La directora de la Entidad de Gestión Colectiva de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda), Helena Nosei, aseguró que el éxito de las exportaciones de la industria audiovisual uruguaya no se logró por casualidad, sino que implicó un arduo trabajo de consolidación hacia el exterior, llevado adelante por integrantes del sector y con la ayuda de regulaciones apropiadas.
Según un estudio del BID publicado en octubre de 2021 denominado “Detrás de cámaras: creatividad e inversión para América Latina y el Caribe”, Uruguay tiene uno de los PIB per cápita más altos del continente. Además, ocupa los primeros lugares en estabilidad económica.
“Con diligencia y espíritu de apertura, ha cosechado éxitos sociales y de política pública que sobrepasan su pequeña geografía. Algo similar se puede decir de su industria audiovisual, que tiene más de un siglo de existencia”, describe el informe.
Explica que durante muchos años el rubro se centró en spots publicitarios y no en largometrajes, pero que el sector siempre “ha tenido ambiciones que se asocian con países más grandes, sobre todo desde mediados de la década de 1990, cuando comenzó a estrenar películas a mayor ritmo”.
Parte de esta historia está dando sus frutos desde hace algunos años, con cifras récord fundamentalmente en 2021, hecho que destacó el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, el pasado 2 de marzo en el balance de los dos años de su gobierno.
En ese sentido, La Mañana dialogó con Helena Nosei, directora de la Entidad de Gestión Colectiva de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda), y le consultó sobre las recientes noticias que afirman que el 2021 fue un año de consolidación para el sector, a lo que respondió que no lo llamaría “consolidación”, sino un año de cosechas de lo que durante años sembró.
“Fueron años de trabajo, en los cuales los diferentes integrantes del sector se formaron, lograron relevantes premios y reconocimientos internacionales, se labraron una reputación y credibilidad entre sus colegas productores a lo largo innumerables coproducciones”, explicó la entrevistada. Aseguró que el Programa Uruguay Audiovisual (PUA) y la coyuntura de la pandemia (nuestros vecinos confinados y con inestabilidad económica), colaboraron a lo logrado en el 2021. “El desafío ahora está en consolidar este espectacular crecimiento y seguir desarrollándolo”, dijo.
No hay dudas de que la llegada de la pandemia tuvo efectos en todas las industrias, para algunas de ellas fueron negativos, pero para otras significó oportunidades. En el caso del rubro audiovisual, se incrementó el consumo de productos, cambió la forma de consumirlos, dejando de lado el cine tradicional y pasando a plataformas de OTTs (de libre transmisión).
“Seguramente estos años marquen un punto de inflexión en las modalidades de consumo. Dado que este aumentó, así como las inversiones en contenido. De ese crecimiento nos beneficiamos en Uruguay porque pudimos producir (bajo estrictos protocolos) al no haber estado confinados”, resaltó Nosei.
Al mismo tiempo reconoció que fue de gran ayuda contar con el PUA, técnicos, productores, servicios e infraestructura necesarios, y con la estabilidad jurídica y social de nuestro país.
PUA: un programa lleno de incentivos del que se espera más
Para la directora de Egeda, el PUA demostró ser un buen instrumento, como también el Fondo de Fomento de la Ley de Cine, sin el que el sector de la producción audiovisual de nuestro país no podría ser lo que es hoy. “Pero para seguir alimentando el crecimiento, como a cualquier otro sector en proceso, hace falta ir generando nuevos instrumentos, que faciliten, por ejemplo, el acceso a capital de trabajo por parte de los productores”, indicó.
En ese marco nombró a los incentivos que permitan la formación de nuevos integrantes del sector, como es el IVA cero para las producciones 100% nacionales. La formación de una sociedad de garantías recíprocas especializada en el sector que, mediante avales, permita a los productores acceder a financiación en el mercado.
Otro, sostuvo, es la creación de instrumentos que permitan a productores retener parte de la propiedad intelectual de las producciones para plataformas. Nosei remarcó que se debe pensar en instrumentos para incentivar la generación de contenidos nacionales.
A su vez, para sostener el crecimiento, opinó que se necesitan recursos financieros y humanos formados y que “toda la sociedad, desde las autoridades a todos nosotros, entendamos y pongamos en valor la propiedad intelectual, el trabajo de los creadores, de los productores”, aseguró. Agregó que se debe prestar atención a la Economía Naranja, la economía de las industrias creativas. Estas, como la producción audiovisual, son persona-intensivas, no activo-intensivas como otras (energía, infraestructura vial, telecomunicaciones) y por lo tanto se pueden desarrollar a una velocidad de crecimiento mucho mayor.
“Por otro lado debemos tener presente que por cada dólar que se invierte en una producción audiovisual, se genera un impacto en el resto de la economía de US$ 1,65 debido a los múltiples encadenamientos de este sector”, expuso Nosei.
Detalló que alrededor del 30% del presupuesto de producción se insume en gastos de hotelería, pasajes, transporte, catering. Si se hacen números, según el Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual, el sector de la producción en 2021 exportó US$ 61 millones; esto quiere decir que hubo una generación del valor para el resto de la economía de aproximadamente US$ 100 millones.
El desafío de formar a los recursos humanos
Nosei fue consultada acerca de cómo se encuentran preparados los trabajadores del rubro, a lo que respondió que los recursos humanos no son un problema y que el cuello de botella está en la cantidad de diferentes especializaciones necesarias. “Con cada nueva producción y proyecto desafiante, la formación y calidad de los recursos humanos aumenta, se perfeccionan, se complementan con recursos extranjeros”, sostuvo.
Entonces, dijo, el desafío está en formar a más gente y a la vez asegurarles un sector en crecimiento, donde ellos puedan desarrollarse y crecer.
“En Egeda Uruguay hemos lanzado Platino Empleo, la plataforma que conecta a los profesionales y empresas del sector audiovisual de los países iberoamericanos. Con esta iniciativa se pretende agilizar y facilitar la contratación, por parte de las productoras y empresas del sector, de profesionales especializados, conectando la oferta y la demanda de empleo del sector audiovisual iberoamericano en su conjunto”.
De Miami Vice a Conquest
En los últimos veinte años Uruguay se ha consolidado como un destino atractivo para filmar. Montevideo se presenta como una ciudad versátil que incluso pasó por La Habana en el largometraje Miami Vice (2006), y por ciudades de Norteamérica y Europa en comerciales. Según el documento del BID, esto se da gracias a la Ley Nº 18.284, de 2008, o Ley de Cinematografía. Luego de que se estableció el Fondo de Fomento Cinematográfico y Audiovisual, Uruguay pasó de estrenar menos de 12 películas al año en 2004, a 20 películas en 2018.
Con miras a seguir desarrollando su industria, el país validó el PUA en 2020. Partiendo de un fondo de US$ 4 millones por año, que ofrece un reembolso en efectivo de entre 10,6% y 25% para gastos de producción incurridos en el país.
Uno de los primeros proyectos en aprovechar los beneficios fue Conquest, serie de Netflix producida por Keanu Reeves. En abril de 2021, Amazon también reveló que concretó tres grandes rodajes de Amazon Originals en el país destinadas al mercado brasileño.
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