Entre avances, retrocesos y reclamos ambientalistas, la multinacional Google decidió iniciar la obra del centro de procesamiento de datos (data center) que se instalará en el Parque de la Ciencia, en la zona franca del departamento de Canelones. El Poder Ejecutivo, por su parte, dio autorización para la ampliación de dicha zona, ya que la empresa adquirió tres hectáreas que se suman a las treinta que ya había comprado en 2020.
Raúl Viñas: “Por las presiones existentes el data center de Google fue cambiado”
Desde el Movimiento por un Uruguay Sustentable (Movus) y la organización Amnistía Internacional, se exhortó a la ciudadanía a enviar consultas a las autoridades durante el período de puesta de manifiesto de la iniciativa, que finalizó el viernes 5 de abril. Se entiende que varios puntos deben “ser aclarados por la empresa y estudiados por el Ministerio de Ambiente”. Para conocer más detalles al respecto, La Mañana se entrevistó con Raúl Viñas, referente del Movus.
¿Cómo evalúa el Movus la presencia de Google en Uruguay?
Es un tema que ha venido ocupando espacios en la prensa y en la mente de las personas que buscamos cambios significativos, sin negar el desarrollo, pero buscando que sea sustentable. La idea es no tener que lamentar a futuro situaciones solamente por el hecho de estar buscando alguna ganancia momentánea.
¿En qué momento está el proyecto, ya que se cuestionó a la empresa, que incluso se planteó una revisión?
Por suerte, debido a la presión existente, el proyecto del data center de Google ha sido cambiado. El proyecto inicial incluía el enfriamiento de las computadoras con muchas implicancias. Para quienes no saben: el data center es un lugar en que se mantienen y operan computadoras con capacidad de almacenamiento, son hubs de almacenamiento. En la parte trasera de la computadora se genera una gran cantidad de calor, por lo que necesita ser enfriada. El proyecto original de Google no es el único de América del Sur, sino que vemos en el mundo otros ejemplos, ya que se busca la agilidad del acceso. Se procuraba el enfriamiento mediante agua. Esto surgió en épocas en las que parte del país no tenía acceso a agua potable. Se manejaba como monto setecientos mil metros cúbicos diarios solo para que pasara por lugares para generar el enfriamiento. Evidentemente, no es un buen uso del agua, más si decimos agua potable, ya que la debemos preservar para el abastecimiento humano y el mantenimiento del ecosistema. Usarla de esta forma no parece algo lógico, menos si estamos en tiempos en que se busca darle un uso más racional. Ante esto se hicieron propuestas, pero finalmente la empresa retiró el proyecto y presentó uno nuevo, que de hecho es el actual, en el cual se está trabajando. Este proyecto menciona el uso del enfriamiento por aire. El anterior proyecto tenía una lógica muy similar a la del automóvil. Se redujo un poco el proyecto, y lo tomamos como una victoria.
Desde su visión, ¿por qué Google elige Uruguay?
Los data center se pueden instalar en cualquier lugar del mundo. Las razones, la verdad, no las podemos saber, pero evidentemente se presentan condiciones que le sirven a la empresa. Es significativo que no lo hayan hecho en países como Brasil y Argentina, tal vez porque no querían muchas restricciones, aún hoy el actual proyecto nos deja algunas dudas. Si bien se menciona que es uno de los proyectos más grandes de la historia, claramente vemos que no es así. El hecho de que se mencione que se promueve el empleo nos hace preguntar qué cantidad y tipo, solicitamos la información necesaria. No buscamos que nos mientan, un ejemplo de esto es la cantidad de personas que trabajaron en el Ferrocarril Central. Buscamos que se nos diga cuánto se va a pagar en los jornales, qué cantidad de tiempo. Otro ejemplo es lo que pasó en UPM, cuando no quedó claro justamente esto.
Teniendo en cuenta, por ejemplo, las exigencias planteadas por UPM 2, con un costo multimillonario, ¿qué invierte Uruguay para la instalación de Google?
En este caso, Google exige una conexión eléctrica importante, nuestras redes son de relativa calidad, más allá de que se tenga que hacer una obra de refuerzo que se compensaría con la compra de energía que efectuará Google a UTE, pero nos preguntamos qué efecto económico existiría. Además, queremos saber si realmente van a comprar, ya que este proyecto permite comprar a privados, cosa que no es común en nuestro país, pero realmente sucede. El caso de UPM es un caso extremo, del cual deberíamos aprender a nunca más a hacerlo. Hasta una semana antes de firmar el proyecto no existía idea de reforma de las redes de transporte, Uruguay no tenía idea, pero según el ministro Rossi en ese momento era importante hacerlo, casualmente aparece UPM con la idea pronta y se la compramos por cinco millones de dólares. El estudio que lo elaboró ayudó a incrementar aún más el precio de esto. El ministro Falero decía que el tren de UMP costó 1300 millones, esto le costó a la empresa, pero debemos introducir el pago del servicio. También nos mencionan ahí que están incluidos los intereses, pero este costo, que está medido en más de quinientos mil dólares al día, se ajusta a la inflación, usan unidades indexadas, por lo tanto, no sabemos el valor real. En Google no aparece esta información, pero entraría en una zona franca pagándole a ella el valor ya que es una zona existente, esa empresa que gestiona el lugar aportaría al gobierno el canon que se le indique. Para ponerlo en claro, Google aparece como inquilino, claro, debe pagar las cargas sociales correspondientes. No queda por fuera del sistema uruguayo.
¿Cómo se entiende, entonces, que pretendiera utilizar los recursos hídricos que son del Estado?
Lo que hacía Google era comprar el agua, pero debía hacer reformas para llevar esos volúmenes, no olvidemos que esto se generó en tiempos de sequía, lo que lo hacía irracional. Debemos tener en cuenta que cuando vienen estos gigantes, lo que compran aquí es muy poco, nos preguntamos entonces si los equipos que vengan no serán generados por trabajo esclavo, queremos saber esto. Nuestra aproximación es global, para que funcione bien, no queremos saber que esté manchado con sangre. Muchos sabemos además que los equipos se rompen y hablamos de más de 170 toneladas anuales o sea son quinientos kilos de basura diaria. Buscamos que no se afecte el medioambiente. Lo que es más complicado de entender es por qué el ministerio no se preguntaba esto, hablaban del proyecto, pero no lo analizaron y tal vez esto sea lo más importante. Es necesario que a veces la población tome cartas en el asunto si el gobierno no plantea el análisis correspondiente.
¿El Ministerio de Ambiente fue receptivo ante estas sugerencias o fue la empresa la que determinó que podría existir un cambio en las reglas de juego?
La primera parte, en referencia del cambio de agua a aire, ya está hecho, lo demás se lo planteamos. Estamos esperando saber cómo esta información aparecerá en los expedientes del ministerio. A través del acceso a la información, accedemos a ella, a veces con limitaciones, pero llegamos a conocer lo que sucede. Pero, una vez más, esta información el ministerio no la estaba pidiendo.
¿Somos un país permisivo para autorizar este tipo de proyectos?
El tema es que a la actual Dinacea [Dirección Nacional de Calidad y Evaluación], parece que por norma, le cuesta rechazar algunas cosas, nos pasó con Aratirí. Un país serio debería haber rechazado ese proyecto minero sin más, deberíamos tener una forma de decirlo, pero acá se acepta y se analiza para hacerlo, cuando lo que realmente se debe hacer es ver si se puede hacer. En la zona de Maldonado lo que realmente sucedió fue la búsqueda de crear edificios en donde no debían hacerlos. Si tenemos ese tipo de normas para personas, debemos aplicarles a todos, debemos tener la mente abierta para justificar las decisiones cuando las negamos. Con UPM 2 vimos terrenos rurales naturales convirtiéndose en terrenos habilitados para trabajarlos, generando envenenamiento de los arroyos. ¿Cuál fue la respuesta? El ocultamiento. Realmente es muy difícil tener un ministerio así. Entendimos que el ministro tenía que renunciar ya que debemos ser un país serio en esa materia. Y se lo dijimos a él personalmente.
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