El mes pasado el directorio de OSE aprobó el proyecto Arazatí, una iniciativa privada del consorcio Aguas de Montevideo integrado por Saceem, Berkes, Ciemsa y Fast, que prevé la construcción de una planta potabilizadora en San José para captar agua del Río de la Plata. El objetivo principal es solucionar las vulnerabilidades que presenta el actual sistema de agua potable metropolitano, según explicó a La Mañana el ingeniero Matías Saiz en representación de Saceem.
¿En qué consiste el proyecto Arazatí y qué importancia tiene para el país?
Para comprender la importancia del proyecto Arazatí para el país, me parece relevante primero describir el estado actual del suministro de agua potable para gran parte de Montevideo, Canelones y San José.
El suministro de agua potable para toda la región metropolitana de Montevideo depende actualmente de una única fuente de agua dulce bruta, el río Santa Lucía; una única planta de tratamiento de agua potable, la planta de Aguas Corrientes ubicada al margen izquierdo del Santa Lucía; y tres líneas aductoras principales que transportan la totalidad del agua potable desde Aguas Corrientes hacia el sistema de distribución de OSE para el área metropolitana. Resulta evidente la enorme vulnerabilidad que presenta el sistema: cualquier incidente en la fuente actual del río Santa Lucía o cualquier falla en la planta potabilizadora o en las líneas aductoras, podrían afectar severamente la seguridad operativa del sistema de agua potable. En mi opinión, dadas las graves consecuencias sanitarias que implicaría un corte en el suministro de agua potable que abastece al 60% de la población del Uruguay, este primer argumento por sí solo es más que suficiente como justificación para buscar una solución complementaria a la existente que dé verdadera seguridad operativa.
Sin perjuicio de lo anterior, el sistema actual presenta otras vulnerabilidades adicionales. La demanda total se ubica prácticamente al mismo nivel que la capacidad de producción y aducción desde Aguas Corrientes (700.000 m3/día). El sistema en pleno funcionamiento llegó a su límite, y bajo escenarios de sequía en el río Santa Lucía, cada vez más frecuentes, presentará cada vez más dificultades para satisfacer la demanda. Esto será aún más grave si consideramos el crecimiento de la demanda proyectada al 2045, que se ubica en 840.000 m3/día.
En suma, la justificación del proyecto Arazatí nace con el objetivo de solucionar dichas vulnerabilidades del actual sistema de agua potable metropolitano. Consiste en agregar la capacidad de captar, producir y transportar hasta el sistema de distribución de Montevideo, partiendo de una fuente de agua bruta alternativa (Río de la Plata) un volumen de 160.000 m3/día en la primera etapa y 229.000 m3/día en la etapa siguiente, permitiendo así cubrir la insuficiencia proyectada de producción y aducción hasta el 2045 y dotando al sistema de un respaldo de alta seguridad equivalente al 30% de la demanda actual aproximadamente.
¿Qué arrojaron los estudios de factibilidad en cuanto a la viabilidad de su concreción?
Los estudios permitieron demostrar con el mayor rigor metodológico la factibilidad del proyecto propuesto en cuanto a su funcionalidad técnica y su eficiencia en términos de costos de inversión y operación y mantenimiento; dando satisfacción a los objetivos formulados inicialmente con respecto a necesidades de mejora al abastecimiento de Montevideo en materia de calidad, cantidad y seguridad operacional.
¿Qué desafíos surgieron en el proceso de diseño del proyecto?
La fuente de agua bruta alternativa al Santa Lucía, capaz de entregar los volúmenes necesarios de agua con seguridad a la zona metropolitana de Montevideo, es indiscutiblemente el Río de la Plata.
El primer gran desafío fue definir la ubicación de la toma de agua bruta sobre el Río de la Plata. Es bien conocido por todos que este presenta un perfil de salinidad a lo largo de la costa que varía en función de los vientos, mareas, aportes fluviales de los ríos Uruguay y Paraná, entre otros factores. La primera decisión fue descartar la opción de colocar la toma de agua bruta en las cercanías de Montevideo, ya que el agua presenta niveles de salinidad significativos y el costo de una planta desalinizadora para obtener agua potable, tornaba el proyecto económicamente inviable.
La segunda decisión fue la ubicación de la toma de agua bruta: a medida que el punto de captación se aleja hacia el oeste del sistema de distribución en Montevideo, disminuye la ocurrencia e intensidad de los eventos de salinidad, pero aumentan los costos de inversión en tubería aductora y en energía consumida para su bombeo al sistema. Los estudios realizados demuestran que en la zona de Arazatí (San José) se ubica el lugar óptimo para la captación, donde se observa (viniendo desde el este) una caída notable de la concentración salina, de acuerdo a la serie histórica de determinaciones corroborada por la modelación hidrodinámica hecha durante el estudio de factibilidad y condiciones muy favorables para ubicar la captación en términos de batimetría subacuática y proximidad a la costa. En otras palabras, la mayor parte del tiempo encontramos agua dulce en Arazatí, donde aproximadamente el 97,5% del tiempo la salinidad es inferior al límite admisible de 0,45 g/l. El último desafío con la ubicación fue la necesidad de incluir una reserva de agua bruta dulce (pólder) y su respectivo dimensionamiento, a ser llenada con agua del propio río, para manejar episodios esporádicos de salinidad y asegurar su operación en forma continua.
El segundo gran desafío fue sobre la calidad hidrobiológica del agua bruta en el punto de captación. El estudio de factibilidad incluyó un estudio exhaustivo de la calidad del agua bruta en la zona de captación (Arazatí) con monitoreo continuo entre 2021 y 2022. Se tiene pleno conocimiento de la calidad del medio acuático en cuestión, la posibilidad de florecimientos algales ha sido considerada y debidamente valorada en la solución. La solución técnica propuesta a nivel de captación y procesos de tratamiento dan total garantía en cuanto a satisfacer en cualquier situación la calidad de agua potable conforme a las normas nacionales e internacionales más exigentes. A modo de ejemplo de capacidad tecnológica de la planta, incluye procesos de interozonización y biofiltración, que son la tecnología más moderna a nivel mundial para control de potenciales cianotoxinas y compuestos de olor y sabor. Por otra parte, el Río de la Plata como fuente de agua bruta es utilizada hoy para abastecimiento público en ciudades como Colonia, Juan Lacaze y Buenos Aires.
Hubo otros grandes desafíos a resolver durante todo el proceso, siempre se trabajó en conjunto con los equipos técnicos de la OSE, de manera abierta y colaborativa, logrando un estudio completo en tiempo récord y de satisfacción de todos.
¿Cuáles son las soluciones que plantea la obra?
En base a estudios cuantitativos de la demanda proyectada y de la oferta de la cuenca del Santa Lucía, el proyecto propone una solución optimizada con una capacidad de producir e inyectar en la primera etapa 160.000 m3/día al sistema metropolitano de Montevideo. Además, incluye el diseño, financiamiento, construcción y mantenimiento de las siguientes infraestructuras: toma de agua bruta en Arazatí, estación de bombeo y aducción de agua bruta, planta potabilizadora, embalse de reserva de agua dulce (pólder), tubería aductora de agua tratada e interconexiones con el sistema de distribución de agua para el área metropolitana de Montevideo. La operación completa del sistema será realizada por OSE.
¿Qué beneficios traería para el país contar con un proyecto de este tipo?
Arazatí es el mayor proyecto de agua potable de OSE realizado en los últimos 150 años. Beneficia directamente a tres departamentos: Montevideo, Canelones y San José. El proyecto brindará cantidad, calidad y seguridad de suministro de agua potable al 60% de la población del Uruguay y cubrirá el déficit de oferta de agua potable actual hasta el 2045, con una calidad al más alto nivel internacional.
En mi opinión, el gran beneficio para la OSE es que por primera vez contará con un sistema de suministro de agua potable: tendrá dos fuentes independientes a su disposición, podrá elegir cómo operar el sistema, cómo gestionar sus embalses de forma eficiente. Es un cambio de paradigma para la OSE en la operación del sistema metropolitano.
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