A casi dos años de haber asumido como titular de la ARU, gestión que culminará el mes próximo, Valdés Requena conversó con La Mañana acerca de la sequía que atraviesa el país y los daños que ha causado, así como los principales desafíos que ha tenido que enfrentar en este cargo. Uno de los más importantes ha sido la pérdida de competitividad que, si bien es un reclamo histórico del sector, en el último tiempo se ha acentuado a causa del atraso cambiario, entre otros factores.
¿Cuáles han sido los grandes desafíos desde que asumió como presidente de la ARU?
En todo este tiempo generamos aportes y sugerencias pensando siempre en todos los productores rurales y la gente del campo para poder transmitirle al gobierno y tratar de impulsar el bienestar de la población rural. Nos hemos ido encontrando varios desafíos en el camino en estos dos años. Por ejemplo, la implementación del Plan de Erradicación de la Bichera, que fue una etapa de mucha negociación tanto con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) como con las demás gremiales, y se logró que el proyecto esté encaminado, pero sin agregarles costos adicionales a los productores bovinos ni ovinos. En otro orden, pasamos también la brucelosis, de la mano de nuestros delegados en las Codesas (Comisiones Departamentales de Salud Animal) y en la Conasa (Comisión Nacional de Salud Animal); ha sido un desafío buscar una solución para evitar los perjuicios y minimizar los riesgos. Otro tema fue el atraso cambiario, por lo cual tuvimos muchas reuniones con el gobierno, con el Banco Central del Uruguay (BCU), llevando argumentos; es un tema que complica la competitividad de todo el sector y estamos muy preocupados. Adicionalmente a todo esto, estamos atravesando esta sequía que nos está golpeando muy fuerte, a niveles históricos que hace muchos años que no se veían, y obviamente los daños son importantes.
¿Cómo se ha sentido a lo largo de estos dos años en este cargo?
En lo personal, lo más importante es el equipo que hemos formado, tanto en la junta directiva, que siempre ha estado presente y al firme en la toma de decisiones, como en los equipos técnicos que tenemos y todas las gremiales que integran la ARU. En ese sentido siempre me he sentido muy apoyado y cómodo. Estoy muy conforme. Siento un orgullo muy grande de haber podido cumplir esta función.
¿Cómo ha sido desde ese rol el relacionamiento con el gobierno?
Desde un principio hemos tenido un diálogo abierto y la oportunidad de generar reuniones y presentar nuestras inquietudes a todo nivel. Ha sido así con los distintos gobiernos, y con esta administración el diálogo siempre fue muy fluido.
¿Qué lectura hace la ARU sobre las medidas que ha tomado el gobierno para paliar los efectos de la sequía?
Las medidas han sido buenas. Cualquier medida en este estado de emergencia es bienvenida. Se han establecido medidas para todo tipo de productores, de distintos rubros y diversos tamaños, haciendo énfasis en los más chicos. Se ha buscado en términos generales aliviar las finanzas para que los productores puedan invertir y dedicarse a sostener la producción que tienen y poder pasar este momento, por ejemplo, con el corrimiento de vencimientos de BPS, BSE, anticipos de IRAE y Patrimonio, la implementación del SIGA de créditos. Siempre hay más medidas para tomar, muchas se han hecho y entendemos que puede haber alguna más, lo hemos conversado y lo seguiremos haciendo.
¿Por ejemplo?
No puedo adelantar mucho. Tenemos sugerencias y planteos de más medidas a tomar, pero en definitiva la conclusión es que ninguna va a resultar suficiente porque lo único suficiente es que llueva.
¿Cómo ven que están repercutiendo las acciones tomadas por el gobierno?
Bien. Siempre hay un tema del camino entre la resolución de las medidas y su implementación, obviamente, tienen que pasar por una fase de comunicación y burocracia y llegar a todas las oficinas del país de las entidades correspondientes, lo que lleva un tiempo. De todas formas, sabemos que el gobierno está haciendo el esfuerzo para que se implementen todas las medidas lo más rápido posible.
El vicepresidente del Banco República (BROU), Alejandro Lafluf, destacó en diálogo con La Mañana las medidas tomadas por el banco tanto a corto como a mediano y largo plazo para poder sobrellevar esta situación. ¿Qué análisis hace al respecto?
Algunas medidas del BROU, como tú decís, están apuntando a mediano y largo plazo, y entiendo que debe ser así porque en cuanto empiece el invierno hay que comenzar a sembrar de nuevo pasturas, y sembrar lo habitual más lo que se perdió a nivel forrajero, y ni hablar en el sector agrícola, que tuvo una zafra de verano que fue un fracaso en cualquiera de los cultivos. Ya hay que pensar en lo que va a ser la zafra de invierno, entonces, somos conscientes de que los agricultores ya están pensando qué y cómo van a sembrar trigo, cebada, colza, y eso necesita un sistema de financiamiento que pueda apalancar las pérdidas que sufrieron en el verano y seguir trabajando en el invierno.
¿Hay algún tipo de relevamiento sobre la cuantificación de los daños que esto va a causar?
No hemos salido de la sequía, los cultivos todavía no están en etapa de cosecha, y entendemos que, por ejemplo, la soja en su rendimiento va a caer prácticamente a la cuarta parte de lo que fue el año pasado. Estimamos que estaríamos sacando en el promedio país entre 700 y 800 kilos por hectárea, tomando en consideración el millón 50 mil hectáreas sembradas —hay muchas de ellas que no se van a poder cosechar—.
En la inauguración de la cosecha del arroz, el presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, instó al gobierno a trabajar en el tema de las represas y afirmó que el país tiene “un régimen de lluvias y una topografía apta para la construcción de represas, un tema que la Comisión Técnica Mixta de la Laguna Merín estudió hace 50 años aconsejando nueve represas en Uruguay, de las que solo se hizo una”. ¿Qué cree que se debería hacer a nivel del Estado con respecto a ese tema?
Es una apuesta a largo plazo. Estos momentos de seca nos ayudan, nos enseñan a mirar el futuro y prever lo que vamos a hacer… sistemas de riego. Depende del cambio climático y si vamos a seguir con veranos secos y con las olas de calor como venimos teniendo hace tres años. Hay que asumir que el clima en Uruguay cambió, no solo es muy importante el riego, sino también la conducción de agua para ganado, y cada zona según su geografía y su geología merece un análisis de cómo llevar adelante esto y poder acopiar el agua suficiente para las necesidades del sector.
La visión de ACA está puesta en el lugar arrocero, que es una geografía plana, que puede manejar represas, canalizar, no es así en todo el país. Hay lugares donde hay muchas pendientes, donde son campos mucho más quebrados, y conducir el agua por canal de esa forma es muy difícil. Entonces, cada zona merece un estudio de una solución diferente. Coincido en que este gobierno y los siguientes tienen una tarea muy importante de planificar qué tipo de sistemas se pueden implementar.
Con respecto al mercado cárnico, ¿cuáles son las perspectivas y en qué medida se estima que la seca y la falta de comida pueden afectar? ¿Hay alguna proyección sobre en cuánto se podría reducir el stock en Uruguay?
Estamos frente a un escenario bisagra. Nosotros terminamos un ejercicio 2021-2022 muy bueno, con excelentes resultados; un segundo semestre del 2022 que cayó notoriamente y se sumó la seca, y esto va a hacer que en el primer cierre de ejercicio agropecuario a junio del 2022 probablemente el stock crezca, pero por efectos de un año hacia atrás, que tuvo buenas pariciones en la primavera y la faena ha caído, entonces, en definitiva, para este cierre podría haber un aumento del stock. La caída de nacimientos de terneros va a ser muy importante en la primavera del 2023 y eso va a impactar en el volumen de faena que podamos tener.
Entonces, el impacto en la ganadería se traslada a mediano y largo plazo, sin olvidarnos de lo que está sucediendo ahora con el ganado: hay mortandad, hay terneros nacidos en la primavera y recrías que no se están desarrollando como deberían, y eso va a limitar o atrasar su capacidad de producción. Por tanto, entendemos que los terneros nacidos en la primavera del 2022 van a llegar muy sentidos a la próxima primavera porque a pesar de la sequía ahora y de las olas de calor, nos enfrentaremos a un invierno. El frío va a llegar y va a castigar como habitualmente lo hace a los ganados durante ese período.
Cabildo ha planteado que el Estado a veces colabora con los dos extremos de la economía nacional, por un lado, con los más frágiles, como es en este caso que hablábamos de los pequeños productores, y por otro lado con grandes empresas con renuncias fiscales, como multinacionales, y que hay toda una franja del medio que genera trabajo y riqueza y que muchas veces queda desprotegida. ¿Coincide con esta visión?
Dentro de lo que me corresponde como gremial del sector agropecuario te puedo decir que en este caso de emergencia, donde el gobierno se mueve y toma medidas para ayudar a los productores, se ha concentrado exclusivamente en proteger a los productores familiares y con menos de 500 hectáreas. Para los de mayor tamaño, específicamente, los que contribuyen con el IRAE, la ayuda ha sido el corrimiento de los vencimientos de los anticipos del IRAE, pero en definitiva la liquidación de impuestos se va a hacer en octubre como siempre y se va a pagar igual, no es que se haya liberado del pago del impuesto; no ha habido derogaciones ni excepciones de pago de impuestos, ha habido cambios de fechas de vencimiento. En lo que tiene que ver con el rubro agropecuario, las medidas fueron bien dirigidas a los productores más vulnerables.
Mencionaba el atraso cambiario y que se han reunido con el BCU particularmente. ¿Cuál ha sido el planteo por parte de la ARU? ¿Cómo afecta el tipo de cambio a la competitividad del sector?
El Departamento de Estudios Agroeconómicos de la ARU permanentemente monitorea todo tipo de datos económicos, entre ellos, el tipo de cambio. Nosotros empezamos a tener reuniones con el BCU en junio de 2022, donde ya veíamos un desvío de la cotización. En ese momento nos dijeron que el dólar estaba en sus fundamentos. Posteriormente, cuando vimos que la situación se seguía agravando, volvimos a tener una reunión con ellos, en diciembre, tanto con el presidente del BCU, Diego Labat, como con la ministra de Economía, Azucena Arbeleche. Les planteamos la preocupación y ellos la entienden, saben lo que significa para el sector exportador.
¿Cuál fue el planteo de su parte?
Ellos nos plantean que en plaza hay un exceso de dólares que es lo que provoca la cotización del dólar y que no tendrían la voluntad de intervenir en el mercado a través del BCU comprando dólares. Lo que están haciendo es tomando medidas y la propia Tesorería está operando en el mercado, lo mismo hicieron con los entes, o sea, con UTE, Ancap, y lo cierto es que al día de hoy no se ha logrado recuperar el tipo de cambio. Nosotros estimamos que el dólar debería estar un 25% por encima de la cotización actual. ¿Qué es lo que provoca esta situación? Hay una pérdida de competitividad del país, y a nivel de productores la caída del poder adquisitivo ha sido muy grande. Es decir, tú tenés que hacer el cálculo de ese desvío de 25% de atraso más la inflación, y te das cuenta de que, con ese número, el poder adquisitivo de quienes tenemos que vender dólares se ha achicado muchísimo.
¿Preocupa la afectación a la competitividad?
Preocupa mucho. Entendemos que lo que está generando es un enfriamiento del sector exportador, en el sentido de que hay menos posibilidades de inversión por pérdida de poder adquisitivo, por lo tanto, se genera una caída del empleo y también provoca directamente la caída de la multiplicación que se realiza especialmente en el medio rural, en los pueblos y ciudades del interior.
Otro de los planteos de Lago en la ocasión que le mencionaba fue que el gobierno debería apuntar a bajar los costos logísticos. ¿Cómo incide esto en la competitividad?
El precio del gasoil es una preocupación grande de ACA y la compartimos. Si bien el método de cálculo de precios de combustibles es razonable y lo hemos acompañado desde el principio, hay un elemento que distorsiona mucho que es el subsidio al transporte, que encarece casi $ 5 por litro de gasoil.
¿No está de acuerdo con ese subsidio?
No. No estamos de acuerdo, es un reclamo que venimos planteando desde hace mucho tiempo y entendemos que el transporte está siendo subsidiado por el sector agropecuario. Además, nos encontramos con situaciones como lo que pasó en enero, que, si bien el gasoil bajó, el boleto subió, entonces, ahí es donde queda demostrado que hay algo que funciona mal, porque no es coherente que cuando baja el gasoil aumente el precio del boleto, cuando el transporte de pasajeros se basa también en el gasoil y todavía está subsidiado.
El CEO de Agroempresa Forestal, Francisco Bonino, dijo a La Mañana que el costo logístico “es crítico” y consideró que el Ferrocarril Central sería clave “para todas las actividades”, más allá de UPM, además de mejorar las condiciones del transporte carretero. ¿Qué perspectivas tiene al respecto?
El tema forestal es muy específico, no tengo clara la disponibilidad que va a tener el tren para otros sectores del agro. Por otro lado, se está trabajando mucho en obras viales y eso va a llevar a una mejora en la logística, pero el costo logístico desde nuestro punto de vista está dado por el costo país. Uruguay es un país caro y por ende mover mercadería de un punto a otro del país es sumamente costoso. Este tema también forma parte de la competitividad.
La vida en el campo: una vocación de familia
Valdés nació en una familia vinculada al agro y, a pesar de haberse recibido de abogado, siempre estuvo relacionado con el campo. En sus primeros años de trabajo se dedicó a la actividad agropecuaria, específicamente, al tema genético, y luego fue incursionando en todo lo que tiene que ver con la administración de un establecimiento.
Paralelamente, desde el 96 hasta el 2007 ejerció como abogado, dado que siempre disfrutó mucho de ambas actividades. Sin embargo, un tema de salud lo obligó a optar por una de ellas y eligió seguir en el campo, aunque admitió que extraña la abogacía.
Según dijo a La Mañana, ser productor agropecuario “es una vocación y hay que saber valorar los imprevistos de trabajar a cielo abierto. Es una actividad de un esfuerzo personal las 24 horas, los 365 días del año, porque los ciclos biológicos así te lo exigen”.
Además, está casado y tiene cuatro hijas. Actualmente realiza actividades físicas y tiene un “hobby laboral” que es la genética bovina.
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