Desde su aparición en la plaza, los fideicomisos financieros, habitualmente “asociados” a reconocidos estudios jurídicos, se han transformado en una nueva forma de gestión de cobros, llegando incluso al acoso del deudor.
Dedicados a la compra de carteras de personas morosas de bancos, financieras y compañías de telefonía celular, acceden a los datos personales de los deudores y a partir de ello comienzan las gestiones de cobro. El casi habitual cambio de número en los celulares prepagos y la redistribución de los mismos hace que en muchos casos las personas reciban llamadas incómodas que a pesar de las aclaraciones pertinentes, se repiten.
Cobro bajo amenaza
Las denuncias recabadas por La Mañana son varias y las modalidades detectadas son coincidentes. Las intimaciones de acciones judiciales se hacen llegar habitualmente por SMS con avisos donde se menciona el nombre de la persona y en uno de los casos denunciados se anunciaba “posible embargo genérico a su nombre”mencionando un número de teléfono fijo y un celular para mensajes de whatsapp, con la firma de M.A.G.A. Este mensaje que se repite a diario sin respetar horarios, ni sábados ni domingos.
El Fideicomiso Mercurius Asset Acquisitions, considerado como “cliente estratégico” del Estudio CGM & A, es de todos el más conocido y, según lo que se nos informa, adquirió la cartera de morosos de importantes empresas. De acuerdo a información que nos brindaran, se obliga a la persona a realizar depósitos en Redes de Pago a una cuenta cuyo número es aportado. El inconveniente surge cuando se pide el Estado de Cuenta, lo que habitualmente se niega por lo que, vía telefónica, la persona recibe la indicación de lo que debe y cómo lo tiene que pagar.
“La gente debería denunciar en Fiscalía”
En entrevista con La Mañana, la Dra. María Paula Amaral, abogada especializada en la materia, nos expresaba: “La gente no debería aceptar este tipo de acoso, tendrían que presentar denuncias en fiscalía. Lo primero que hay que hacer es chequear la veracidad de la información y el contenido de la misma. Después está el temor que se le genera a la persona ante la amenaza de que la van a desalojar en 48 horas, lo que no existe”.
“Lo primero es un juicio ejecutivo”, explicó. “Hay que intimar a la persona para el pago y caso no ocurra comenzar el procedimiento judicial para la ejecución y hay plazos que tiene la persona para realizar su defensa. El embargo en 48 horas no existe”.
Agregó: “El otro consejo que doy a mis clientes es que no dialoguen ni brinden información con la persona que los está llamando ya que, entrando en la intimidad de la persona, consiguen saber si la persona tiene o no tiene bienes que les permitan seguir adelante con la cobranza”.
“Las gestiones judiciales tienen un tiempo y una forma de trámite que de ninguna manera se realizan por mensaje de texto o por llamadas telefónicas”, señaló Amaral. “En mi caso recibí una denuncia de una señora muy mayor, a la que le querían cobrar $ 900.000 por una deuda de $ 60.000 luego de seis meses de gestión, lo que claramente configura una usura ‘temeraria’, ilegal e inconcebible. Si bien en nuestro país existe una ley contra la usura, se aplica muy poco. Cuando vieron la desesperación de la mujer le avisaron que la bajaban a $ 200.000, pero a pagar en un plazo de 24 horas. El tema es que si uno reconoce la deuda y tiene condiciones de pagar debe exigir la documentación correspondiente”, concluyó.
“No aceptaban el pago en la oficina”
En otro caso denunciado, una de las personas a osadas recurrió a un gestor para que tramitará el pago de forma directa en la sede del estudio jurídico en la ciudad de Montevideo. El procurador Alejandro Da Rosa relató a La Mañana lo que fue su experiencia.
“Recibí la gestión y me presenté en una oficina ubicada en un edificio de 18 de Julio y Ejido. Cuando les pongo en conocimiento el motivo de mi presencia, dando el nombre de la deudora y afirmando tener el dinero reclamado se me comunicó que no aceptaban el pago y que debía depositar en una cuenta existente en Abitab”, contó. “Le consulto si luego de efectuar el pago podía volver a retirar una constancia del depósito y la cancelación del pago de la deuda, la respuesta fue tajante: ‘acá no le vamos a dar nada, cuando tengamos el registro nos volvemos a comunicar’. En ese momento les informé que a partir de ese momento me retiraba sin realizar el pago y que ante la reiteración de llamadas se realizaría la denuncia correspondiente. A partir de allí no se volvieron a comunicar con nuestra cliente”.
Entre las denuncias recibidas por La Mañana está la de una señora a la cual le pretendieron cobrar una deuda generada en el año 2000 con una conocida financiera de plaza. La deuda original era de $600 y se transformó en $265.000.
Por último, se han recibido denuncias en contra de Creditia Fideicomiso Financiero, empresa argentina ahora instalada en nuestro país que aplica el mismo sistema.
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