El 8 de agosto se inaugura la Fazenda de la Esperanza Monte Carmelo en Punta de Rieles, una iniciativa de la Iglesia Católica que un grupo de laicos ayudó a materializar, para atender a jóvenes con problemas de adicción.
La Fazenda es una red de comunidades para la rehabilitación -principalmente de la drogadicción- nacida en Brasil y hoy presente en diecinueve países del mundo. En Uruguay existen dos establecimientos, en Cerro Chato y Melo, el primero instalado en agosto de 2009.
Un sueño posible
En 2017, surgió la iniciativa del Cardenal Daniel Sturla junto a su grupo asesor de abrir un centro de internación para personas con problemas de adicción. Paralelamente, un grupo de la Parroquia Maria Reina de la Paz partió a la peregrinación a la Virgen de Medjugorje en Bosnia. Allí conocieron a la Comunidad del Cenáculo, iniciativa fundada por la Madre Elvira tras sentir el llamado a trabajar por los jóvenes en problemas con las drogas.
Al grupo le llamó la atención las charlas y testimonios de lo que sucedía allí. Así lo cuenta Carolina Cibils, una de sus integrantes, “al volver quedamos como un grupo precioso, rezamos juntos, empezamos a querer hacer algo, y nos había encantado el cenáculo. Hablamos con el padre Marcelo Marciano, y dijo que cuando queremos empezar a hacer algo así primero teníamos que rezar, ‘si es de Dios va a salir’ nos aseguró”.
En el grupo, integrado por alrededor de 10 personas (todos voluntarios), hay diferentes oficios y profesiones. Cuando todavía lo estaban formando, nombraron a Pablo Jourdan, cuñado de Carolina, como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Montevideo.
El grupo le presentó su propuesta, y poco tiempo después Jourdan les comunicó que había un convento de las Hermanas Carmelitas que pasó a manos de la Iglesia, donde se proponía la materialización del proyecto. En la siguiente reunión se presentó la propuesta de instalar la Fazenda de la Esperanza, y el grupo comenzó a trabajar para arreglar el convento para su nuevo uso, “nosotros fuimos el sustento material y de trabajo, que nos fusionamos con una institución que funciona hace muchos años”, comentó Carolina.
“Hicimos el trabajo de conseguir, hacer, y arreglar. La idea es continuar ahora como grupo de apoyo y ayuda. Hemos sentido una satisfacción enorme, formar parte de esto es hermoso, salimos re felices de cada jornada de trabajo. Fueron dos años muy buenos”, concluyó la integrante del grupo de laicos que trabajó en la refacción de las instalaciones de la Fazenda de la Esperanza Monte Carmelo.
Trabajo, comunidad, y vida de fe
La Iglesia de Montevideo se apoyó para la materialización de esta iniciativa en la Fazenda de la Esperanza, presente en varios países y con su funcionamiento comprobado. Afonso Boueres, psicólogo brasileño, trabaja hace seis años en la institución, primero en Brasil y desde hace tres años está a cargo de la casa de Cerro Chato.
Hoy se prepara para asumir la nueva Fazenda en Punta de Rieles, Montevideo. En diálogo con La Mañana, Boueres dijo que “lo de Montevideo es una extensión de trabajo, muchos chicos de Uruguay piden ayuda y en Cerro Chato estamos siempre al límite de capacidad, entonces tenemos que enviar chicos a Brasil o Argentina. Como vimos esa necesidad, y a pedido del Cardenal Sturla, estamos abriendo una acá”.
La misión de la Fazenda, según su responsable, “es recibir a todas las personas que sufren por la problemática de la droga o de cualquier otra dependencia. Entonces, tratamos de ayudar a toda persona que sufre, que no tenga ninguna enfermedad psiquiátrica grave. El objetivo es ayudar a cada persona a encontrar un sentido a la vida”.
Boueres explicó el método que utilizan, “tenemos una metodología de trabajo que llamamos trípode, un acompañamiento en la convivencia, porque todo drogadicto es un enfermo social, entonces vamos trabajando los problemas de carácter, acompañando, corrigiendo, y alentando. Después el trabajo, como responsabilidad, compromiso, para que ellos descubran su potencial y capacidades. Finalmente la espiritualidad, que para nosotros es un encuentro de valores para la vida. Somos católicos, entonces la Fazenda tiene momentos de religiosidad, y los chicos están invitados a participar como oportunidad para darles formación humana”.
Desde la Fazenda se intenta trabajar en la reinserción a la comunidad, tienen grupos de apoyo en Treinta y Tres, San Carlos y en Montevideo, llamados Esperanza Viva, donde participan las familias, y también los jóvenes que ya salieron, como una oportunidad de mantener ese estilo de vida que aprendieron en la Fazenda.
“Al principio seremos un grupo de 8 personas en la Fazenda de Montevideo, entre ellos 5 chicos que están en Cerro Chato en proceso de recuperación” contó Boueres, y agregó: “tenemos la oportunidad de ayudar a muchas personas que lo necesitan. Queremos que por medio del método de la Fazenda las personas de una manera muy simple puedan rescatar la propia vida”.
La labor de la Pastoral Social
Pablo Jourdan, Obispo auxiliar de Montevideo, explicó a La Mañana la dimensión social de la Iglesia Católica y la importancia de la instalación de una Fazenda de la Esperanza en Montevideo. “La pastoral social es una dimensión de la vida de la Iglesia, la vida de fe del creyente está movida por la experiencia de un Dios que se preocupa por la vida de todos su hijos, y sobre todo de los más necesitados”, comenzó diciendo.
“En la Arquidiócesis podemos hablar de dos pulmones, uno representado por las comunidades parroquiales, donde se acercan muchas personas necesitadas. Por otro lado tenemos grupos de personas que se han juntado como comunidades voluntarias o instituciones para dar respuesta a los problemas que surgen en la sociedad. Hay un área de situación de calle, migración, adicciones, ecología, apoyo a la mujer en situación de vulnerabilidad, la pastoral penitenciaria, y obras institucionalizadas especialmente dedicadas a la niñez, adolescencia, y hermanos con capacidades distintas”.
“La espiritualidad en la vida cristiana cultiva el encuentro con Dios que es el que mueve a llevar cualquiera de las obras de la Iglesia” Mons. Jourdan
Jourdan explicó que dentro del área de adicciones hay dos dimensiones, centros abiertos y de internación. “En los centros abiertos la Iglesia tiene la experiencia del Proyecto Renacer, El Achique, y lo que es alcohólicos y narcóticos anónimos. La tendencia es la atención diurna para los problemas de adicción, pero hay un grupo de personas que requieren internación, y por lo tanto hace mucho estaba la inquietud de fundar un centro de atención e internación. Ahí surgió la Fazenda de la Esperanza, un movimiento de la iglesia que se dedica a la atención de adictos con internación, que tiene como pilares el trabajo, la comunidad y la vida de fe, y es la que vamos a abrir aquí en agosto”.
Hace dos años surgió la posibilidad de adquirir un predio de las Carmelitas Descalzas (en parte gracias a la gran disposición de las hermanas), el convento de Punta de Rieles, y el Cardenal se apoyó en la Pastoral Social y el contacto con las autoridades de la Fazenda para comenzar la experiencia.
“Se armó un equipo multidisciplinario de personas que trabajaron, con humildad y trabajo intenso, coordinando jornadas de trabajo y buscando donaciones, una experiencia muy profunda, han venido donaciones de distintos lugares, se capta que las personas están sensibilizadas por esta problemática y tienen el deseo de ayudar. Con estas donaciones se pudo refaccionar toda la parte externa y la planta baja, en primera instancia va a ser para 30 chicos y coordinadores, y queda la planta superior para aumentar esta experiencia en una segunda etapa”.
“La espiritualidad en la vida cristiana cultiva el encuentro con Dios que es el que mueve a llevar cualquiera de las obras de la Iglesia, por eso todas estas obras de pastoral social siempre van acompañadas de oración y formación cristiana. La Fazenda es un movimiento que surgió en la Iglesia a través del Espíritu, para la respuesta a una necesidad, en este caso de la adicción, con un carisma propio para llevarlo adelante, fundado en la comunidad, el trabajo, y la fe” aseguró el Obispo.
Por colaboraciones para la Fazenda de la Esperanza Monte Carmelo comunicarse al 098195820.
TE PUEDE INTERESAR