Con un plan de inversión que supera los US$ 450 millones, el Grupo Cipriani anunció en 2018 la construcción de un complejo de vanguardia llamado Cipriani Ocean Resort and Club Residences. En la primera etapa la obra incluiría 70 cuartos de hotel, 75 apartamentos privados y casino, ubicados en la parada 11 de Playa Brava. El año que siguiente se pondrían a la venta 90.000 metros cuadrados de residencias adicionales.
Al poco tiempo del anuncio, el Portal Gente d’Italia publicaba: “El Grupo Cipriani, que hasta ahora lo único que hizo fue demoler el ex Hotel San Rafael, evalúa retirarse del país como consecuencia de nuevas reglamentaciones votadas por el Poder Legislativo”.
De acuerdo a lo que se informaba en el escrito, los asesores del grupo habrían aconsejado a los inversores retirarse de la operación debido a una decisión de la Cámara de Senadores. En el mes de noviembre del 2021 el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Economía y Finanzas enviaba al Parlamento un proyecto de ley donde se proponía habilitar y regular la explotación de apuestas a través de Internet por parte del Estado. A pesar de los anuncios que ponían en riesgo la inversión, en reunión con el intendente de Maldonado, Enrique Antia, el abogado del grupo, el Dr. Pablo Monsuárez, transmitió que nunca había estado en duda la continuidad del proyecto.
En la sesión del 11 de agosto de 2022, la Cámara de Senadores votó por unanimidad la reglamentación que permite el juego online a los concesionarios de permisos de casinos y que cumplan determinadas condiciones, como contar con un establecimiento presencial y operativo que esté habilitado para el juego presencial. El proyecto no prosperó en Diputados y hasta ahora no hay perspectivas ciertas de solución.
Las idas y vueltas del grupo
En el año 2007 Arrigo Cipriani y su hijo Giuseppe, acusados de evasión fiscal, debieron abonar la suma de US$ 10 millones para evitar ir a la cárcel en Nueva York.
En el año 2022 Giuseppe Cipriani se reunió con el intendente Antia para presentar a un nuevo socio inversor: el empresario egipcio Naguib Sawiris, vinculado a rubros como la construcción, el turismo y las telecomunicaciones. En este rubro, el magnate como titular de la empresa familiar Orascom Telecom Holdings mantenía licencias con países como Zimbabue, Siria, Irak y Corea del Norte. En el 2011 vendió sus acciones a la empresa rusa de telecomunicaciones Vimpelcom en US$ 6600 millones para mantener su vínculo con Corea del Norte a través de la empresa Koryolink, lo que le permitió mantener una relación de cercanía con Kim Jong II.
En el año 2015 Sawiris se hizo conocido por la propuesta de comprar una isla en Grecia para alojar a refugiados para lo cual dice haber recibido “toneladasde expresiones de interés”.Agregó: “Cualquiera que done tendrá participación en la sociedad convirtiéndose por tanto en un socio en la isla y el proyecto”.
El 4 de diciembre del 2022 se conoció la noticia de que el millonario inversor Naguib Sawiris había tomado la decisión de retirarse del proyecto. De acuerdo a lo informado por Giuseppe Cipriani, la decisión se basó en la demora de la aprobación de que el proyecto inmobiliario se construya en el ex Hotel San Rafael en el Parlamento.
Inversiones sin inversores
La historia del Grupo Cipriani tiene varios antecedentes de inversiones fallidas. En 2003 intentó operar el Hotel Mantra en la zona de Manantiales. Su paso por el emprendimiento duró un año por no poder integrar los capitales exigidos por sus socios.
Cipriani invitó al conocido desarrollador inmobiliario Sergio Grosskopf, que cuenta con experiencia en Punta del Este y Miami, para asociarse al proyecto San Rafael. En nota publicada por el diario El País, Grosskopf expresó: “Le dije que se estaba confundiendo, que era un proyecto muy grande para realizar. Pero evidentemente, aunque hay una amistad y un respeto como empresarios, prevaleció su pensamiento de hacerlo. El riesgo del empresario lo asume cada uno, ¿no?”.
La inversión que de inicio era de US$ 450 millones, en los últimos tiempos bajó a US$ 200 millones. Sus representantes en nuestro país han manifestado que “si no aprueban el casino online la inversión no es rentable”. A nivel político, estas expresiones son consideradas como elemento de presión para obtener los votos necesarios.
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