Un enfrentamiento poco esperado se registró en los últimos días entre dos asesores del Ministerio del Interior en materia de seguridad ciudadana.
Todo surgió cuando el coordinador de Estrategias Focalizadas de Prevención Policial del Delito del Ministerio del Interior, Diego Sanjurjo, señaló: “Si no equilibramos la prevención con la represión, no vamos a dar el salto de calidad para llegar a un país seguro”.
En un reportaje con el semanario Crónicas, Sanjurjo sostuvo que se debe poner énfasis en la prevención, si bien dijo que el trabajo represivo ha logrado éxitos.
Esta frase llevó a que el excoordinador del Programa Integral de Seguridad Ciudadana y el actual asesor jurídico del ministro del Interior, Juan Andrés Ramírez Saravia, le respondiera por Twitter: “Lo que decís es un disparate. ¿Equilibras al alza y festejás? Todo lo que pueda subir la prevención es bueno y todo lo que pueda bajar la represión también es bueno. Tu deseo de equilibrio es muy peligroso. Pensá antes de postear porque tu palabra es la del Ministerio del Interior”.
“Mi posteo ya lo tiene el ministro, el subsecretario, Santiago González, todos los integrantes del ministerio”, dijo Ramirez Saravia en una entrevista con El Observador. “Y si tengo que renunciar, mi renuncia está presentada el martes. Yo no formo parte de un gobierno que equipara represión con prevención”.
Para el hijo del exministro del Interior, Juan Andrés Ramírez, el problema de Sanjurjo es que “tiene mucha formación de libros, pero que le falta conocimiento de Uruguay porque vivió toda su vida en el extranjero”.
El actual asesor de Heber, quien seguramente dejará el cargo en julio cuando venza su contrato, sostiene que “la represión es la última herramienta que tiene el ministro del Interior y el Poder Ejecutivo para solucionar un problema que no pudo prevenir. Si tenemos un país con mucha represión, es que tenemos un país con mucho delito”.
Ramírez Saravia considera que “en lo que refiere al Ministerio del Interior, debe haber más prevención intentando que la represion sea siempre la última carta. Es como festejar que hay más presos. Ese número aislado no se festeja”, dijo continuando la polémica vía Twitter. Acotó que “prevención todo y más. Represión la mínima indispensable y efectiva. Nunca buscar equilibrios de algo que su aumento es bueno con algo que lo ideal es que no deba aplicarse. Ojalá no se tuviera represión y si altísimo grado de prevención. Eso es un país seguro”.
Represión “muy desarrollada”
Para Sanjurjo, se debe focalizar el trabajo en la prevención y estima que la represión fue algo “muy desarrollado”, indicando que en los “países desarrollados y seguros se lleva adelante la combinación de la prevención y la represión del delito”.
En las últimas horas, reafirmó su pensamiento y comentó en su cuenta de Twitter la información de que en Uruguay triplicó la cantidad de presos en 20 años. “La Estrategia de Seguridad Integral y Preventiva propone un acuerdo multipartidario para reformar el sistema penitenciario, fortalecer el programa de medidas alternativas y desarrollar un plan de atención a reclusos con adicciones”, dijo y acotó: “Ojalá nos dejen”.
Hacía referencia a un informe del diario El País de España en el que se indica que Uruguay tiene la tasa de encarcelamiento más alta de América del Sur y se ubica en el puesto 12 a escala mundial. En 2002 Uruguay tenía aproximadamente 5.000 personas privadas de libertad. En 2022, eran casi 14.500. En el país hay 26 establecimientos penitenciarios, con un promedio de ocupación del 123% (123 personas cada 100 plazas), aunque ese porcentaje de hacinamiento crítico se dispara sobre todo en el área metropolitana de Montevideo. Un informe de la oficina del Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario indica que el 75% de los presos son menores de 35 años y que la mayoría son condenados por delitos de hurto, tráfico o venta de estupefacientes y rapiña, con una trayectoria vital marcada por la deserción del sistema educativo y el consumo problemático de drogas.
Las internas políticas
El enfrentamiento, inesperado dentro del gobierno, se da en un momento en que en la interna nacionalista se comienzan a conformar diferentes grupos de apoyo a los precandidatos para las elecciones de 2024 y marcar su perfil. Y también dentro del Partido Colorado.
Juan Andrés Ramírez Saravia es un hombre cercano a Alianza Nacional. En el 2018 se postuló como precandidato presidencial del Partido Nacional, pero retiró la candidatura y manifestó su adhesión al por entonces senador y precandidato Jorge Larrañaga.
Tras las elecciones y al ser designado Ministro del Interior, Larrañaga lo designó coordinador del Programa Integral de Seguridad Ciudadana. Pero al fallecer el líder de Alianza Nacional y asumir Luis Alberto Heber al frente del Ministerio, lo sacó de ese cargo y pasó a ser un asesor en materia jurídica. Ramírez Saravia es abogado. El designado coordinador del Programa Integral de Seguridad Ciudadana fue Diego Sanjurjo.
Sanjurjo es integrante del Partido Colorado, más concretamente de Ciudadanos. Fue el asesor de Ernesto Talvi en materia de seguridad.
Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Madrid, es especialista en políticas públicas, seguridad y armas. En la campaña de las elecciones de 2019, planteaba instalar Centros de Atención Integral en los que los policías que patrullan se reunieran diariamente o semanalmente –según las necesidades– con los maestros, médicos y trabajadores sociales de la zona. También implementar el modelo carcelario que se utiliza en los países del norte de Europa. O sea, cárceles más pequeñas, con personas altamente entrenadas y capacitadas para tratar con presos. Algunas de estas ideas forman parte de su educación, ya que vivió muchos años en Alemania y en España, donde hizo toda su carrera educativa.
Sanjurjo se mantiene dentro de la línea del Partido Colorado y apoya en especial a Adrián Peña, quien ha tomado la conducción del sector fundado por Talvi.
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