El país sigue inmerso en un escenario de sequía que continúa generando dificultades en toda la economía, aunque algunas zonas del norte parecen estar cerca de una mayor normalidad. De todos modos, para el ministro Fernando Mattos el problema debe enfrentarse de otra manera de cara al futuro, con distintas herramientas y más inversión. En una larga conversación con La Mañana, el jerarca se refirió también a las expectativas de superación de la crisis hídrica, al impacto del nivel del dólar actual sobre el agro y a las perspectivas de endeudamiento en el sector, entre otros temas.
¿Cuál es la situación actual de la sequía en Uruguay y cuáles han sido los principales efectos que ha tenido sobre el sector agropecuario?
Seguimos teniendo un patrón de sequía, pero varias zonas del norte del país están bastante más aliviadas. Tenemos distintas circunstancias, desde una condición normal hasta algunos faltantes, dependiendo de la zona. Básicamente, el norte está bastante mejor, pero en el panorama general la sequía todavía está instalada, no se han recuperado los cursos de agua ni los reservorios de las aguadas, y la región sur sigue siendo un factor bastante crítico, al punto que estamos con estas medidas de crisis hídrica en función de lo poco que ha llovido.
¿Se esperan disminuciones significativas en la producción?
Tuvimos un impacto importante en los principales cultivos, a excepción del arroz, que tuvo una muy buena cosecha y que pudo concretar una zafra favorable. En los demás cultivos tuvimos quebrantos, como la soja, donde va a haber una pérdida en relación al año pasado que supera los dos millones de toneladas, y tendremos pérdidas significativas también en el maíz, donde seguramente se va a cosechar menos de la mitad o la mitad de lo normal. Ahí habrá efectos relevantes, así como en el sorgo y el girasol. Por lo tanto, la falta de granos de verano va a tener una incidencia en los resultados económicos del segundo trimestre.
Por otro lado, en la remisión de leche hemos tenido una caída importante en abril, mayo ya muestra una recuperación y esperamos tener un mejor desempeño a partir de estos meses, donde los verdeos están en muy buena situación a pesar de las dificultades en el pastoreo.
En el rubro ganadero claramente tenemos menor actividad, registramos una caída de la faena en torno al 20%, en un mercado que está muy débil, con una demanda por parte de la industria bastante floja, pero también acompañada por una escasez de ofertas, porque no hay muchos ganados preparados en función de la crisis forrajera. Todas las miradas apuntan hacia los diagnósticos de gestación del ganado vacuno, y en ese sentido hay algunos primeros resultados que son un poco más auspiciosos de lo que podía preverse.
¿Cómo se encuentra el sector de la granja?
Es otro de los sectores que están muy golpeados, ha tenido una enorme pérdida de la producción de frutas y verduras. Lógicamente, las verduras en algunos rubros tienen un ciclo bastante más corto y hay una posibilidad de recuperación una vez que tengamos una situación de mejoría. Hay sectores muy impactados como el productor de frutas, que tuvo una zafra bastante menor en cuanto a volumen y calidad, y como la vitivinicultura, que tuvo casi un 30% de quiebre de producción.
Meses atrás el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) proyectó que los daños económicos ocasionados por la sequía estarían en torno de los US$ 1800 millones. ¿Hay alguna actualización?
Eso fue publicado los primeros días de febrero, cuando fuimos convocados a la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados. Hay un cálculo más reciente que apunta un poco más a la baja en relación a esos niveles, pero son pérdidas directas al sector agropecuario por caída de cosecha o producción física, también impactado por otros factores como los precios internacionales, que han decaído. Todo eso es un panorama más complejo para el sector que esperemos que se pueda revertir a través de la recuperación de varios rubros de los mercados, como viene ocurriendo ya con los granos. Esto demuestra que la situación que vive el Uruguay no es ajena a la realidad del mundo, donde hay varias regiones productivas importantes que están siendo impactadas por sequías severas.
¿Considera que las herramientas financieras y los beneficios destinados a ayudar a los productores a hacer frente a estos impactos han sido suficientes o se podría pensar en otro tipo de medidas?
Nunca son suficientes porque las medidas que se puedan tomar son siempre paliativas frente a una pérdida de tanta magnitud. De todas maneras, la estrategia del gobierno es mantener la maquinaria productiva de pie, los motores encendidos, que ninguna unidad productiva tenga que bajarse por esta circunstancia, y a esos efectos es que se han diseñado distintos planes de apoyo a los productores como los créditos a la producción, especialmente apuntando a los pequeños productores, y otras medidas más genéricas. Ha habido un esfuerzo importante tanto del BROU como de organismos del Estado, de las intendencias, el BPS, UTE, que han apalancado. Cabe destacar la disponibilidad de líneas de crédito especiales como el SiGa Agropecuario, que se restableció a partir de una condición de necesidad de inyectar capital para que las empresas pudieran sortear el efecto de la caída de producción. Evidentemente, nunca son suficientes para enfrentar una circunstancia tan compleja, pero esto apunta a dar inyección de capital y aliviar la carga financiera de los productores a efectos de que se puedan mantener de pie.
¿Cuál es el análisis que hace sobre el endeudamiento en el agro? Al respecto, el diputado frenteamplista Alfredo Fratti dijo a La Mañana: “Estamos con mucho riesgo de tener un sobreendeudamiento agropecuario como sucedió en los años 2000”.
Eso no está arriba de la mesa. El producto bruto agropecuario ha crecido y hay una relación de producción y deuda que es bastante más favorable que en aquella época. La circunstancia de los precios es muy distinta a lo que estábamos viviendo en aquel entonces. No se puede comparar una situación con otra. Cada productor entenderá cuál es el nivel de endeudamiento que puede asumir, pero quiero recordar que para los pequeños productores esta condición representa una postergación de los vencimientos al año 2025, al 2026, en algún caso al 2027, con 2% de interés anual, que es una realidad que no está disponible en el mercado, y apostando a una posibilidad de recuperación. No compartimos la visión de que tengamos un riesgo de sobreendeudamiento, tampoco hay un nivel de morosidad importante, y por lo tanto esa comparación no se ajusta a la realidad.
¿Se debería pensar en soluciones más estructurales para contrarrestar el problema de la sequía?
Absolutamente. Tenemos que enfrentar esto de otra manera. En el Uruguay siempre hubo agua, y obviamente que hubo sequías en el pasado, pero esta vez nos encontramos con circunstancias inéditas y con una frecuencia mucho mayor en los últimos años, por lo cual entendemos que debemos encarar esto de otra forma, con otras herramientas de la mano de la tecnología, pero que muchas veces implican inversiones. El Uruguay tiene condiciones de poder hacer más reservorios, tiene una topografía adecuada y debemos pensar en otras fuentes alternativas de agua. Quienes tenían sistema de riego, en su mayoría, se quedaron sin agua en las reservas, y por lo tanto ese dimensionamiento está realizado en función de parámetros del pasado que hoy debemos rever. Tiene que haber una estrategia en cuanto a cómo adaptarnos a un cambio climático que es una realidad y que requerirá de un plan general de inversiones o inclusive de inversión pública que estamos tratando de diseñar. Vamos a convocar a actores importantes, especialistas en la materia, para poder proyectar una política de Estado respecto a la gestión del agua, que va mucho más allá del riego y que es muy importante para enfrentar de mejor manera una circunstancia similar en el futuro.
En esta línea, en el 106° Congreso de la Federación Rural, el catedrático de Derecho Agrario de la Universidad de la República, Enrique Guerra, dijo que la ley de riego consagra las obras de riego multipredial y permite la creación de un sistema de riego de ese tipo, pero de carácter privado, como por ejemplo una obra hidráulica que suministre agua a 30 o 50 productores al mismo tiempo. ¿Es una propuesta para considerar? ¿Habría que apuntar a ese tipo de construcciones?
Hay varios proyectos que están planteados de represas multiprediales. Ahí hay que ver cuál sería la participación del Estado para facilitarlos. Lo que sí es claro es que los estímulos y apoyos que ha recibido el sector de riego no han sido suficientes para proyectar un área mayor, porque no alcanzamos al 2% del área productiva bajo riego y es un nivel muy bajo para que el país pueda estar más adaptado a una condición de cambio climático y bajar el nivel de vulnerabilidad del sistema productivo. El impacto en la economía es muy grande y por lo tanto creo que desde el punto de vista estratégico debería haber un avance en distintas modalidades. No hay una sola receta para esto, puede haber obras individuales, predio a predio, obras multiprediales, sistemas de inversión pública, otros de inversión privada o mixta. Hay que estudiar bien los distintos mecanismos, pero Uruguay necesita aprovechar más el agua que recibe, que muchas veces no se almacena de una forma sostenible.
¿Cómo afecta el tema del dólar al agro? ¿Comparte la visión de que hay un atraso cambiario importante que está perjudicando al sector?
Es un tema de equilibrios de la política monetaria y cambiaria. Hay una estrategia de parte del gobierno para enfrentar las presiones inflacionarias que vienen cediendo en el exterior. Uruguay estuvo cerca del 11% de inflación y hoy está alrededor del 7%, pero todavía necesita reducir esos niveles. Hay un tema de preocupación que compartimos que es que el valor del dólar está por debajo de lo que estaba hace tres años en valores nominales, es decir, hay una inflación en dólares que afecta la competitividad y el equipo económico tendrá que encontrar las mejores herramientas para poder neutralizarla. El impacto de la sequía, el costo de producir en Uruguay y la reducción de los valores de muchos rubros exportables a nivel internacional, forman una trilogía compleja para el sector productivo y, más allá de lo que pueda hacer o no la autoridad monetaria, estamos con el foco en poder mejorar estos aspectos que afectan la competitividad.
El senador nacionalista y productor agropecuario, Sebastián da Silva, afirmó entrevistado por La Mañana que “la sequía está dejando menos plata en los pueblos y eso trae menos crecimiento económico y más desempleo”. ¿Comparte esa preocupación?
Esa es una lectura correcta y lógica, si el dinero no circula, no hay comercio, multiplicación de valor, derrame. Eso es muy sentido y directamente impactante en las comunidades del interior, porque donde no hay cosecha no hay transporte, no hay servicios, no funciona el restorán, la gomería, el taller. Por eso hay que apuntalar al sector productivo, para que se mantenga en actividad y tengamos la posibilidad de una recuperación pronta de los sistemas productivos. Estamos expectantes de que vengan las lluvias que normalicen esta situación para poder ir a una primavera más auspiciosa, superando estas dificultades que todavía tenemos que enfrentar. Nos queda todo el invierno por delante, nos quedan meses complejos para la ganadería, donde la condición corporal de los ganados está por debajo de lo que debería.
Por otro lado, ¿qué reflexión le merece lo que ha sido el conflicto en Conaprole que generó pérdidas millonarias para la empresa y afectó el abastecimiento de lácteos?
Yo creo que está superada esta instancia del conflicto. Obviamente que tenemos una visión crítica de cómo opera el sindicato; generar un conflicto por la incorporación tecnológica que no implicaba pérdida de fuentes laborales me parece totalmente anacrónico y hemos visto en las góndolas de los comercios cómo escaseaban los productos y cómo se abría la brecha para el producto importado frente a la escasez de la gama de productos de Conaprole. Acá también hay una afectación a la imagen de la empresa que no tiene lógica, pero no contribuye en nada ser críticos en este momento. Esperemos que este conflicto que aparentemente está superado pueda hacer reflexionar a todos los actores para tomar con más responsabilidad la defensa de la industria nacional.
En otro orden, hace unas semanas Búsqueda había informado que esta administración evaluaba contratar una consultoría para estudiar la posible utilización de hormonas en la producción de la carne, pero luego el vicepresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Guido Machado, lo descartó, según informó Montevideo Portal. Entiendo que no es algo que esté sobre la mesa.
No está sobre la mesa. Es una política que el Uruguay ha adoptado hace muchos años. Si incorporáramos el uso de promotores de crecimiento, de hormonas, que están prohibidas en algunos mercados, no podríamos acceder a ellos, como el caso de la Unión Europea, de forma que es una discusión que no tiene mucho sentido. Sí me parece que es importante conocer cuál es el impacto que ha tenido en Uruguay esta política de Estado y no sé si ha sido suficientemente premiada por los mercados y los consumidores.
La relación con China y una misión con resultados positivos
Desde el lunes 8 de mayo y hasta finales de ese mes, el ministro Mattos encabezó una misión oficial a China con el objetivo de promocionar el Uruguay y restablecer los contactos con el gigante asiático, nuestro principal socio comercial, pues hacía cuatro años que no iba ninguna autoridad del ministerio.
En esta ocasión se recorrieron las 10 provincias más importantes del país que tienen relación con el comercio uruguayo y se establecieron contactos a través de los empresarios que acompañaron a la delegación, a fin de que pudieran concretar más oportunidades de negocio en distintos rubros.
También se mantuvieron reuniones para conversar sobre la posibilidad de mejorar el acceso en materia sanitaria con revisión de distintos protocolos vigentes en el área de producción animal, vegetal y de pesca, explicó el jerarca. En lo que respecta a los animales vivos, se implementó el protocolo de los equinos deportivos, “que son una enorme oportunidad para el crecimiento de esta industria exportadora hacia China”, aseguró.
El balance general del viaje “fue positivo”, de acuerdo con el titular de la cartera, quien adelantó que están en curso distintas posibilidades de acuerdos, protocolos y trabajos en conjunto que pueden contribuir a afianzar la relación bilateral, con la expectativa de ampliar la gama de productos y de mejorar las condiciones de inserción con ese país.
TE PUEDE INTERESAR: