Este año se comenzará a implementar en Colonia un programa piloto para la detección temprana del cáncer cérvico uterino y el cáncer de mama. Debido a las “alarmantes” cifras de cáncer, se considera que la iniciativa puede ser de gran valor y permitir el acceso a mayores datos y controles, llegando a la población más vulnerable.
Se espera que este año se comience a implementar en Colonia un plan piloto para la detección temprana del cáncer cérvico uterino y cáncer de mama, llevados a cabo en conjunto por el Hospital Evangélico y la Red de Atención Primaria (RAP) de ASSE, en consulta con el Instituto Nacional del Cáncer (INCA) y la Comisión Honoraria de la Lucha Contra el Cáncer (CHLCC).
Consultado por La Mañana, el Dr. Gustavo Fernández, director del Hospital de ASSE de Colonia, explicó que se realiza un piloto en vez de un programa establecido porque los piloto son ensayos clínicos a escala menor que lo nacional. Se define una población objetiva, un lugar específico y se determina durante qué tiempo se hará el estudio y, posteriormente, se sacan conclusiones.
“Es limitado en el tiempo, se hace bajo estrictas normas de calidad total y en consecuencia sus resultados pueden ser evaluados de forma certera. Por eso nos ajustamos a las más exigentes normas internacionales”, señaló.
Por otro lado, el Dr. Enrique Barrios, director del Registro Nacional de Cáncer (RNC) que colabora y apoya el proyecto a través de la CHLCC, compartió con La Mañana que el plan piloto cuenta con el aval de una organización internacional de jerarquía reconocida: la International Cancer Screening Network (ICSN).
“Creo que en Uruguay no hay, históricamente, una experiencia de screening sistemático y programado como estos de cáncer de mama y cérvico uterino que se intentan en Colonia. Es un intento bien fundado debido a las alarmantes cifras de cáncer. Puede ser una experiencia excelente si la logística funciona y sería de gran valor que, en un segundo tiempo, se considere su aplicación a nivel nacional. Nuestro apoyo es total”, afirmó Barrios.
Faltan más datos y controles
El pasado martes 10 de mayo se realizó en Colonia la primera jornada de presentación de los proyectos pilotos de salud femenina. Entre los temas se dialogó sobre la detección temprana de cáncer de mama, los aportes a la detección temprana del cáncer cérvico uterino y se realizó un intercambio interinstitucional con destacados grupos de investigación argentinos.
Robinson Rodríguez, presidente de la CHLCC y director del INCA, participó del evento y comentó a La Mañana que fue una jornada de trabajo muy importante en el marco del tamizaje y diagnóstico precoz de esos cánceres.
“Tuvimos la oportunidad de ver cómo se trabajó en dos sitios de Argentina en el marco de tamizaje para cáncer de mama y cuello de útero con los test de HPV”, dijo. Y agrego que “si bien contamos con guías, un piloto siempre es importante porque permite ver muchos detalles en su instrumentación y cómo llegar a las usuarias que se beneficiarán”.
Desde el grupo interdisciplinario Pro Qualitas, miembro activo del ICSN, explicaron la similitud entre los tamizajes piloto, ambos tienen un factor común: las mujeres deben ser invitadas a concurrir según pautas preestablecidas, de 50 a 70 años sin antecedentes de patología mamaria, concurrir cada dos años para cáncer de mama y de más de 30 años para el PAP y HPV, con una frecuencia recomendada.
“La cuestión en Uruguay (y en la mayoría de los países) es que el porcentaje de la población que cumple con esta pauta está por debajo de lo recomendable (70%). En nuestro país ‘se estima’ que al tamizaje de cáncer de mama concurre alrededor del 35%. Y en ciencia aplicada –o peor aún en políticas de Estado– hablar de estimar en vez de poder afirmar indica que no se recolectan los datos básicos necesarios de forma sistematizada y menos se los controla. Sin recabar datos fiables con método científico, no es posible sacar conclusiones. Lo mismo ocurre con el PAP, falta rigurosidad”, explicaron.
Trabajo combinado y llegada a la población vulnerable
A su vez, Rodríguez expuso la necesidad de trabajar con el MSP en una estrategia de prevención y diagnóstico precoz con la incorporación del test de HPV y donde hay que rever el papel que jugaría el PAP como herramienta actual.
“El ideal de los estudios de tamizaje es lograr una cobertura de la población objetivo del 70%, pero Uruguay nunca llegó a estos valores, no por la pandemia, sino históricamente”, señaló. Las evaluaciones de cobertura deben hacerse por trienio con los PAP y en este sentido en los años 2017-2019 fue de 57%, en 2018-2020 del 55,6% y del trienio 2019-2021 –con dos años de pandemia– del 53%.
“Desde la CHLCC estamos estudiando cómo generar una estrategia de tamizaje nacional con una logística que llegue a aquellas poblaciones más vulnerables, que son por lo general las que no se realizan estos estudios”, puntualizó el entrevistado. Y esto es lo que los pilotos de Colonia se proponen, llegar no solo al 70% de la población departamental sino cubrir todo el territorio.
Prevención y tratamiento del virus del papiloma humano
El HPV (por sus siglas en inglés) es el virus del papiloma humano. Una de las posibles consecuencias del HPV –y la más preocupante– es su vinculación con el cáncer de cuello de útero. Sin embargo, tener el virus no implica tener cáncer; la mayoría de las personas portadoras del HPV no lo tienen, pero sí la mayoría de personas con cáncer de cuello uterino tiene alguna vinculación con el HPV.
“Es decir que, si los HPV se diagnostican precozmente, podremos prevenir el cáncer de cuello uterino”, dijo a La Mañana Daniel Aprikian, director del Hospital Evangélico (HE) de Colonia.
Cuando las personas inician las relaciones sexuales es probable que tengan contacto con el virus, ya que el uso de preservativo, por ejemplo, no es garantía, porque con el contacto piel a piel, o mucosa a mucosa, también se contagia. “El uso del preservativo es importante, pero no es 100% seguro como en caso de las enfermedades de trasmisión sexual”.
Actualmente existe la vacuna, tanto para los hombres como para las mujeres, aunque si bien existe el cáncer de pene por HPV, no tiene la misma frecuencia que el de cuello de útero. “El cuello uterino es más susceptible del cáncer que el pene, pero este es portador del virus”.
“Una vez que uno tiene una pareja estable, y una vez que ese vínculo es de confianza, si uno de ellos tiene el virus, lo que les digo es que esos HPV los tendrán que compartir”, explicó. Agregó que el HPV se puede prevenir, pero considera que lo más saludable no sería la prevención de este, sino hablar de prevención del cáncer de cuello uterino.
La prevención de este tipo de cáncer es el seguimiento que permite diagnósticos precoces, con tratamientos curativos e invasiones mínimas. “Como método de prevención de HPV está la vacunación y lo ideal es hacerlo antes de iniciar las relaciones sexuales, pero no es descartable hacerlo luego, ni siquiera con diagnóstico de HPV, porque nos cubre de las variantes del virus que tienen más riesgo de convertirse en cáncer”, dijo Aprikian.
“El Papanicolaou (PAP) es un estudio que ha demostrado disminuir la incidencia del cáncer porque permite el diagnóstico en etapas precoces”, aseguró.
El PAP permite estudios masivos porque la toma puede ser realizada por un médico o cualquier integrante del equipo de salud entrenado. “Desde el punto de vista poblacional ha demostrado disminuir la incidencia del cáncer de cuello, al menos de las etapas avanzadas que ponen en riesgo
Técnicas para facilitar estudios de HPV
El director del Hospital de ASSE de Colonia, comentó que en cuanto a cáncer de cuello uterino existen test de tipo PCR, es decir, que se hacen con un hisopo, “incluso se está probando con buen éxito que se haga una autotoma, que no sea necesario que vaya un técnico a realizar el estudio, sino que la propia mujer pueda hacerlo y se pase a buscar la muestra para procesarla en laboratorio”, explicó.
Dijo que se han tenido muy buenos resultados en los países nórdicos, lugares en los que la salud se focaliza mucho en la responsabilidad del propio paciente; también se está implementando a partir de una experiencia en la provincia de Jujuy, en Argentina. “Es algo que se puede hacer a bajo costo y con muy buena eficacia, alta sensibilidad y eficiencia en el diagnóstico”, agregó Fernández.
Señaló que podría implementarse con el programa de PAP, ya que son test que pueden ser previos al estudio, además se puede hacer en mujeres jóvenes, año a año. “Creo que es muy beneficioso para todos, especialmente para el género femenino”, puntualizó.
Los antecedentes del piloto
Entre los años 2008 y 2010 el departamento de Colonia vio nacer un proyecto colaborativo que permitió darle uso a un mamógrafo que estaba en depósito del hospital de ASSE. Fue en conjunto con el HE y la CHLCC. En ese entonces, el HE aportó médicos, técnicos e insumo, ASSE se encargó de la sede y la administración, y la CHLCC brindó el mamógrafo.
El piloto se cortó de forma abrupta con el cambio de gobierno y luego de unos siete años, al preparar un estudio para presentar en Estados Unidos, se realizó una revisión estadística con el Registro Nacional del Cáncer. En ella se comprobó que el piloto de Colonia había tenido un gran impacto en la detección del cáncer de mama.
“Eso nos motivó a retomar ese estudio y poder llevarlo adelante en esta época, pero nos sorprendió la pandemia. Hoy que ya estamos en otra etapa, podemos poner en curso el piloto y estamos dando los primeros pasos con un contacto directo con el INCA y la CHLCC”, relató Fernández.
TE PUEDE INTERESAR: