La llegada de la pandemia del covid-19 a Uruguay implicó cambios importantes para la gestión del Hospital Maciel, que debió reconfigurarse y comenzar a brindar nuevos servicios. El director de la institución, Aníbal Dutra, contó a La Mañana cómo fue atravesar ese proceso y destacó el equipamiento de tecnología de punta que posee el centro hospitalario.
A fines de abril del año pasado, luego de un mes y medio de la declaración de la emergencia sanitaria, Dutra asumió como director del Maciel. En ese momento, según relató, los casos de covid-19 en el país eran muy pocos, pero el nosocomio ya se estaba preparando –en cuanto a los recursos materiales y la infraestructura– para lo que se esperaba que sucediera más adelante.
Fue así que en el hospital se mejoraron varios aspectos de la internación y el diagnóstico. En un principio se hizo una adecuación de camas de cuidados moderados, de modo que estuvieran disponibles para un eventual aumento de los ingresos por covid-19. Más tarde, cuando crecieron los casos, en esa área llegaron a contar con más de 60 camas destinadas a pacientes con el virus, lo cual “significó un cambio en la dinámica, porque hubo que priorizar determinadas áreas y sacrificar otras”, expresó.
En cuidados intensivos, en tanto, se inauguraron 12 camas con tecnología de avanzada, y se le permitió al establecimiento, a pesar de no ser un centro covid de referencia, recibir pacientes con la enfermedad y brindarles asistencia.
En abril de este año, cuando la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) transformó el Instituto Nacional de Ortopedia y Traumatología (INOT) en un centro de referencia covid-19 de Montevideo y trasladó a los pacientes traumatológicos al Maciel, al Pasteur y al Clínicas, el primero absorbió prácticamente la mitad. No solo quedó a cargo de las consultas en el área, sino también de la resolución quirúrgica en los casos en los que fuera necesario.
De esa manera, el prestador mantuvo una productividad quirúrgica alta durante la pandemia en comparación con los años anteriores a la misma. Al respecto, el jerarca explicó que al ser centro de referencia de cirugía de tórax y de neurocirugía, debían contar con camas disponibles para ingresar pacientes provenientes de todo el país. “Eso fue un desafío importante. En toda la pandemia hemos tenido muy buen apoyo de ASSE y una comunicación permanente con el organismo, lo que nos ha ayudado a sobrellevar la situación”, agregó.
Sin embargo, haber incrementado las intervenciones en esas áreas hizo que cirugías generales, vasculares, urológicas y de otras especialidades disminuyeran y hoy se encuentren en lista de espera, lo que actualmente se está tratando de solucionar. A su vez, el hecho de no haber tenido por varios meses consultas presenciales, retrasó los exámenes y el diagnóstico de diversas patologías. Consultado acerca del tiempo que se requerirá para superar esas demoras, el entrevistado dijo que aspira a que dentro de seis meses a un año el hospital vuelva a funcionar con normalidad, aunque aclaró que depende de que haya o no nuevas olas de la pandemia.
Fortalezas para superar el brote
En el pasado mes de diciembre, el Maciel sufrió un brote de covid-19, pero la institución tenía algunas fortalezas que ayudaron a superarlo sin mayores inconvenientes.
En primer lugar, desde que se decretó la emergencia sanitaria, se conformó el “grupo covid” que estaba integrado por referentes de las especialidades afines a la enfermedad y sus complicaciones, tales como medicina interna, neumología, infectología, microbiología, medicina intensiva, laboratorio clínico, entre otras. Las reuniones semanales y el contacto constante fortalecieron la toma de decisiones en ese contexto complejo, en la medida en que los casos fueron en aumento.
Inclusive, el número de camas con las que contaba el nosocomio llegó a ser prácticamente igual al del Hospital Español, que sí era centro covid, lo que da cuenta del “impacto” que significó la pandemia para el Maciel. Igualmente, pese a la incertidumbre que reinaba en ciertas etapas, se logró salir adelante con el trabajo conjunto de los especialistas y el compromiso de los funcionarios de todos los niveles, lo cual “se reflejó desde el ingreso hasta la internación”, aseguró.
La importancia del diagnóstico y la vacunación
El laboratorio del establecimiento sanitario sufrió una transformación considerable en relación a la capacidad de diagnóstico para covid-19. En primera instancia había un solo equipo dedicado a eso, pero se incorporó otro de tecnología de avanzada. Al mismo tiempo, la institución tenía diferentes plataformas de diagnóstico, incluso con técnicas rápidas que en media hora arrojaban el resultado del test, lo cual facilitó bastante la dinámica.
En ese sentido, Dutra recalcó que se realizaban diagnósticos para pacientes de otros hospitales de Montevideo y el interior. Para ello “nos apoyaron con recursos humanos y equipamiento” en momentos en que “la capacidad de diagnóstico era vital en el enfrentamiento a la pandemia”, aseveró.
Asimismo, en el Maciel funcionó un vacunatorio desde el día que comenzó a desarrollarse el plan de vacunación y hasta hace un mes –cuando el Ministerio de Salud Pública definió que solamente tres centros de vacunación permanecieran en actividad–. En ese período se hicieron 65.000 actos vacunales en el hospital, lo que el director definió como “un aporte a una etapa tan importante como la inmunización, que se vio relacionada con el descenso de casos”.
En reconocimiento por su contribución a “la salud y la ciencia” y por su actuación en la pandemia, ayer el centro hospitalario recibió un premio por parte de Juan Herrera Producciones.
Equipamiento de vanguardia
Aparte de la tecnología de avanzada que ha dispuesto el Maciel en el combate a la pandemia, la institución cuenta con equipamientos de alta tecnología para brindar servicios en otras áreas. En ese aspecto se destaca el EBUS, un aparato único en el país, que se utiliza para la técnica de la ecobroncoscopía. Esta permite hacer una ecografía de la vía aérea y una biopsia “más dirigida” ante una eventual sospecha de tejido tumoral. El equipo trabaja a demanda completa y es manejado por técnicos que se formaron en el exterior. Además, el centro vende esos servicios a otros prestadores de salud.
El hospital también logró tener un CTI con una capacidad mayor a la convencional e incorporó un equipo de resonancia magnética en acuerdo con Cudim (Centro Uruguayo de Imagenología Molecular), que brinda servicios a ASSE.
El futuro de la pandemia y los desafíos de gestión
Aníbal Dutra proviene de Tacuarembó y es médico infectólogo. En cuanto al futuro de la pandemia, se expresó con optimismo y remarcó el buen nivel de vacunación que tiene el país. “Hay una parte de la población que no se vacunó, tenemos que tratar de concientizarla para que lo haga y, si no lo hace, respetar su decisión, pero dejar en claro cómo repercute en nosotros. Eso también nos pasa con el personal de salud”, advirtió.
Por otro lado, indicó que los niños representan un vector importante en la transmisión de infecciones respiratorias y estima que pronto se aprobará la inmunización en esa franja etaria, de modo de completar la inoculación en los grupos de mayor riesgo de propagación del virus.
Por último, señaló que el Maciel tiene muchos desafíos por delante, entre ellos, seguir avanzando en el plan de obras. “Tenemos que hacer a nuevo dos salas de internación y completar la confección del CTI con la construcción de la emergencia. La planta física del IMAE de diálisis crónica es un debe y apostamos a poder ubicarla en otro sector con mayor capacidad. Para todo eso es necesario contar con presupuesto, pero en esta época está un poco recortado. No obstante, somos optimistas y hemos recibido el apoyo total de ASSE”, concluyó.
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