La semana pasada, Grupo Bimbo cerró su planta de Maestro Cubano en Montevideo y envío a 110 empleados a seguro de paro. También en el rubro alimenticio, en febrero, Fleischmann cerró su fábrica y despidió a 29 trabajadores. Otras empresas que dejaron de producir este año fueron Colgate Palmolive y la curtiembre Zenda que cerró dos de sus tres plantas y despidió a 370 operarios. El sector del cuero perdió 8 mil puestos de trabajo en los últimos 15 años. Otros casos recientes de cierre son Motociclo, Saman y la sanducera Pili.
Si bien el presidente Tabaré Vázquez mencionó meses atrás que esto corresponde a una típica “evolución histórica”, en la que cierran empresas y se abren otras, desde los sectores de la industria y el comercio entienden que el Estado no atiende las dificultades que representas los altos costos de la energía y el combustible, y la poca competitividad de sus productos en el mercado.
Un Solo Uruguay (USU) difundió a principios de este año un informe titulado “Las medias verdades y el déficit según los números oficiales”, basado en los datos del Banco de Previsión Social (BPS). En el mismo indicaban que entre 2008 y 2017 se perdieron 19.804 puestos de trabajo, lo que significó una baja ocupacional del 18,5%. Al mismo tiempo, entre 2007 y 2017 cerraron 14.515 empresas en el mismo sector de actividad. Marcelo Nogués, dirigente de USU, mencionó a La Mañana que desde el 2002 cierran un promedio de mil empresas anualmente. Nougués indicó que esto se debe a “que la competitividad y rentabilidad es cada vez peor”.
Por otra parte, un destacado empresario y exdirigente industrial explicó a este semanario que Uruguay viene en un proceso creciente de desindustrialización desde principios de los años 90, por lo que “habría que hacer de aquí en adelante es reindustrializar el país”. Dijo que “en el Uruguay hay un viejo preconcepto de que la industria uruguaya no es competitiva, no es buena y creo que es un gran error, porque la industria uruguaya, en la medida que tenga condiciones para competir, es eficiente y es buena. Y así durante años conquistó muchísimos mercados”. El empresario dijo que hoy en día en Uruguay tenemos un 40% de la capacidad industrial instalada en desuso porque “en el Uruguay hay sectores de la industria que han ido perdiendo competitividad”.
También indicó que los sectores que más sufren son los extensivos en mano de obra. “En grandes números, crear un puesto de trabajo en el sector comercial, en la actividad comercial, requiere más o menos una inversión del orden de 10 mil dólares para ocupar a una persona. En la industria, en general, un valor promedio puede andar alrededor de los 45 mil dólares por cada puesto de trabajo que se genera”, explicó.
Sobre el futuro dijo que “una de las prioridades que debería encarar el nuevo gobierno es tratar de recomponer las empresas que se han ido e intentar de que alguna de ellas vuelva. Habría que ver de qué forma se busca soluciones a esas empresas para que se queden”.
Ley de concurso y reorganización empresarial (N° 18387)
Según la Liga de Defensa Comercial (Lideco), desde la crisis en 2002, el año en que se presentaron más empresas fue 2017, año récord en cantidad anual de presentaciones concursales desde que está vigente la nueva ley. En todo 2017 fueron 117 entidades a las que se le solicitó Concurso de Acreedores. En el año 2018, fueron 111 las empresas a las que se les solicitó el Concurso. En lo que va de 2019 son 79 los concordatos, 24 en el interior de país y 55 en la capital.