Desde hace unos años a la fecha nos hemos acostumbrado a la presencia, en las calles y avenidas de nuestro país, de motociclistas con grandes cajas en sus espaldas y con un solo cometido: llevar a la gente a la puerta de su casa lo que esta pide. El servicio de delivery se ha instalado en el día a día de los uruguayos, ya sea por necesidad, simple comodidad o por el cumplimiento del “quedate en casa”, dando origen a un fenómeno que no siempre genera una respuesta positiva.
En los últimos tiempos y con motivo de la pandemia, el tránsito ha sumado a su flujo diario un número importante de motos, muchas de las cuales no están en condiciones reglamentarias para circular y a menudo transportando tanto hombres como mujeres que demuestran una falta de respeto por las normas, lo que en oportunidades los tiene como víctimas y en otras como victimarios. Todo esto es por un valor mínimo y con la urgencia de entregar en tiempo y forma la mercadería requerida, normalmente comida a riesgo del reclamo del cliente.
Hoy alcanza con tener una moto –no siempre en condiciones–, la correspondiente libreta de conducir y conocimiento básico de las calles de la ciudad para poder comenzar a trabajar, la mayoría de las veces a su propio riesgo.
Una empresa para muchas empresas
La pandemia hizo que proliferaran los locales de venta de comidas rápidas y, junto con los restaurantes, que incrementara el negocio del delivery. Esto ambientó la llegada de importantes empresas al país, como PedidosYa, una de las que impulsó la creación de múltiples unipersonales vinculadas al servicio que brindan los repartidores.
Para conocer la realidad de este servicio es que La Mañana mantuvo contacto con empresarios que son usuarios, como es el caso de Claudio Yanuzzo, quien está al frente de un emprendimiento en la Avenida Sarandí del departamento de Rivera.
Yanuzzo se dedica casi en exclusivo al delivery de comidas rápidas y nos manifestó: “Hace un tiempo me visitó un representante de la firma PedidosYa y me explicó cómo trabajan, cómo funciona la plataforma que utilizan para recibir los pedidos y el costo mensual. El valor del plato lo ponemos nosotros en tanto el repartidor cobra por la entrega. El tema es que a fin de mes la empresa hace una liquidación de todos los servicios que prestaron y de allí sacan el 26% del total que es lo que tenemos que pagar”.
“Los repartidores no son de nuestra responsabilidad y por lo hablado con ellos cobran bien y además todos tienen empresa. En los últimos tiempos hemos visto una disminución en el grupo de funcionarios, pero desconocemos la razón. Desde que usamos el servicio nos aumentó la facturación casi en el mismo porcentaje que nos cobran a nosotros y todo en un horario casi habitual de 19.30 a 21.00, por lo que al final lo tomamos como un gasto de publicidad”, concluyó Yanuzzo.
En las últimas horas del pasado viernes PedidosYa anunció el despido de 49 empleados. De acuerdo al comunicado de la empresa, “la decisión se basó en el desempeño de este grupo de funcionarios en los últimos meses, quienes no alcanzaron los estándares y objetivos de la función para la que estaban asignados”, expresando además en el comunicado que “se espera poder llenar esas vacantes a corto plazo”.
La pandemia obliga
La situación que genera la pandemia y de acuerdo a las restricciones ordenadas por el gobierno nacional, a los comercios dedicados a la venta de comidas rápidas se han sumado los restaurantes que trabajan en horarios limitados y utilizan el servicio para llegar a sus clientes. En este caso, La Mañana estuvo en contacto con el empresario Holger Vildozola, que es el principal del restaurante La Picaña, el más conocido del departamento.
Consultado al respecto, respondió: “Como otros empresarios, recibimos la visita de un representante de la firma quien nos puso al tanto del funcionamiento de la empresa, pero a mí el sistema realmente no me sirve. Es muy caro y los empresarios que lo han utilizado en muchos casos han desistido. El porcentaje que cobran suele ser muy superior a lo que te queda de ganancia y no tiene comparación con un servicio similar que trabaja en la ciudad de Santana do Livramento y los números son claros ya que el PedidosYa cobra un 26% y el servicio que te mencioné un 14%”.
“En mi caso he preferido utilizar un servicio propio con personas que están bajo mi responsabilidad y manejando para los pedidos las redes sociales de la empresa”, expresó el empresario gastronómico.
En el momento de instalarse en Rivera era común ver por las calles verdaderas caravanas de motociclistas con las camperas rojas y el logo que identifica a la empresa, además de una intensa campaña publicitaria, la que en su mayoría tuvo impacto en la gente joven.
El manejo de las aplicaciones de la empresa y las ofertas con “bonos” de descuento generaron expectativa en el consumidor, a lo que se sumaron las exhortaciones a reducir la movilidad lo que potenció servicios de este tipo. La propia crisis por la pandemia obligó a los comerciantes a balancear sus números y es lo que hoy pone en duda –según la opinión de muchos empresarios– la permanencia de la empresa PedidosYa en nuestra región, con la consiguiente pérdida de fuentes de trabajo que se sumarían a las ya anunciadas.
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