Representantes de la Universidad de la República se reunieron con la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología del Senado con el fin de detallar el proyecto para crear un Instituto Nacional de Investigación en generación y producción de vacunas. Proyectan oportunidades para la elaboración nacional de medicamentos biológicos de alto costo y la producción, a gran escala, de vacunas.
El actual contexto sanitario pandémico sin emergencia implica que colocan temas sobre la mesa que no se priorizaban como urgentes. Uno de estos temas es el hecho que Uruguay pueda volver a producir vacunas, ya no como lo hacía el Instituto de Higiene de la Udelar por los años 80, sino de manera que exista un alcance mayor que implique investigación, generación, producción y análisis de vacunas extranjeras, tanto para humanos como animales.
Con esa idea el pasado jueves 12 de agosto, la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología de la Cámara de Senadores recibió al vicerrector de la Universidad de la República, Álvaro Mombrú, y al profesor titular del Departamento de Desarrollo Biotecnológico de la Facultad de Medicina, Alejandro Chabalgoty, con el fin de consultarles sobre el proyecto presentado en la Rendición de Cuentas, que implica un refuerzo presupuestal importante.
En esa instancia, la presidenta de la Comisión, Gloria Rodríguez –quien además ha estado vinculada a temas de ciencia y tecnología a nivel nacional– fue la encargada de presentar las consultas a los especialistas de Udelar. En entrevista con La Mañana, la senadora aseguró que ve con buenos ojos el proyecto, pero entiende que aún queda camino por transitar y faltan discusiones con más actores nacionales.
Rodríguez destacó que Uruguay cuenta con antecedentes similares en producción de vacunas como con la triple bacteriana hace algunas décadas atrás. “Podemos decir que el país cuenta con recursos humanos altamente calificados para el desarrollo de un proyecto como este”, sostuvo.
Qué implica el instituto
De manera general, lo que la Udelar propone es la creación de un instituto de investigación enfocado en vacunas avocadas a la salud humana y animal. Señalaron que un organismo de esta naturaleza cimienta otras oportunidades para el país, como es la producción nacional de medicamentos biológicos de alto costo y la producción, a gran escala, de vacunas.
Esta idea se desprende de que los especialistas entienden que, por requerir equipamiento del mismo tipo, el instituto podría dar respuesta nacional a los medicamentos que cuestan mucho dinero. Además del valor de ofrecer una respuesta a problemas nacionales con vacunas y medicamentos, consideran que resultaría de interés al sector productivo, ya que permitiría una cobertura completa en materia de emergencias sanitarias y en la producción agropecuaria.
En esa línea, y como otra consecuencia, los investigadores estiman que el proyecto podría atraer inversiones privadas en el rubro al generar confianza en el sistema nacional. Además, detallaron que la construcción de la planta sería de carácter público-privado, con capacidad para la producción a gran escala para el suministro nacional e internacional.
“Esto podría adaptar rápidamente tecnologías para vacunas ante desafíos sanitarios, daría la tranquilidad de disponer de forma soberana de conocimientos y herramientas adecuadas para defenderse”, sostuvieron desde Udelar. También se prevé la capacidad de evaluación de las vacunas producidas en el exterior.
Según la senadora Rodríguez, los representantes de la universidad explicaron que se prevé el desarrollo de vacunas y la aplicación veterinaria para enfrentar problemas que no tienen vacunas y que producen grandes pérdidas ganaderas. Un ejemplo es la garrapata en ovinos que genera pérdidas de entre US$ 26 y US$ 33 millones anuales.
Proponen realizar trabajo interdisciplinario que cumpla con las actividades de investigación, desarrollo y producción, y buscan introducir vacunas específicas de valor local; el patentamiento y licenciamiento hacia externos, es decir evaluar las vacunas producidas fuera del país, y contar con asesoramiento legal en materia de propiedad intelectual.
Además, consideran importante que el instituto pueda trabajar con tecnologías disruptivas como las vinculadas a vectores virales y ARNm.
La importancia de discutir a nivel político
Rodríguez indicó que el hecho de que pueda llevarse adelante el proyecto debe obedecer a una combinación del saber técnico y la decisión política. Es indispensable, subrayó. “Nosotros celebramos la discusión, la entendemos necesaria y prioritaria. Forma parte de nuestra atención permanente y, con algunas salvedades que tenemos que estudiar, vemos muy buena la iniciativa que contribuye a nuestra independencia en investigación y desarrollo de vacunas”, dijo la senadora del Partido Nacional.
Agregó que es necesario discutir el tema a nivel político, “pero lo vemos bien por la importancia que tiene para Uruguay”. Sostuvo que analizar el proyecto desde la Comisión de Ciencia y Tecnología es sumamente importante. “Actualmente esta comisión es de las más relevantes y necesitamos trabajar en el aporte de ideas y soluciones desde nuestro lugar en el Parlamento”, sumó la senadora nacionalista.
A título personal, Rodríguez reafirmó que la iniciativa es muy buena, aunque hay que trabajarla. “No es nada nuevo el hecho de las vacunas en nuestro país, y es algo importante que colocaría a Uruguay en una muy buena posición, pero tenemos que ser muy cuidadosos. Existen varios centros de investigación en nuestro país que están muy bien equipados y que tendríamos que tomarlos en cuenta también”, analizó.
La presidenta de la Comisión reconoció que el interés por este instituto surge a raíz de lo que le ha tocado vivir al mundo con la pandemia. “Se ha puesto una mayor atención y estamos más pendientes de todos estos elementos que han sido muy importantes. Tenemos mucho para transitar, pero lo vemos con muy buenos ojos y es un reconocimiento a los investigadores”, opinó.
Gobernanza y presupuesto
Mombrú y Chabalgoty dijeron que en cuanto a la gobernanza se propone la creación de una junta directiva honoraria con representantes de Udelar, Poder Ejecutivo e institutos de investigación, y se podría convocar a privados que se dediquen al tema como comités asesores de referencias.
En materia de financiamiento, se estima que la implementación de las primeras investigaciones y formulaciones académicas conllevarían unos US$ 5 millones para el 2022. Luego, en 2023, comenzaría la etapa de compra de equipamiento y materiales constructivos, con una inversión de US$ 90 millones.
Posteriormente, ya en el año 2024, se comenzarían las obras y la instalación de equipamiento, hecho que implicaría una suma de US$ 270 millones en inversión; estimando que en 2025 sea posible la apertura del instituto.
“Sin la base científico-tecnológica, hubiéramos colapsado”
En entrevista con el portal de la Universidad de la República, el vicerrector Mombrú recordó que en Uruguay se dejó de producir vacunas debido al alto costo que implicaba adquirir tecnologías desde el exterior. En relación a esto, el vicerrector dijo que la pandemia por covid-19 demostró que en algunas situaciones no es suficiente adquirir tecnologías en el extranjero.
Explicó que en una situación de pandemia todos los países del mundo necesitan las mismas herramientas, generándose así una escasez de insumos. “Uruguay se dio cuenta que si no hubiéramos tenido una base científico-tecnológica de importancia que se adaptara a las necesidades, hubiéramos colapsado, no hubiésemos podido hacer ni hisopados ni PCR”, fundamentó.
Explicó que en nuestro país existen capacidades para desarrollar cierto segmento de la cadena de producción de vacunas y este nuevo instituto la completaría, cubriendo desde la investigación básica hasta la producción en escala piloto. Uruguay quedaría en una posición muy ventajosa a la hora de realizar convenios con la región, con instituciones que se dedican a este tipo de actividades y también para la atracción de inversiones en producción masiva de vacunas, añadió.
El decano destacó que nuestro país cuenta con una comunidad científica muy fuerte. Desde el punto de vista de recursos humanos tiene investigadores de alto nivel, que son quienes participaron en la redacción del proyecto y que, a su vez, tienen a su cargo la formación de más recursos humanos.
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