzarte a ser cantante?
Para mí la familia es sumamente importante y los grupos de amigos me dan una contención increíble. Todos me apoyan, porque en el mundo en el que vivo es todo muy acelerado. Hay mucha gente y contamos todo el tiempo con la aprobación social, entonces, tener un grupo que sea mi pilar es fundamental. Soy una persona muy familiera y amiguera, me encanta estar con mis grupos. Mis fines de semana se han visto truncados y mis amigos entienden que no puedo estar en todos los cumpleaños, en todas las fechas especiales. Sin embargo, siempre estoy unida a todos ellos.
Estudiaste psicología y te recibiste. ¿Alguna vez sentiste miedo por dejar de lado la profesión de psicóloga y dedicarte exclusivamente a tu vocación artística?
Hay un poco de todo, obviamente que evalué las posibilidades apenas me recibí de psicóloga. Dedicarme a la música de lleno era algo que ya me venía acompañando algunos meses antes de recibirme, mientras hacía la tesis. Hay que tener en cuenta todas las alternativas, por más que siempre digo que me encanta mi trabajo como artista, también me gusta tener otra profesión por las dudas, porque en la vida siempre hay que estar preparado con un plan B, entonces viene por ese lado. A la misma vez, el miedo de pensar qué podría pasar si me va mal, es eso, un miedo, pero hay que hacerlo con miedo. El coraje siempre tiene que estar y eso es algo que me acompaña. Si uno toma una decisión hay un montón de cosas buenas y malas que pueden suceder, pero hay que intentarlo para saberlo.
De todas maneras, la música y la psicología tienen un gran punto de encuentro: son dos profesiones que trabajan de cerca con la emoción, con lo que nos sucede como humanos porque, así como la psicología, desde el punto de vista que tengo, trata comportamientos, pensamientos y emociones, la música hace lo mismo, sobre todo en el folclore, que no solo es un género musical, es un comportamiento, un sentimiento. Eso es lo que trato de transmitir al público, que les toque la emoción. Cuando llego a la emoción de las personas llego a su identidad, y cuando hablo de identidad, hablo de lo que permanece para siempre.
Recorrés el país llevando la cultura popular del canto uruguayo, también recorriste parte de Brasil y Argentina. ¿Por qué es importante retomar la identidad a través del canto y mostrárselo a las nuevas generaciones?
Innatamente me sale trabajar eso, soy patriótica y me guste que, a través de mi arte, profesión y persona, se transmita eso, y si puedo dejar algo al prójimo, para mí es hermoso. Lo hago desde el corazón, y si hay consecuencias, bienvenidas sean. Siempre se dice que cuando las cosas se hacen de corazón, suceden. En este tiempo he visto cómo la gente ha tomado cariño por nuestras cosas, paisajes, por un montón de elementos que nos representan como uruguayos, hasta en la forma de vestir. Diversas personas me han destacado que uso accesorios como el escudo patrio en el pecho con un collar, o el arte de la guasquería, que es tan tradicional y criollo.
Es decir que, a través de pequeñas cosas, transmito los valores uruguayos y me encanta que no sea solamente para las personas del interior del país, sino para mucha gente de Montevideo que me sigue y me va conociendo. Algunos me dicen que no tienen ni idea de campo ni de caballos, pero eso no es lo importante, sino sentir la identidad, saber de nuestro país sin tener que ser exclusivamente una persona de campo.
Más allá de que sale de tu corazón, ¿lo sentís como un compromiso?
Sí, lo siento como una responsabilidad, y me doy cuenta porque, muchas veces, limito mis gustos por lo que debo transmitir, incluso desde el lado musical. Por ejemplo, recibí invitaciones para hacer colaboraciones con diversos artistas de géneros muy diferentes a los míos, y me he visto en la situación de decir que no y explicar que no puedo mostrarme con otro género tan alejado a lo mío porque no representa lo que transmito.
A veces se me puede cuestionar si hago lo que le gusta a la gente o lo que me gusta a mí, y hago las dos cosas, pero es una responsabilidad para mí seguir por ese camino.
¿Cómo es ser artista en la era de las redes sociales, de qué manera se conjuga el mundo físico con el virtual?
Hoy las redes sociales son súper importantes, es un frente relevante para este trabajo. Lo cierto es que la mayoría de las personas que me siguen me conocieron por redes, la mayor parte del trabajo ha salido por ahí, porque ven los videos, el contenido que uno muestra, y las personas quieren contratarte para eventos, desde los pueblos más pequeños hasta eventos fuera de Uruguay.
También son importantes los valores que transmito en mis redes, es algo que me gusta cuidar y mostrar, porque es parte de mí. Tengo numerosos seguidores que son niños y adolescentes, entonces cuido las palabras con las que me expreso, de la misma manera que lo hago en el escenario y debajo de él, porque uno tiene que ser la misma persona en todas partes.
A su vez cuido el contenido, lo que muestro, lo que hago y represento, incluso las marcas con las que trabajo están lideradas por el público que me sigue, me correspondo al público de mis redes sociales y al que me sigue en general.
¿Siempre compusiste canciones o empezaste cuando ya eras adulta?
Comencé en mi adolescencia y esto se lo agradezco a mi primer maestro de guitarra, que fue quien me estimuló a componer diciéndome que si lo hacía significaba que lo que estaba escribiendo y la música salían del alma. Eso es lo más representativo de lo que quiero transmitir, porque una cosa es ser intérprete de algo de otro artista, y otra cosa es expresar lo que uno creó desde sus sentimientos y pensamientos.
A los dieciséis años empecé a componer y desde entonces no paré nunca más. Hubo un tiempo en el que lo tomé como un ejercicio que practicaba todos los días; hoy en día ya no me encuentro con ese tiempo ni con esa creatividad tan fuerte de la adolescencia, por cosas de la vida y la adultez, cuando el estrés y el cansancio llevan no ser igual, pero sí es algo que busco y estoy atenta todo el tiempo. Actualmente tengo tres álbumes con canciones de mi autoría, por ejemplo, en un mismo año compuse canciones que tenían un hilo conductor. Eso me pasó con los tres, y entre ellos tienen diferencias de varios años, entonces el contexto y mi madurez fue lo que los diferenció. Pero creo que la forma de realizarlos fue la misma todas las veces.
¿Hay alguna canción o disco que sientas diferente o especial por algún motivo?
Los discos son como mis tres hijos y los tres tienen sus fortalezas y debilidades. En todos veo cosas para destacar, no puedo optar por uno solo. Me gustan todos de distinta manera.
Tenés una manera de moverte en el escenario y plantarte muy particular, ¿cómo te preparás para brindarte al público siempre con la misma energía?
Hay que prepararse y mucho. Últimamente estoy con el concepto de que el escenario es como un templo, hay que estar listo para pararse allí, así como el público se prepara para ir a un evento, nosotros que estamos arriba del escenario y nos vamos a presentar para ellos debemos hacer lo mismo.
Pensamos cada detalle, desde el vestuario y los colores que hay sobre el escenario, porque eso condiciona un montón la presentación. Se debe pensar en la comodidad de las prendas, ante qué público estaremos y el clima de ese día. En síntesis, se piensa en la ropa, el repertorio, la cantidad de tiempo para actuar, hasta las cosas que se les dice a las personas, porque cada destino es diferente, y también está la pata de la improvisación y espontaneidad. Es muy importante estar descansado, tranquilo, estar con vibras positivas alrededor, y siempre rodeada de personas que me cuiden. Es algo que estoy valorando un montón a partir de este año.
Según tu experiencia estos años, ¿es posible vivir de la música en nuestro país, las personas apoyan a los artistas locales?
Tengo una familia con la que siempre hemos hablado sobre emprender, entonces, para mí, lo que sucede en la música es algo que se reitera en todas las profesiones, sea el rubro que sea, se puede vivir de cualquier trabajo en este país. Lo que hace la diferencia es la creatividad con la que se tome la actividad. En primer lugar, es necesario ser creativo, hay que rebuscarse, y además se tiene que tomar con compromiso y disciplina. Hay que ser disciplinado y veo que eso es algo en lo que falla mucha gente, y por eso, tal vez, no logran cumplir sus sueños.
Si uno quiere lograr una meta, tiene que levantarse más temprano, sacrificar algo, o estar más tiempo del que se quiere sin dormir, y cuando se cumpla el objetivo, ya se tendrá la recompensa del tiempo invertido. Siempre hay que hacer un sacrificio para que las cosas funcionen como esperamos.
Llegaste a cantar junto a Soledad Pastorutti y, recientemente, con el dúo uruguayo Larbanois & Carrero. ¿Era algo con lo que soñabas?
Me lo imaginé de una manera y se dieron como lo pensé. Eran sueños que no se remontaban tan atrás en el tiempo en el sentido de que cuando era pequeña no soñaba con cantar con ellos porque nunca me había imaginado que me dedicaría a esto, fue algo que se dio más bien en la preadultez, con esto de dedicarme a la música. A medida que fui adquiriendo compromiso con lo que hago empecé a soñar con la idea cantar con ciertos artistas que escuchaba cuando era niña.
Por ejemplo, cuando se me dio lo de cantar con Soledad y luego con Larbanois & Carrero, obviamente que ya desde el día que me invitaron empecé a imaginar ese momento y cuando lo estaba cumpliendo fue un día de fiesta, de vivirlo, pensar y agradecer lo que se estaba dando. Si estoy cumpliendo un sueño trato de vivirlo al máximo para poder recordarlo toda la vida.
La canción que canté con el dúo fue “Milagro”, un tema que de niña preparaba para cantársela a mi abuelo, y la música tiene eso de que no sabés hasta donde podés llegar, a quién o qué te llegará a vos, todos los días vivís con la adrenalina de que aparece alguien o algo nuevo que no tiene límites.
Tu canción “Nací de un río” es muy emotiva, y puede llegar a conmover a quienes, tal vez, nunca pisaron Paysandú. ¿Cómo describís la conexión que tenés con tu lugar natal?
Soy de Paysandú, vivo allí hasta hoy y me encanta mi ciudad, es algo que se me estimuló desde chica, el patriotismo va también con el lugar donde nací. Desde mis inicios recibí el apoyo de mucha gente, porque mi familia es muy querida en la ciudad, así como los pobladores también cuentan con nuestro apoyo, cuando alguien pide algo siempre estamos, y ellos nos hacen saber de su cariño.
Hoy que soy más conocida me agrada caminar por las calles y que, a cada lugar que voy a hacer un mandado, la gente me trate como la mejor vecina, me pregunte cómo estoy, cómo me está yendo con la gira, que me pidan alguna foto, es algo que agradezco inmensamente. Muchas personas a veces me dicen “perdóname que te moleste”, pero lo cierto es que no me molesta para nada, es un mimo al alma sentir ese cariño.
¿Cuál es el mayor aprendizaje de tu vida como artista hasta ahora?
Hace muy poco entendí, aprendí y confirmé que nunca hay que dejar de lado quien sos y tener mucha seguridad en lo que uno piensa, que nadie puede boicotear tus intuiciones, tus pensamientos, es algo que a uno lo debe tener siempre presente. Creo que ese es mi aprendizaje máximo, estar segura de que lo que pienso o intuyo, eso es. Capaz que lo podés compartir o pedir alguna opinión, pero siempre hay que estar muy seguro de uno mismo.
¿Qué te depara laboralmente este 2024?
Tenemos mucha proyección de seguir girando como lo venimos haciendo todos los fines de semana. Gracias a Dios ya tenemos una agenda colmada hasta mayo de este año, estoy impresionada con la cantidad de shows que vienen por delante y con tanta anticipación, porque incluso nos han contratado para 2025, y estoy muy agradecida por eso. Pensamos seguir recorriendo el país, que siempre hay que hacerlo, y también por Argentina y Brasil. Tengo el deseo de llegar a Chile y Paraguay, son los dos países con los que quiero continuar trabajando porque tengo mucho público y por falta de tiempo no he logrado hacerme presente, pero este año le voy a poner foco.
A su vez, seguiré creando canciones para el público y para nosotros, de forma de seguir actualizando nuestro repertorio, porque si bien ya tenemos una colección de canciones muy amplia y la gente se va quedando con los clásicos, está bueno que se armen nuevos clásicos con el último álbum, que está por cumplir un año.
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