En conversación con La Mañana, el psicólogo José Luis García y el psiquiatra Guillermo Castro indicaron la necesidad de llevar adelante acciones destinadas a hacer conocer las consecuencias que tiene el consumo de marihuana en la sociedad, tal como prevé la ley aprobada hace ocho años que regula su consumo.
Una encuesta llevada a cabo por el Centro de Investigación Clínica de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República y la Agencia Nacional de Investigación e Innovación señaló el pasado año que una de cada tres personas aumentó el consumo de droga durante la etapa de aislamiento a causa de la pandemia por covid-19.
A pesar de que uno de objetivos de la Ley 19.172 aprobada en el año 2014 denominada “Marihuana y sus derivados” es promover la educación y prevención sobre los efectos perjudiciales del uso del cannabis, lo cierto es que aún hay un vacío al respecto.
Uno de los públicos que merecería especial atención son los jóvenes menores de 25 años de edad. La información señala que el 13% de los que consumieron marihuana en el último año presentan riesgo alto de consumo problemático, según la VIII Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media realizada por la Junta Nacional de Drogas y el Observatorio Uruguayo de Drogas.
Este estudio también muestra que “otro factor que incide es la precocidad de consumo, siendo aquellos que iniciaron el consumo de marihuana a edades más tempranas los que muestran mayores niveles de uso problemático” y que el riesgo de uso problemático “se manifiesta en el 0,8% de los estudiantes que hace menos de un año que consumen para pasar al 21,9% de aquellos que consumen hace tres y más años”.
Dependencia psicológica y abstinencia
El psicólogo José Luis García, especialista en adicciones, explicó a La Mañana que el ser humano atraviesa por “dos podas neuronales”, una de ellas sucede durante la infancia y otra durante la juventud, y tiene su etapa cúlmine a los 25 años. Consumir en esta etapa provoca que los efectos nocivos del cannabis sean más profundos.
“El consumo genera secuelas a nivel de la concentración y de la memoria porque reacciona en un sector del cerebro como lo es el hipocampo, donde se aloja esta capacidad. Si la persona que consume es menor de esa edad existen probabilidades de que el daño sea mayor y, por lo tanto, los adolescentes son quienes están más en riesgo”, dijo.
Por otro lado, mencionó que la marihuana genera dependencia psicológica en casos de consumo problemático, ya que durante sus efectos activos es un distorsionador de la percepción de la realidad. Asimismo, agregó que, si bien no produce estados de violencia o irritabilidad durante su consumo, sí lo hace a posteriori cuando la persona se enfrenta a un momento de abstinencia.
En tanto, opinó que el hecho de que no se informen los efectos secundarios generó que las personas consuman desconociendo las enfermedades psiquiátricas que podría desencadenar esta droga en el organismo.
Sin propiedades positivas
El médico psiquiatra Guillermo Castro, especialista en consumo de marihuana, expresó que si bien durante la aprobación de la actual normativa que regula el acceso a esta droga “el gobierno de la época presentaba al cannabis como una droga milagrosa que curaba enfermedades, se trataba de propiedades que directamente son mentira”.
En este sentido dijo que actualmente no se encontró ninguna propiedad positiva al tetrahidrocannabinol (THC) –principal sustancia activa del cannabis– ni al aceite de cannabis –CBD–, el cual es un “potente tóxico hepático sin razón para tomarlo”.
Además, dijo que tampoco se ha probado que la marihuana actúe como un analgésico potente y que es 17 veces más cancerígena que el tabaco. El psiquiatra sostuvo que en los últimos congresos de especialistas se demostró que también produce esquizofrenia simple, desmotivación crónica y una negativa visión del futuro. Combinada con el alcohol, asimismo, aumenta un 80% las posibilidades de desarrollar depresión.
Otros de los efectos severos que produce el consumo de marihuana, dijo, es el desarrollo de genes que producen enfermedades similares a las que causa el tabaco en el organismo y que, con el tiempo, el sueño empeora e incluso disminuye la fecundidad.
Por otra parte, Castro explicó que el cannabis comercializado en farmacias tiene un grado 5 de THC, cuando normalmente es de 15 grados, por lo que los consumidores prefieren consumir otro tipo de marihuana. “El contrabando de cannabis aumentó en nuestro país, especialmente con Paraguay y países linderos”, dijo.
A esta situación se le agrega que en las últimas semanas el gobierno resolvió aumentar el porcentaje del THC de la marihuana que se comercializa en las farmacias. Sobre esto, Castro mencionó: “Si aumentan el THC es solo para beneficiarse económicamente, producir más daño y que los pacientes que están predispuestos al consumo tengan mayores posibilidades de desarrollar alucinaciones y delirios”, dijo.
A la vez, agregó que el cannabis es la puerta de entrada al consumo de otras sustancias, por lo que señaló la necesidad de poner el foco en la educación. “Hay que educar a la gente y a los jóvenes contra esta droga y otras sustancias, demostrando el peligro que conlleva”.
Por último, explicó que el principal factor que promueve comenzar a consumir es la presión social que se ejerce sobre el individuo. Y, en este sentido, expresó: “El porcentaje de fumadores de marihuana es enorme, por lo que educar sobre los peligros es fundamental. Luego cada uno es libre de hacer lo que se quiera, pero no se debe decir que es una droga inocua”, cerró.
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