Uno de los problemas serios que posee el Aeropuerto Internacional de Carrasco es que en caso de niebla se afecta la operativa, causando importantes perjuicios a usuarios y compañías, pero eso está a punto de cambiar.
En 2021, la Dirección de Seguridad de Vuelo difundió un texto en el que explicaba que la niebla y la neblina “son fenómenos meteorológicos que en ocasiones son un desafío para la actividad aérea, al reducir la visibilidad alrededor de los aeropuertos. Esto significa que los pilotos por seguridad operacional deben permanecer en tierra hasta que las condiciones meteorológicas mejoren. Y en caso de encontrarse en vuelo la niebla disminuye considerablemente las condiciones de visibilidad, transformando vuelos con condiciones meteorológicas visuales en vuelos con condiciones meteorológicas instrumentales”. Hay diferentes tipos de niebla, todos tienen en común que causan una “reducción de la visibilidad afectando la operatividad aérea”.
Los casos más recientes se dieron en el invierno pasado, cuando Carrasco se vio afectado por una fuerte niebla y los aviones debieron desviarse y aterrizar en Ezeiza, Buenos Aires.
Sin embargo, eso está a punto de cambiar. Corporación América Airports en Uruguay informó en un comunicado que el Aeropuerto Internacional de Carrasco instalará un nuevo sistema de aterrizaje introduciendo la tecnología ILS (Instrumental Landing System, en español Sistema de Aterrizaje por Instrumento), mejorando su categoría y permitiendo la llegada de aviones aun cuando las condiciones climáticas sean adversas, no siendo necesario el desvío a otros aeropuertos de la región.
Esa incorporación ubicará a Carrasco en la categoría IIIB, por lo que Uruguay se alinea al nivel de importantes aeropuertos del mundo, por ejemplo, el de Heathrow, en Londres.
“Una falta flagrante”
José Luis Hernández, asesor de la Cámara Aeronáutica, la gremial de las compañías aéreas que operan en Uruguay, explicó a La Mañana la importancia de introducir la tecnología ILS. “Cuando hay niebla se producen interrupciones en los servicios que tienen consecuencias devastadoras”, tanto para el aeropuerto como para todo el sistema de las compañías afectadas. Nuestro país y el aeropuerto principal estaba en “una falta flagrante” respecto a la ausencia de instrumentalización y el uso de tecnologías para garantizar el adecuado arribo de aviones.
“Tenemos años muy intensos en nieblas y otros no tanto, pero siempre que pasa es todo un problema: los vuelos no pueden llegar a destino, se pierden conexiones, encuentros, citas de trabajo, etcétera. Y las compañías no tienen de vuelta sus equipos para seguir operándolos en otras partes del mundo, por lo que se genera un efecto dominó que se amplía de manera increíble”, explicó, y agregó que “realmente es todo un inconveniente, porque si un avión destinado a Montevideo tiene planificado quedarse un par de horas en tierra y volver, pero no lo hace, el vuelo que tenía que operar ese avión a otro destino simplemente no se hace. Entonces hay que reprogramar, reasignar equipos, reasignar tripulaciones, es decir, todo es una catástrofe”.
Lo que se plantea ahora es mejorar sustancialmente la categoría pasando de I a IIIB, “y cuando eso ocurra ese problema se solucionará”.
Generalmente, los problemas de niebla empiezan a partir de mayo, pero no se limitan a ese mes, menos ahora que “estamos en medio de un cambio climático, pero por lo menos tenemos el consuelo de saber que será la última vez que tengamos este problema”, valoró.
Consultado sobre cómo es la situación de los aeropuertos de la región, Hernández dijo que los de Carrasco y Asunción “son los únicos aeropuertos que no tienen esa capacidad, la diferencia es que en Asunción no importa porque ellos no lo precisan por las características de su clima, no tienen nieblas. Era sí una falta grave solo en el nuestro”, subrayó.
El asesor precisó que de todos los aeropuertos internacionales que posee Uruguay, “la nueva tecnología se pondrá operativa solo en Carrasco, en una de las cabeceras de la pista principal, y va a ser suficiente para operar cuando haya niebla”. Es decir que “no estamos al tope de la categoría que es IIIC, a la que llegan unos pocos aeropuertos en todo el mundo como John F. Kennedy [de Nueva York] o Charles de Gaulle [París], que poseen los elementos técnicos como para guiar el aterrizaje en las peores condiciones”.
La instrumentalización aún no está operativa, por lo cual “si la semana que viene hay niebla, el avión va a tener que ir a otro aeropuerto, que puede ser Buenos Aires, Córdoba, Resistencia, también podría ir a Punta del Este, pero rara vez pasa eso porque las nieblas también lo afectan”.
Hernández agregó que la inversión para instalar el sistema ILS categoría IIIB “corresponde al concesionario con base en dos cosas: la primera es que se le permitió desviar algunas de las inversiones que tenía que hacer en Laguna del Sauce a Carrasco, y la segunda es que se aumentó la tasa de aterrizaje. A las compañías aéreas se les cobra por cada aterrizaje, lo que es lógico porque es un servicio, y esa tasa va a aumentar ordenadamente para dar un mejor servicio y apoyar esta mejora tecnológica”.
La importancia de la conectividad
Uruguay tiene “servicios hacia varios lugares del mundo, vuelos sin parar a Europa y Estados Unidos, y en la región estamos bastante bien atendidos, pero siempre hay lugar para más, y en eso es importante la categoría del aeropuerto, una mejor categorización, como vamos a tener, va a influir mucho en quienes están estudiando operar aquí”.
La buena conectividad “apoya otras actividades del país, como el turismo o los negocios. Cuanto mayor conectividad, mayor será la capacidad de recibir a personas de negocios que en caso contrario no vendrían”.
“Lamentablemente, el quiebre de Pluna [en 2012] privó a Uruguay de tener un transportador de bandera que le daba buena conectividad regional. Ahora estamos recuperando los niveles prepandemia, pero aún no estamos a los niveles previos al cierre de Pluna”, observó Hernández.
Uruguay no tiene por qué tener un transportador de bandera, “simplemente alguien que quiera operar algunas frecuencias siempre será bienvenido, y en mi opinión hay espacio para más frecuencias, por ejemplo, en el puente aéreo con Buenos Aires, en la temporada con Punta del Este, algo con Colonia, pero un transportador de bandera con base en Uruguay no tiene por qué ser del Estado. Por lo general, este tipo de cosas el Estado las gestiona muy mal, de hecho, en el mundo las grandes aerolíneas las gestionan capitales privados”.
Importancia de la carga aérea
En otro orden de cosas, el entrevistado recalcó que en Uruguay la carga aérea medida en volumen es muy inferior a los barcos: “Significa menos del 10%, es decir que el 90% del volumen del comercio se hace en barco, pero ese pequeño volumen de la aviación representa el 30% en valor de la mercadería. El mensaje es que por avión viajan las medicinas y los artículos de altísimo valor agregado, lo que da a la aviación un factor multiplicador enorme”.
Una buena noticia
Sobre la antigua terminal de Carrasco, José Luis Hernández, de la Cámara Aeronáutica, dijo a La Mañana que ese edificio significó “un gran salto adelante respecto a lo que teníamos”, y ahora “es una pena, quedó totalmente abandonado. Los edificios en esas condiciones se deterioran con el tiempo, pero va a ser aprovechado y eso es una buena noticia”.
Efectivamente, el comunicado de Corporación América Airports señala “el compromiso de invertir y transformar la antigua terminal de pasajeros del Aeropuerto de Carrasco en un centro que potencie las capacidades de Uruguay como polo logístico para la región”, en un proyecto que implica una inversión de más de 5,5 millones de dólares para recuperar un edificio que es patrimonio cultural y modernizarlo para destinarlo al desarrollo logístico, aportando con ello al crecimiento económico.
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