Las micro y pequeñas empresas representan el 99% del mercado uruguayo, sin embargo, atraviesan problemáticas que se arrastran desde antes de la pandemia. Desde la Asociación Nacional de Micro y Pequeña Empresa (Anmype) se trabaja en un documento con medidas que mitiguen las dificultades. En esa línea, el presidente de la asociación, Pablo Villar, dialogó con La Mañana y dibujó el panorama actual del sector.
La pasada semana, la directiva y los socios de la Asociación Nacional de Micro y Pequeña Empresa (Anmype) se reunieron con el fin de planificar estrategias de cara a la época electoral que se vive en el país. Esta asociación atiende al 96% de las empresas micro y pequeñas de Uruguay, las que a su vez representan al 99% del mercado empresarial local.
En este sector, la pandemia produjo un descalabro importante y las gremiales de mype tienen, prácticamente, las mismas debilidades que los sectores que representan. Es por esto que Anmype busca revitalizarse a través de mejores comunicaciones y presencia en redes, con mejoras en los vínculos con organismos estatales y redes de agencias que involucran al sector y, por otro lado, ver como una oportunidad este año electoral para empezar reunirse con cada uno de los candidatos.
“Queremos lograr un documento que plantee no solo un diagnóstico, sino una serie de medidas que, al entender de la institución, podrían generar mejoras del contexto en el que nos movemos y, por otro lado, el reclamo de la revitalización de algunos instrumentos de políticas públicas”, apuntó Pablo Villar en diálogo con La Mañana.
El presidente señaló que ven con preocupación algunas acciones de organismos estatales, como, por ejemplo, que el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) haya dejado de realizar una encuesta mipyme que comenzó en 2008, se repitió en 2012 y en 2016. Se trataba de una encuesta que abarcaba a unas 3000 empresas nacionales, generaba información y conocimiento del sector y permitía generar, revisar o discontinuar políticas vinculadas.
“Es muy difícil generar políticas adecuadas si no se evalúan las que se están implementando en las últimas dos décadas”, dijo Villar al respecto. Aseguró que la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas (Dinapyme) del MIEM se creó en 1991 y era un interlocutor para todas las empresas del sector, y en 2016 se agregó la Agencia Nacional de Desarrollo. “Pero si estos instrumentos no articulan entre sí ni se les provee del presupuesto adecuado y, además, no trabajan con referentes gremiales, es difícil que existan programas públicos de promoción, formación y que impacten positivamente en empresas, generación de empleo y riqueza”, analizó.
En ese sentido, Villar expuso que lo anterior es un elemento central al momento de que inversores extranjeros lleguen al país, porque no solo se necesita una política de inversión, sino un tejido productivo que pueda cooperar con el inversor extranjero. “Antes hubo instrumentos y programas del MIEM, pero se discontinuaron o se les quitó presupuesto y el impacto fue notorio en el enlentecimiento del desarrollo de la actividad de las pymes”, puntualizó el entrevistado.
Puerta indiscutida al mercado laboral
Entre 2020 y 2022, Anmype tuvo reuniones con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en los que se resaltó que a nivel de mipymes hay entre el 35 y 40% de la mano de obra ocupada. “Entonces, cuando un país tiene algún problema de empleo, si se mirara con mayor atención y se diseñaran políticas que mejoraran la posibilidad de incorporar trabajadores al segmento de mipymes, realmente se tendría un impacto rápido y significativo en el abatimiento del desempleo”, indicó Villar.
La asociación tiene en agenda volver a reunirse con autoridades del MTSS para evaluar la posibilidad de que el programa Yo Estudio y Trabajo de empleo juvenil –que antes era solo para organismos públicos y ahora se abrió a la empresa privada– también contemple a las pequeñas y medianas empresas. “Las pymes son como unidades económicas que promueven el primer empleo para jóvenes estudiantes o profesionales, por el tipo y tamaño de las firmas somos capaces de formar a los jóvenes”, acotó.
Villar apuntó que es necesario diseñar algunos instrumentos y formas de fidelización de esos jóvenes para mantener el trabajo y que, a veces, “no se trata únicamente de la mejor remuneración, sino que hay otras formas de fidelizar”. Explicó que mejores políticas de empleo en el sector privado harían que este sector tuviera un impacto importante en la baja del desempleo.
La permanencia de las empresas
La corta permanencia de las microempresas en el mercado no es una particularidad de Uruguay, sino mundial. Dentro del segundo y tercer año de su generación, suelen cerrar. “Esta cuestión tiene que ver, en principio, con que muchas de las empresas no debieron haberse generado”, expuso el presidente.
Comentó que, por un lado, se tendrían que mejorar las políticas de promoción de nuevos emprendimientos, y por otro, “lo que muchas veces existe es que no tenemos marcos adecuado para los nuevos emprendimientos”. Villar ejemplificó que si bien algunos instrumentos como los impuestos a BPS y DGI se generan con una cierta gradualidad en el porcentaje de facturación, no parece insuficiente.
“Cuando una empresa empieza a crecer y se pasa de los mínimos de facturación, por lo que llega al régimen general, pasa de pagar 0% de impuesto a la renta [IRAE] a 25%, y eso genera un desequilibrio importante en los números de la firma”, dijo. En ese sentido, Anmype promueve un cambio de política tributaria en la que ese IRAE sea más progresivo y se adecue a las espaldas financieras de la empresa.
Desde hace diez años la asociación promueve un cambio en el IRAE en el que las microempresas en vez de pagar el 25%, paguen el 5%, y que el 50% del beneficio sea, obligatoriamente, reinvertido en la empresa con la adquisición de nuevas tecnologías. Algo similar plantean para las pequeñas empresas, que en vez de pagar un 25%, paguen un 10% y el 50% de ese 15% restante lo inviertan en nuevas tecnologías.
Villar dijo que el objetivo va, fundamentalmente, por dos lados: achicar el escalón y que todas las empresas pasen a un régimen general. “Pensamos que las empresas que producen y trabajan en la actividad económica tienen que pagar impuestos para ser lo más formales posible, pero también estamos convencidos de que tienen que pagar impuestos en la medida de sus posibilidades para seguir desarrollándose”.
Además, Anmype sostiene que, según un análisis que hizo el MIEM con la DGI en 2012, la renuncia fiscal de este cambio no era nada significativa en la economía nacional, pero sí iba a resultar significativa en las miles de pequeñas empresas y les permitiría mantenerse formales, invertir en tecnología, mejorar la productividad y, de esa manera, “seguramente, vayamos abatiendo el porcentaje de mortandad de empresas, sacándolas de esa situación de compromiso de 0 a 25%”, detalló el entrevistado.
Proyecciones con el próximo gobierno
Villar sostuvo que el período de campaña electoral es una puerta de oportunidades de trabajo con todos los candidatos para lograr ser tema de agenda. “Es un momento para presentar todos nuestros avances en el análisis de la realidad del sector y la elaboración de propuestas de solución. En ese sentido, nos hemos reunido siempre con autoridades, pese a que definimos generar la agenda luego de las internas para mejorar el contexto de trabajo”, añadió.
Por otro lado, dijo que un punto central es que las organizaciones gremiales como Anmype son importantes para los gobiernos porque poseen gran un análisis de calidad, con buena información de los sectores, “tenemos identificados todos nuestros problemas y potencialidades, somos interlocutores válidos para el gobierno”, sumó el presidente. “Nos parece que hay un elemento central que es ver la posibilidad de fortalecer a estas organizaciones, porque somos buenos nexos entre las políticas públicas y las empresas”, puntualizó.
TE PUEDE INTERESAR: