La situación de los comercios minoristas ante el avance de las inversiones de los establecimientos comerciales de grandes superficies está generando honda preocupación en quienes desde diferentes sectores vienen denunciando el casi masivo cierre de los llamados “comercios de cercanía”.
En el año 1999, durante el segundo mandato del Dr. Julio María Sanguinetti, se creó la Ley 17.188 de Grandes Establecimientos Comerciales, que aún está en vigencia y que incluye la creación de comisiones departamentales de protección de la micro, pequeña y mediana empresa comercial y artesanal. En el 2003, la Ley 17.657 estableció modificaciones que no cambiaron el espíritu de la anterior, pero que dieron a las intendencias competencias para denegar permisos. En la misma se establecía que la Dirección General de Comercio podía aplicar multas para el caso de incumplimiento de los requisitos establecidos en la Ley anterior, con plazo establecido para la presentación de documentación y en caso contrario se podían decretar clausuras temporarias.
En el programa “La voz de La Mañana” que se emite todos los sábados de 7 a 8 en Radio Oriental, se entrevistó al principal de la Unión de Vendedores de Carne, Hebert Falero, quien hace años trabaja sobre los problemas que afrontan estos comercios.
Ante la consulta, señaló: “No se está cumpliendo con el espíritu de la Ley. No me enteré de que se sancionará a nadie porque no ha pasado por la Comisión que integramos durante un par de años. La misma está integrada por un representante del Poder Ejecutivo, uno de cada Intendencia, uno de Comerciantes y hasta de clientes. En realidad, fueron pocas las veces que pudimos evitar que las grandes superficies se instalen, porque cuando la zona está muy poblada de comercios y está saturado el mercado, la Comisión aconseja al intendente de cada departamento, no instalar esa gran superficie”.
“En los años que participé solamente en una oportunidad logramos que una gran superficie no se instalara. En definitiva, era muy difícil probar la saturación de la zona y la Ley dio muy poco resultado de acuerdo a la expectativa generada”, dijo Falero.
Desde el inicio se pretendió establecer reglas claras sobre el tema, pero según Falero, no se contó con el apoyo político necesario.
“Cuando trabajamos la Ley junto a la Cámara de Alimentación y Cambadu pretendíamos algo más severo, por ejemplo, que no se establecieran más supermercados dentro del cono urbano, regla que existe en algunos países de Europa. Pero nunca tuvimos la anuencia necesaria”, aclaró. “Entonces se formó esta suerte de comisión asesora que nunca tuvo mucha relevancia al punto que se han seguido abriendo grandes superficies formando una red que ha ‘matado’ al 50% de los comercios minoristas que tuvieron que cerrar”.
“Luego vino una reforma de esta Ley y prácticamente no cambió nada”, agregó. “Lo que queríamos evitar era lo que está ocurriendo es que las grandes superficies están abriendo pequeños comercios de menos de 200 mt2 que se ven ahora en todos los barrios. En nuestra idea estaba que la Ley incluyera la suma de los comercios pertenecientes a las grandes superficies y que tengan una misma razón social, pero tampoco pudo ser aprobado”.
La estrategia empleada por los grandes grupos inversores se ha volcado a la compra de comercios ya instalados y propiedad de capitales uruguayos. “En el pasado había autoservicios y supermercados con buen volumen de ventas y pertenecían a capitales uruguayos pero ahora están siendo comprados por estos grandes grupos, formando una gran red”, expuso. “Hay uno de los grupos que tiene más de 40 ‘bocas de salida’, que no están a nombre de ellos pero que sabemos que les pertenecen, como así también otras firmas han abierto los Express, con eso indudablemente están terminando con el comercio minorista”.
“A las carnicerías las quieren terminar”
“Las carnicerías son un caso aparte porque las quieren terminar de otra manera. El almacén o cualquier otro tipo de negocio, cuando se instala algún emprendimiento de este tipo en el barrio o cerca, los demás duran muy poco”, explicó Falero. “En las carnicerías, como la atención es personalizada, no tienen tanta fuerza. Entonces las grandes superficies ponen precios al costo y, porque tienen más de 2000 artículos, si la carne les da pérdidas la absorben con los demás rubros. Los carniceros no podemos competir con eso, tenemos un solo renglón del cual tenemos que sacar para pagar alquiler, empleados, DGI, BPS y no podemos poner los precios que ponen”.
La situación planteada y denunciada por las diferentes gremiales que defienden al comercio minorista también afecta la mano de obra, a pesar de que según nuestro entrevistado se pagan mejores sueldos.
“Es una competencia desleal que nosotros ya hemos denunciado y nos dicen que no es cierto, que el mercado está dividido en un 50% y 50% por lo que no dieron lugar al reclamo que hicimos sobre ‘dumping’ (venta a pérdida o competencia desleal), esto es lo que está pasando en el comercio minorista”, explicó.
“Se argumenta que generan puestos de trabajo, y es gente que nos quitan a nosotros que incluso pagamos mejores sueldos al personal especializado que en los grandes mercados”.
Por último el Hebert Falero se refirió al impacto social que genera esta situación. “El dueño del comercio es una clase media que está desapareciendo, lo que era la base de la estructura de nuestra sociedad”, expresó. “Hoy tenemos médicos, abogados y muchos profesionales que son hijos de comerciantes y todo eso ahora está desapareciendo”.
Y como conclusión digo: “Esto cada vez es más difícil y va a ser peor. Hay empresas que cotizan en Bolsa y han conseguido entre 100 y 150 millones de dólares para abrir emprendimientos en el interior, y cuando ellos aparecen allí, el daño al comercio minorista es mayor que en la capital porque son pequeñas empresas que no tienen recursos y el número de clientes es menor. Están matando al comercio y no hemos tenido apoyo como queríamos”.
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