El presidente de la Cámara de la Construcción ofreció un mensaje positivo, destacando el desempeño de la construcción desde 2020 y aportando propuestas para mejorar el sector.
“En el Día de la Construcción, el lunes 21 de octubre, es el día en que ponemos la industria en el centro de la mesa, es el día que podemos analizarla, ver su performance y hablar del futuro”, dijo el Ing. Alejandro Ruibal, presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay en la celebración realizada en el club de Golf con la presencia del presidente Luis Lacalle y candidatos a la Presidencia.
Ruibal dividió su presentación en tres bloques, el primero sobre el desempeño pasado; en el segundo bloque propuso algunas ideas para trabajar en proyectos exitosos; y el tercero consistió en un mensaje mirando al futuro y las oportunidades que tiene Uruguay y que no debería desaprovechar.
El desempeño pasado
Al mirar los últimos años, partiendo de 2020, que fue el año en que asumió el gobierno que está a punto de finalizar, el presidente de la cámara dijo que la pandemia “fue un problema enorme donde nadie sabía qué hacer”, pero “la combinación de una política sanitaria sumada a acuerdo sectoriales y en particular en la industria de la construcción, pudimos sortear la situación con muy buen desempeño”.
Con la pandemia el país se paralizó, y “se pararon todas las obras en el país”, por lo que comenzamos a conversar con el sindicato [Sunca] y con el gobierno, y en quince días definimos un protocolo para poder abrir las obras el 11 de abril [de 2020], y ese fue un acto de coraje, de confianza y apoyo mutuo con el gobierno y con el sindicato, que puso lo mejor de sí”.
“Un segundo aspecto clave son las grandes obras, como la inversión de UPM, combinadas con el Ferrocarril Central, que en el pico de las dos trabajaron 10.000 personas en forma directa, eso es mucho para una industria que tenía 50.000”, expresó, además de que para la construcción el trabajar en las tres plantas de celulosa fue “una experiencia exitosa” y hoy hay “varias empresas uruguayas trabajando en el exterior en plantas de celulosa”.
El tercer factor mencionado fue “el impulso de la construcción de viviendas”, del que se destaca “el régimen de vivienda promovida y las obras de gran dimensión” que le dieron “un empuje enorme a la industria”. El sector vivienda “fue muy pujante y lo sigue siendo”, comentó; y sobre las obras de gran dimensión mencionó “los ajustes de Comap [Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones] a las obras de gran dimensión económica”.
Respecto a la vivienda, Ruibal destacó la Ley 18.795 de 2011, denominada Vivienda de Interés Social (VIS), que se votó por unanimidad y que “es la ley más importante de viviendas desde 1968 en función de la cantidad de viviendas construidas”.
“La construcción de esas viviendas no solo generó trabajo directo, también transformó barrios” y si se recorren los barrios Cordón y el Centro de Montevideo, “ya no son los mismos los tipos de edificios construidos”.
Por otra parte, la oferta de viviendas también mantiene y hasta reduce el valor de los alquileres.
El cuarto componente del primer bloque es el plan de infraestructura con el 40% de la inversión en viabilidad, reconociendo el trabajo realizado por el exministro Víctor Rossi, y el actual ministro José Luis Falero, titular de Transporte y Obras Públicas.
Ideas para trabajar en proyectos exitosos
En segundo bloque de su exposición, Ruibal dijo que quería referirse a los aportes del sector privado para mejorar la gestión de los proyectos.
Definió tres momentos claves que aseguran que un proyecto sea exitoso: el primero es “el momento de la elección del proyecto donde uno va a poner las fichas; hay que planificar y evaluar los impactos económicos, ambientales y sociales. Es necesario tener un banco de proyectos y por eso insistimos en tener algo que se parezca, y el nombre no importa, a una agencia de infraestructura que permita tener ese banco que exceda los períodos de gobierno, para los grandes proyectos y sin sustituir las planificaciones de las empresas públicas y los ministerios”. Eso “lo hacen muchos países del mundo como Canadá, Australia, Nueva Zelanda e Inglaterra, por decir algunos”.
También “hay que saber elegir el instrumento de financiamiento”, y “por suerte tenemos una buena caja de instrumentos para financiar proyectos”, algo que Uruguay tiene y que construye desde la década del 90 con la ley de concesiones, después por el 2010 vino la ley del PPP [Participación Público-Privada]; más recientemente los Cremaf [construcción, rehabilitación, mantenimiento y financiamiento], también las concesiones mixtas y la obra pública”.
Esa es la caja de herramientas y de ahí hay que elegir la que más sirva para el proyecto, pero “esas herramientas hay que actualizarlas”, reclamó.
Y la tercera pata es “la elección del contratista”, y Rubial planteó que “hay que modernizar el tipo de contratos que tenemos en el país, pasando al tipo fast track; y el fidic de los franceses o el nec de los ingleses, que se aplican muy bien en América” y muestran “cómo poder ir a contratos que aseguren el éxito de una manera más ágil y equilibrada”.
Mensaje mirando al futuro
En el tramo final, Ruibal insistió en el potencial que tiene Uruguay desde el punto de vista energético y como país integrante del Mercosur.
Dijo que “Uruguay hizo muy bien la primera transformación energética” y que ahora “estamos en las puertas de la segunda”, con un país que está “acompasado con el mundo, y el mundo está más o menos a la misma velocidad que nosotros”.
En esta segunda transición “tenemos un combustible que creo que es una oportunidad para tener una industria naciente, y es el hidrógeno”, apuntó. “Debemos hacer todo lo que haya que hacer para que Uruguay se suba a la transición energética” y darles a los inversores todo lo que necesitan para que los proyectos que trabajan en Uruguay salgan adelante: “Nos va la independencia energética”, advirtió.
Asimismo, se refirió a que Uruguay debe ser capaz de explotar el uso de las carreteras y el ferrocarril, agregando algún puerto sobre el río Uruguay. Si incidimos en el desarrollo de infraestructura de interconexión de los países, el hinterland (la zona que abastece un puerto) del puerto de Montevideo se multiplica por tres. Eso es lo que tenemos que hacer ahora, hay que liderar dentro del Mercosur”, propuso.
“El Mercosur se arregla como en el pasado se arreglaban las independencias de los países y como también se eliminaban las guerras: con el comercio. Si nosotros logramos que los paraguayos y los bolivianos vean que pueden salir por acá, pierdan cuidado que el Mercosur empieza a andar de otra manera”.
En la parte final de su intervención Ruibal expresó preocupación “por la cultura del trancazo” y reflexionó que no puede ser que no se resuelva el suministro de agua potable cuando es claro lo que hay que hacer. Tampoco puede ser que no haya una solución moderna para el sistema público del transporte metropolitano. “Son temas en los que nos debemos a una discusión seria”, porque “no podemos ceder ante la cultura del trancazo”, concluyó.
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