Theo Boer, integrante del Comité de Revisión de Eutanasia de Holanda alertó sobre las consecuencias de legalizar la eutanasia en base a la experiencia de su país, donde los casos aumentaron exponencialmente y las barreras para el acceso bajaron, permitiendo la muerte a niños, personas con depresión y con larga expectativa de vida. “Hoy ustedes tienen la narrativa del acceso a la eutanasia como una señal de compasión, pero en 25 años van a tener otras narrativas. Les pido que busquen fervientemente una alternativa digna y sostenible”, afirmó.
Mientras que en la Cámara Baja se encuentran bajo estudio dos proyectos de ley que buscan legalizar la eutanasia, el especialista en Bioética y teólogo holandés, Theo Boer, reconocido en el mundo entero por su alta formación e investigación en las decisiones sobre el final de la vida, llegó a nuestro país –invitado por Prudencia Uruguay– para advertir sobre los efectos de su aprobación.
Ayer martes brindó una conferencia abierta a todo público en el Parlamento y hoy miércoles mantendrá una reunión con la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Planea reunirse con el presidente Luis Lacalle Pou, el ministro de Salud, Daniel Salinas, y el expresidente José Mujica. También será recibido por el Colegio de Médicos del Uruguay.
Boer es miembro de la junta de la Escuela de Filosofía de Investigación holandesa. Su historia es particular. Si bien tenía una posición escéptica al principio, luego de la entrada en vigencia de la ley de eutanasia en su país, en el año 2001, comenzó a apoyar esta alternativa debido a ver “lo bien que funcionaba la ley”. Sin embargo, ante la triplicación de los casos desde el año 2007 y la rápida expansión de esta técnica de muerte, Boer cambió de opinión y hoy realiza intervenciones en muchos de los parlamentos que han discutido sobre la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido. Tal fue el caso de Inglaterra en el año 2014, Canadá en 2016, Nueva Zelanda en 2019 y Escocia en 2021.
Durante una década integró un comité de revisión de la eutanasia, que tenía el objetivo de decidir si un caso de muerte asistida se ajustaba a la ley. En este tiempo, revisó personalmente cuatro mil casos de eutanasia.
Lo confuso de los criterios
Durante su discurso en la conferencia en el Palacio Legislativo, Boer se refirió a las implicancias de tener bajo una misma ley la legalización del suicidio asistido y la eutanasia, tal como se intenta legalizar en Uruguay. En este sentido, comunicó que, en el año 2002, mientras el 90% de los casos eran de eutanasia y el 10% de suicidio asistido, en el año 2001 rotaron a un 97% de eutanasia y a un 3% de suicidio asistido. La explicación de esto, según su visión, es que la eutanasia es más rápida y segura y porque “matarse a uno mismo puede ser más duro y difícil”.
También hizo referencia al valor que se le da a las decisiones y opiniones del médico. “Hay una sensación mayor de seguridad cuando es el médico el que mata”, aseveró. Con el suicidio asistido, el paciente debe beber una bebida que le proporciona el médico quien, por su parte, debe quedarse junto a él hasta que fallezca, proceso que en ocasiones puede durar cinco horas.
Boer también indicó que dentro de la construcción de los criterios que establecen los requisitos para acceder a la eutanasia existen zonas confusas, como la definición de lo que es sufrimiento intolerable o el hecho de la voluntad anticipatoria. En tal sentido, relató la anécdota de una paciente que había expresado su deseo de recibir eutanasia con anterioridad y que, llegado el momento, se arrepintió. “Finalmente los médicos se la proporcionaron a la fuerza. La Suprema Corte falló a favor, diciendo que valía más lo que había dicho la persona de antes con la de ahora”, relató. Se trata de algunos de los peligros que pueden sucumbir una vez que comienza la aplicación de la normativa.
Igualmente, se encuentra el requisito de la esperanza de vida. Para Boer, solo se debería acceder a la eutanasia cuando esta no es mayor a dos semanas. Otro de los criterios que mencionó es que no debe existir en caso de que haya una perspectiva de mejoría médica. “He visto pacientes psiquiátricos que querían su muerte y otros con un diagnóstico médico tratable que decidían no tratarse hasta que estuviesen en un estadio terminal y ahí acceder a la eutanasia”, sostuvo. También señaló que se debe consultar e informar a los familiares, ya que muchos de los pacientes que acceden a este tratamiento lo hacen a escondidas de sus familias.
Nuevas narrativas impulsan la curva de crecimiento
En tanto, Boer señaló que detrás de una solicitud de eutanasia puede haber tres narrativas: que la eutanasia sea el último recurso para evitar una muerte terrible. Que se acceda a ella por parte de personas con enfermedades crónicas, psiquiátricas o con depresión, y que sea una “muerte a la moda” a la que accedan personas que se encuentran bajo estrés y a quienes les gusta la idea de que los maten.
El especialista indicó que existe una pendiente resbaladiza. “Muchas de las personas en Holanda no se molestan por el número creciente, las patologías que se expanden y hay que mencionar: la oferta crea demanda”. En tal sentido, Boer sentenció: “Si ustedes legalizan la eutanasia, yo pienso que podría suceder algo similar aquí a lo que sucedió en Bélgica y Canadá” y focalizó en “la forma en la que cambian nuestra visión de la vulnerabilidad de la enfermedad, del sufrimiento, de la esperanza, del envejecer”.
De esta forma, mencionó que en Holanda la pendiente derivó en seis desarrollos: el acceso a ella ya no solamente para los enfermos terminales sino también para los crónicos. Luego, para las personas con enfermedades psiquiátricas. Más tarde fue para los pacientes que no han producido una voluntad anticipada, luego para quienes están en la miseria y han vivido hechos duros, como la pérdida de su familia o de dinero. Ahora, la discusión se ha ampliado en este sentido. “En Holanda, tenemos un debate serio sobre la posibilidad de que alguien que no ha hecho una voluntad anticipada también reciba eutanasia”, explicó.
“El nuevo desarrollo es eutanasia para niños y lo nuevo es eutanasia para dos. Se toma en conjunto el sufrimiento de la persona que va a morir y el sufrimiento de la otra persona que quedaría sola. También está la propuesta de que cualquiera puede recibir eutanasia si tiene más de 74 años”, informó.
Boer indicó que la narrativa dominante en Uruguay, en este momento, es el acceso a la eutanasia como último recurso. “En 25 años ustedes van a tener las otras dos narrativas también”, advirtió. “Sé que la eutanasia es un asunto complejo que envía múltiples señales, como la señal de la compasión, y por respeto a las libertades. Pero, por otro lado, también existe la sanción social de matar a ciertos grupos de personas. Se dice que está bien matar a estos y estos pacientes. La eutanasia tiene dos lados y les pido que busquen fervientemente una alternativa digna y sostenible”.
Holanda: La eutanasia en cifras
En Holanda, el 4,5% de todas las muertes son resultado de eutanasia. Desde el año 2001 al 2021, de los 80 mil casos de eutanasia solicitados solo se rechazaron 130. El año pasado, las muertes por eutanasia llegaron a ocho mil casos, mientras que en el año 2002 habían sido dos mil. En Canadá y Bélgica se ven las mismas cifras o incluso más altas, como sucede en Vancouver, donde son casi 7% de todas las muertes. “Unas encuestas anónimas a los médicos que sospechan que existe un área de casos no informados de un 20% de los informados”.
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