La directora de la empresa ATMA explicó en entrevista con La Mañana que a pesar de la ganancia neta para el país y las ventajas para los consumidores uruguayos hay ciertos sectores de la economía que tienen que prepararse desde ya para competir y no perder puestos de trabajo.
¿Qué desafíos presenta para Uruguay el acuerdo Unión Europea (UE)-Mercosur?
Existe bastante consenso en los diferentes ámbitos en que este TLC implica una ganancia neta para Uruguay y va a permitir a la mayoría de la población tener acceso a productos más baratos. Sin embargo, sí existen algunos asuntos que se deben resolver antes de la entrada en vigencia del acuerdo. Hay sectores que se verán beneficiados, otros que permanecerán iguales, pero también es necesario prestar atención a los desafíos vinculados a la pérdida de empleo si no se prepara el mercado con anterioridad.
Cuando el tratado entre en vigencia plenamente, las industrias involucradas deben estar bien plantadas y preparadas para competir en las mismas condiciones con actividades que les permita mantener los puestos de trabajo y mantener la actividad.
Lo que sucede es que de la oferta exportable de Uruguay entre el 20% y el 30% son productos industriales, de los que el 70% u 80% van al Mercosur. Y, con el TLC los productos europeos van a estar compitiendo en las mismas condiciones que nosotros. El tratado prevé que algunos sectores más sensibles se ajustarán y por eso se estipulan plazos más largos de desgravación y un fondo de apoyo para Pymes como medidas paliativas.
En ese sentido es que considero que necesariamente habrá que reinventarse. La industria nacional difícilmente pueda sobrevivir sino pasa por un proceso de cambio.
¿Qué riesgos o miedos existen en el empresariado local?
Todavía no hay, al menos públicamente, un resultado que detalle este asunto. Cada sector debe tener sus sospechas de si se puede ver más o menos afectado. Sé que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estaba haciendo un estudio de evaluación de impacto del Tratado de Libre Comercio (TLC) y cuáles son los sectores que se van a ver más afectados. Pero no es algo que se haya dicho públicamente aún.
¿Cómo podrían las empresas uruguayas ponerse en línea con las europeas para que el TLC sea lo más efectivo posible?
En mi opinión netamente personal entiendo que Uruguay de por sí es un país que, por sus características y su tamaño de mercado, difícilmente -salvo excepciones- pueda competir por volumen o precio. Creo que donde puede haber una oportunidad es en las industrias de nicho, en aquellos mercados altamente especializados en productos de valor agregado y no tanto en commodities.
El tema es que para llegar a ese tipo de industrias se precisa de grandes inversiones y de mucha tecnología, situación que en Uruguay se nos hace difícil debido a los altos requerimientos de inversión en capital, y además porque tenemos problemas de competitividad. Somos de los países que posee mayores tarifas en todo sentido de la región, entonces se hace muy difícil competir.
“Uruguay dentro del Mercosur tiene una muy buena posición para captar una parte de esa inversión extranjera directa”
Se precisa ir apuntando a esas industrias de nicho con inversión, que es una conversación pendiente que falta entre la industria y el gobierno. Es necesario decir qué tipo de industria queremos ser, cuál es el plan estratégico para llegar a eso, cómo vamos a actuar de aquí a los próximos años para ir apuntando a eso y construyendo esa industria que se quiere.
Como dije, considero necesario apuntar a los nichos o sumarse a filiales o representantes de industrias europeas que nos puedan hacer una transferencia de conocimiento y de tecnología para fabricar desde acá para el resto del Mercosur. El asunto es que se trata de algo que no puede hacer la industria sola ni el gobierno solo. Requiere un trabajo en conjunto de las dos partes y que esté acompañado de un plan de incentivo a inversiones de este tipo.
Por ejemplo la promoción de inversiones de la Comisión de Aplicación de Ley de Inversiones (Comap) premia más a determinado tipo de inversiones que otras, entonces con un sistema de incentivos y de alineación hacia un determinado tipo de inversiones sería bueno ir acompañando en esta construcción para ir resolviendo el problema de competitividad que tenemos con el resto de la región. Tenemos un tiempo por delante para ir solucionando estos asuntos.
Es posible hacerlo desde Uruguay XXI, desde la captación de inversiones extranjeras ir apuntando también hacia cómo, desde el país, se puede atender el mercado de la región e ir atrayendo empresas europeas para que vean a Uruguay como base para atender al resto de la región. Hay un trabajo coordinado para hacer que no lo puede realizar solo una de las partes.
¿Esto podría implicar también intereses de otros países del mundo por Uruguay al ver el vínculo de inversiones con los europeos?
Todos los países que han firmado TLCs con Europa han incrementado su operativa de comercio exterior y tuvieron un crecimiento importante. Sin duda que la proyección y lo esperable es que haya un crecimiento y un desarrollo de la captación de inversión extranjera directa grande. Los países que han pasado por este proceso salieron ganando en términos netos. El tema es que en promedio salís ganando pero hay que ver cómo se hace con los que quedan por debajo del promedio, y ese es el gran desafío.
“De la oferta exportable de Uruguay entre el 20% y el 30% son productos industriales, de los que el 70% u 80% van al Mercosur”
Lo bueno de esta historia es que tenemos años por delante para acomodar el cuerpo para ello. Entonces en esa negociación y reacomodo que hay del tratado hay un grupo que tiene intereses en el Mercosur -que es donde espera aumentar el comercio-. Se hace más atractivo al Mercosur en la captación de inversiones directa para el comercio internacional. Uruguay dentro del Mercosur, a su vez, tiene una muy buena posición para captar una parte de esa inversión extranjera directa.
¿En qué situación está Uruguay respecto al resto de los países del Mercosur?
Pensando en la inversión que puede potencialmente llegar a Uruguay a raíz del crecimiento que se espera, dentro del Mercosur es el país que tiene la mayor estabilidad jurídica, política, económica, es el país que está mejor parado para recibir parte de esta inversión. El tema que tenemos es que tiene que estar acompañado de inversión en el mundo económico. Debemos tener dónde invertir, y saber cómo acompañar una oferta interesante de oportunidades de negocio.
¿Cómo se encuentra la situación de los jóvenes vinculados a la industria dentro del territorio?
En la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) hay un área que acompaña a los emprendedores dentro de la industria pero tal vez no sea de los sectores más seductores para los emprendedores, porque las TIC captan mucho de toda esa atención, ya que debido a su naturaleza es un sector tal vez más escalable. Ese rubro permite tasas de crecimiento más importantes que el sector manufacturero, que tiene procesos más lentos de crecimiento. Todas las ingenierías se están orientando más hacia el software que hacia la industrial o la mecánica.
En el caso particular de ATMA, cuando buscamos ingenieros o estudiantes para trabajar con nosotros suele resultarles interesante porque no hay tantas firmas como esta en el mercado. Seguro que a nivel directivo el promedio de edad es más alto que en otros sectores. A nivel financiero o en el mundo de la educación y tecnológico el promedio de edad es más alto en los mandos, es más raro encontrar jóvenes y ni que hablar mujeres.
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