La industria siderúrgica en Uruguay atraviesa un buen momento en términos de volumen, impulsada por la construcción, aunque padece importantes problemas de competitividad y costos elevados, de acuerdo con el presidente de la gremial que nuclea a las empresas del sector. En entrevista con La Mañana, Gabriel Murara, también vicepresidente de la Cámara de Industrias (CIU), profundizó acerca de los desafíos a futuro para esta actividad y, por otra parte, advirtió que la concreción del plebiscito de seguridad social sería un grave error para el país.
¿Cómo describiría la situación actual de la industria siderúrgica en Uruguay?
La industria siderúrgica en Uruguay, que está basada principalmente en productos de construcción, está en un buen momento, porque la construcción está en un buen momento histórico. Después, tenemos un problema de competitividad grande que hay que trabajar mucho, porque la realidad es que no hemos tenido rebajas importantes [de costos]. A pesar de que esta semana bajó el combustible, tenemos precios en la región mucho más baratos de combustibles, de energía. El tipo de cambio real no ha acompañado en relación con Brasil, por ejemplo, que en lo que va del año ha devaluado más que nosotros, con una inflación similar. Todo eso hace que uno tenga que ajustarse en la productividad. En resumen, la industria está bien en volumen y está con problemas en la parte de costos y de competitividad.
¿El problema de la competitividad es histórico o puntualmente ahora está más exacerbado?
Es casi un problema estructural. Hace muchos años que en Uruguay se usa el tipo de cambio como un ancla para bajar la inflación. Y eso estaría bien si al mismo tiempo se fueran ajustando los costos. Seguimos con un alto déficit, un 4% aproximadamente, y como país necesitamos mejorarlo, porque si no, dentro de 10 años vamos a deber 30.000 millones de dólares más si seguimos en esta línea. Y debemos ajustar los costos energéticos, mejorar la flexibilidad laboral, la capacitación.
Desde la CIU se han mantenido diálogos con todos los gobiernos, independientemente del color político. ¿Puntualmente desde la Cámara Siderúrgica se han planteado estos reclamos a las autoridades?
Lo ha hecho la CIU en forma genérica, o sea, no son temas que la Cámara Siderúrgica trate individualmente, sino que los presentamos de manera genérica en la directiva de la CIU. Una vez por semana estamos recibiendo a los diferentes candidatos y les planteamos todos estos temas, que son problemas transversales a todos los sectores.
¿Y cómo ha sido la recepción de estos planteos por parte de las distintas administraciones? Porque se suele escuchar el reclamo de los costos, de la competitividad, como usted decía, pero en los hechos no ha habido soluciones a largo plazo.
Me acuerdo perfectamente de que, cuando asumí la presidencia de la CIU en 2017, el principal problema que teníamos era la competitividad, y hoy seguimos hablando de lo mismo y la realidad es que se ha agravado. Lo seguimos transmitiendo. Recién comentaba que la cámara traslada los problemas generales porque son transversales. Cuando hay problemas puntuales de alguna gremial también se plantea.
¿Por qué cree que, pese a que se trata de problemas recurrentes, no ha habido soluciones sostenidas en el tiempo?
Hay diferentes factores y distintos momentos. Hubo un momento, hace unos años, en que aparentemente no importaba el déficit, teníamos déficit y pensábamos que el crecimiento que iba a tener el país nos iba a dar un espacio fiscal para poder seguir gastando. Y nunca tuvimos una política contracíclica para ahorrar en esos momentos. Después, ha habido problemas también de fenómenos naturales, de la pandemia. Todo eso ha ido afectando. Pero uno tiene que seguir trabajando para empezar a solucionar esos problemas. De lo contrario, se puede llegar a afectar el grado inversor.
¿A cuánta gente emplea actualmente la industria siderúrgica?
Entre empleos directos e indirectos, a unas 2000 personas más o menos, porque se ha automatizado mucho.
¿Significa que el avance tecnológico y la automatización han impactado en detrimento del empleo?
Han impactado porque hay menos personal, pero hay mucho más personal capacitado, porque toda la tecnología que se aplica para la producción obliga a tener a ese tipo de personal mucho más capacitado.
¿Cuál es el rol que cumple la Cámara de la Industria Siderúrgica? ¿Cuáles son sus cometidos?
Un cometido importante es que esta es una industria totalmente circular. Cualquier pedazo de acero, chapa, fierro que haya en el mercado se recibe como chatarra y se recicla el 100%. Es un producto que es bien reciclable, de los pocos que hay en el mundo. Es una industria que tiene mucho valor agregado porque cerca del 85% del costo que tiene es nacional. Solo se importa un 15% para producir una tonelada de acero. Tiene mucho costo nacional y ahí es donde el tipo de cambio impacta más. Y, como decía, esta industria contribuye al medioambiente, porque si no tuviéramos una producción de este tipo en el país, muchos productos quedarían tirados en los campos, en los ríos, generando un problema medioambiental. Entonces, uno de los cometidos es el medioambiente, además de contribuir en capacitaciones, en tecnología. Ese compromiso lo tiene la cámara desde hace más de 30 años.
¿El producto se usa principalmente a nivel local o también para exportación?
Para exportación se usa muy poco, la mayoría es a nivel local.
¿Cuáles son las proyecciones a futuro que manejan desde la cámara para esta industria?
Las proyecciones son, si se sigue a este ritmo de obras, tanto a nivel privado como a nivel estatal –donde se ha hecho mucha obra y sabemos que faltan más cosas–, que se pueda mantener un mercado estable. Esta es una industria que también tiene un problema en el mundo de mucho precio de dumping. A veces se hace muy difícil competir cuando uno no tiene las condiciones para hacerlo.
Como vicepresidente de la CIU, ¿qué valoración hace de la industria nacional a nivel general?
Ha mejorado, porque se han recuperado empleos que se habían perdido previo a la pandemia. Ha mejorado el salario real. Hay una perspectiva mejor que hace un año y medio para la parte agroindustrial porque la sequía pegó muy fuerte, aparte de la pandemia. Hoy la industria está en una posición de, por lo menos, mantenerse estable. Esperemos que también pueda crecer.
¿Qué opinión tiene sobre el plebiscito de la seguridad social que impulsa el Pit-Cnt?
Yo creo que es un error –es una opinión personal– poner cosas en la Constitución, como la edad jubilatoria, que queda ahí fija y no se puede mover, y por lo tanto no acompaña lo que va pasando en la sociedad, que es que va mejorando la expectativa de vida. Yo estuve el mes pasado en Italia y me contaban que la edad jubilatoria va cambiando con la expectativa de vida, cada dos o tres años se revisa y se va modificando, que es lo más lógico. Es un gran error esa reforma, y además está afectando decisiones de inversiones, la gente espera a ver qué va a pasar con esto. No será el fin del mundo, como manifestó Oddone, porque el mundo va a seguir andando, pero va a ser el fin del Uruguay que conocemos. Venimos con un déficit muy importante, o sea que no es que nos esté sobrando plata como para poder pagar lo que va a significar el cambio, vamos a tener más problemas todavía.
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